URUETA, Chano
Mineral de Cusihuaráchic, Chihuahua, 1895
México, D.F., 1979
 
El Cine Gráfico. 16 de septiembre de 1934.P.24

irector, actor, editor y escritor cinematográfico. Santiago Luciano Urueta Rodríguez, mejor conocido como Chano Urueta, nació el 24 de febrero de 1895, en Mineral de Cusihuaráchic, Chihuahua. Murió en la Ciudad de México, el 23 de marzo de 1979.

Escritor que se destacó desde la primera mitad de la década de los treintas como uno de los más dotados adaptadores de grandes obras de la literatura universal. Chano Urueta escribió los guiones de obras tales como: El escándalo, de Pedro Antonio de Alarcón; Clemencia, de Ignacio Manuel Altamirano; Hombres del mar, pieza de teatro de Margarita Urueta; Los de abajo, de Mariano Azuela; El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas y El corsario negro, de Emilio Salgari.

Hijo del diplomático y célebre tribuno don Jesús Urueta. Chano inició su carrera cinematográfica en Hollywood con la realización de la película inconclusa, El destino (1929), filme silente en la que actuó Emilio Indio Fernández y Mona Rico quien, según se cuenta, fue la responsable de que se interrumpiera la filmación porque huyó con el actor John Barrymore. Vino posteriormente el cortometraje sonorizado Gitanos (1930) producido por la Warner Brothers donde también participó Emilio Indio Fernández.

De regreso a México se incorporó al cine nacional después de que según el mismo Urueta, recibió dos fuertes influencias del director soviético Serguei M. Eisenstein y del político José Vasconcelos: “Mis primeras armas [en México], las hice al lado de Raphael J. Sevilla, como su ayudante [en Almas encontradas (1933)]. Más tarde vino lo que yo llamo y reconozco como mi primer fracaso (…) Fue con Profanación [1933] (…)” (Cine. Noviembre de 1938 [único ejemplar de la Filmoteca mutilado] S/P). Para esta película Urueta escribió el argumento, hizo la adaptación y la edición.

Prolífico realizador, su filmografía alcanza las 115 películas, entre las que destacan: Jalisco nunca pierde (1937), Los hombres del mar (1938), Los de abajo (1939), La noche de los mayas (1939); El signo de la muerte (1939), en la que se ve una de las primeras actuaciones protagónicas del joven Cantinflas, para la cual el argumento y la adaptación fueron creados por Salvador Novo; El conde de Montecristo (1941), La bestia magnífica (1952), cinta que inició un género que posteriormente llegaría a ser muy exitoso: la lucha libre, y Blue Demon vs. las diabólicas (1967).

Chano Urueta (al centro, doblando un papel) durante la filmación de El camino de los gatos (1943)
Cuadernos de la Cineteca. No. 3, mayo de 1976

En otra de sus facetas, incursionó en la organización sindical del gremio: “José Bohr y Chano Urueta estuvieron a punto de golpearse en los estudios de Jorge Stahl porque Chano, injustificadamente, amenazó a Bohr con boicotearle su película Luponini por el simple hecho de que no se utilizaron extras agremiados durante el rodaje de dicha banda” (Luces y sombras del cine nacional. Por Hugo del Mar. Revista de Revistas. No. 1219, 3 de febrero de 1935. S/P).

Chano Urueta participó en varias películas como actor, entre ellas: Chanoc / Aventuras de mar y selva (Dir. Rogelio A. González, 1966), donde interpretó al viejo Tsekub y como el abuelo de La choca (1973) de Emilio Indio Fernández.

Personaje por demás polémico, Chano Urueta en ocasiones utilizó el seudónimo de Joaquín Margall. Al respecto, Oswaldo Díaz Ruanova comentó: “(…) una actriz cubana que Chano rechazó por ofrecida, según dice, puso en circulación la noticia de que él, se hacía pasar por Bruno Traven. El asunto era apasionante y periodístico”. Y aclaró: “A Joaquín Margall —seudónimo de Chano— autor de L´Ombre de Baudelaire y La pintura francesa, deben los argumentistas mexicanos que hoy se les pague y a precio de oro. Chano había escrito sobre Constantinopla, Madrid y Moscú [donde usó el seudónimo]. Además, el argumento de No matarás que de ser [firmado] por Chano Urueta, hubiera sido vendido en sólo dos mil pesos, fue comprado por Salvador Elizondo y Francisco A. de Icaza, en quince mil pesos, por tratarse de autor extranjero, que se carteaba con Chano y apellidaba Margall (…)” (Chano el demente. Por Oswaldo Díaz Ruanova. México Cinema. Octubre de 1945. PP. 8, 9 y 57).

Como escritor, trabajó con los directores: Roberto Rodríguez en Viva mi desgracia (1943), con Miguel M. Delgado en El puente del castigo (1945) y en Asesinos en la noche (1956), con Roberto Gavaldón en El socio (1945), con Rolando Aguilar en Una aventura en la noche (1947) y con René Cardona en El increíble profesor Zovek (1971).

Siempre inconforme con las decisiones de los productores que según él lo limitaban por sus intereses mercantilistas, ya que no le permitían realizar con entera libertad sus propios argumentos ni desarrollar sus ideas, señaló: “Uno no ha sido jamás libre de hacer cine propio; de haber podido realizar mi cine, hubiera sido el hombre más feliz de la tierra, pues no me habría atenido a la condición específica del productor: esto es, la de ganar dinero” (Cuadernos de la Cineteca Nacional, No. 9, Segunda época, Secretaría de Gobernación. Dir. Gral. de Radio, T.V. y Cinematografía, México, 1979. P. 158).