SOLER, Julián
Jiménez, Chihuahua, 1910
México, D. F., 1977

 
El Cine Gráfico. Anuario 1942-1943. No. 500-B, marzo de 1943. P. 331

ctor, director y escritor de teatro y cine. Integrante de la prestigiada dinastía Soler, su nombre verdadero era Julián Díaz Pavía. Nació el 17 de febrero de 1910 en Jiménez, Chihuahua, y murió el 5 de mayo de 1977 en la Ciudad de México. Hijo menor de los artistas de teatro Domingo Díaz García e Irene Pavía hizo su debut a temprana edad con al compañía infantil que dirigían sus padres en Los Ángeles, California. Sin embargo, quiso romper con la tradición familiar para dedicarse a la pintura por lo que realizó estudios de pintura con importantes pintores mexicanos de la época principalmente con Roberto Montenegro.

No obstante, Julián Soler no pudo resistir el encanto del arte histriónico y en 1924 retornó a la actuación en la obra El amigo Teddy, escenificada en España, por la compañía de su hermano Fernando Soler. Desde entonces viajó por todo el continente americano, Francia y España, en diversas compañías teatrales entre ellas, las de sus hermanos Fernando y Domingo, la de María Teresa Montoya y la de [Virginia] Fábregas. (Apuntes al crayón. Julián Soler. Por José María Sánchez García. Cinema Reporter. 3 de mayo de 1947. P. 2) Además se desempeñó como Secretario General de la Asociación Nacional de Actores (ANDA) entre 1947 y 1949.

En 1931, encontrándose en Valencia, España, le fue ofrecida por la Paramount de París una pequeña parte en la película Les nuit de Port Sard y ese mismo año participó en la cinta ¿Cuándo te suicidas?. En México inició su carrera como actor cinematográfico en la cinta Pecados de amor (Dir. David Kirkland,1933) y un año más tarde se consolidó como galán cinematográfico gracias a su participación en la cinta Chucho el roto (Dir. Gabriel Soria, 1934). A partir de la cual realizó una intensa carrera como actor cinematográfico. Colaboró en veintiséis películas, entre las que se encuentran: La familia Dressel (Dir. Fernando de Fuentes, 1935), Simón Bolívar (Dir. Miguel Conteras Torres, 1941), El secreto de Juan Palomo (Dir. Miguel Morayta, 1946), Nosotras las taquígrafas (Dir. Alfonso Patiño Gómez, 1950), Elena y Raquel (Dir. Abel Salazar, 1971) y La ley del monte (Dir. Alberto Mariscal, 1974).

En 1943 realizó su Ópera Prima como realizador, Tormenta en la cumbre a la que siguieron un total de ochenta realizaciones fílmicas entre las que se encuentran películas como: Imprudencia (1944), Me ha besado un hombre (1944), Los tres alegres compadres (1951), Gallo en corral ajeno (1952), La mujer X, por la que estuvo nominado al Ariel por el Mejor Argumento Original en 1956; Cuando México Canta (1956), Escuela de valientes (1961), La Edad de la violencia (1963), Cuando los hijos se van (1968), Confesiones de una adolescente (1969) y Zacazonapan (1974).

Uno de los pasatiempos de Julián Soler era construir barcos en miniatura en su residencia de Lomas de Chapultepec.
Cinema Reporter. No. 566, 14 de mayo de 1949. P. 5

A pesar de haber incursionado en todo tipo de géneros cinematográficos, Julián Soler se calificó a sí mismo como realizador de comedia ligera, género con el cual se sintió plenamente identificado. “Al estrenarse Me ha besado un hombre, hace más de dos meses, los conocedores vieron cristalizar las realidades de director que en Julián Soler se acusaron desde Tormenta en la cumbre [1943] e Imprudencia [1944]. El joven cineasta fue un discípulo inconfeso de Frank Capra; el de Sucedió en la noche y Vive como quieras. De él parece haber heredado la agilidad, el sentido del ritmo y ese amor a las comedias ligeras. -Yo había buscado la mía [se refiere a su línea genérica] y la encontré en Me ha besado un hombre, comedia ligera y dentro de este campo voy a desenvolverme. Dirigir películas ha sido mi vocación final, la aspiración suprema de mi vida. Pero el racionamiento de película virgen no me permite realizar sino un film por año, y el correspondiente a 1945 será Las cinco advertencias de Satanás. Por otra parte, mis honorarios por una dirección anual no son suficientes para sostenerme y por lo tanto, me veo en la necesidad de seguir actuando hasta que llegue el momento de consagrar mi tiempo y mi esfuerzo, a dirigir, hoy dividido en dos actividades”. (Julián Soler y el cine en zig-zag. Por Octavio León. México Cinema. Marzo de 1945. P. 40)