SÁENZ de Sicilia, Gustavo
México, D. F., 1888
México, D. F., 1950
 
Revista de Revistas, año XXIII, No. 1226,
12 de noviembre de 1933. P. 19

ngeniero, periodista, productor, director y guionista de cine. El ingeniero Gustavo Sáenz de Sicilia, precursor del cine hablado en México y constructor de los estudios de la Nacional Productora –más tarde Universidad Cinematográfica--, fue conocido en el medio como el Ingeniero Gallo —seudónimo que utilizó para sus artículos periodísticos— nació en la Ciudad de México en 1888. Murió en la misma ciudad, el 14 de febrero de 1950.

“Estudió en el Instituto Fournier de la Ciudad de México. Realizó su carrera profesional en el Heroico Colegio Militar y posteriormente, un curso de perfeccionamiento en París”. (Revista Cine. Vol. I, No. 2, marzo de 1978. P. 10.)

“El ingeniero Gustavo Sáenz de Sicilia, con don Germán Camus y Miguel Contreras Torres, formó el triunvirato precursor —aún superviviente— del cine en México. Desde el año de 1915 nuestro entrevistado no ha cesado de tomar parte activa en la industria celulóidica nacional, y si fue uno de los más decididos impulsores del cine silencioso, ahora sigue siendo un paladín de la cinefonía mexicana.

“Ninguno como Sáenz de Sicilia a luchado por el desarrollo del séptimo arte y pocos, como él, han tenido la visión clara y precisa de lo que significa para nuestro país tan bondadoso negocio como es el de la manufactura de películas. [...]

“Viendo Sáenz de Sicilia que la industria del cine en México tomaba derroteros firmes y que las ganancias se cuadruplicaban sobre las inversiones, proyectó la construcción de los antiguos estudios Empire —ahora llamados Estudios de la Industria Cinematográfica—; pero se separó de la compañía en virtud de los malos manejos de dinero.

“Decepcionado porque sus ilusiones de contar con un estudio moderno se habían esfumado en el espacio de la realidad, se sobrepuso a la desilusión y fundó, junto con Eduardo de la Barra, la Compañía Nacional Productora de Películas, S.A., cuyos estudios fueron presa voraz de un incendio no hace mucho. Antes, al iniciarse la producción de películas habladas con Santa [Dir. Antonio Moreno, 1931], trajo elementos técnicos de Hollywood, aparatos y todo lo necesario, y a Lupita Tovar, Antonio Moreno, Ernesto Guillén y Jorge Lewis. Los camarógrafos mexicanos Jorge Sthal y Ezequiel Carrasco trabajaron con él seis y tres años, respectivamente, haciendo gala de sus conocimientos en el difícil arte de los ángulos y los efectos de luces, y puede decirse, sin temor a equivocarse, que el noventa por ciento de los actuales artistas de cine en México y muchos de los que han figurado en Hollywood se hicieron a su lado. [...]

“—¿Cuáles son, en su concepto, los factores primordiales para producir buenas películas?
—Primero, argumentos basados en lo nuestro, sin extravagancias, y segundo, directores responsables.
—¿Es necesario recurrir a los argumentos sobre motivos mexicanos para hacer cine nacional?
—Es indispensable que los argumentos sean mexicanos, porque no estamos preparados para producir otro tipo de películas. De esto se encargarán los estudios norteamericanos. No obstante, hay que darle proyección internacional a nuestras producciones. [...] (Sáenz de Sicilia, precursor del cine en México. Por Esteban V. de Escalante. Revista de Revistas. Año XXIII, No. 1226, 12 de noviembre de 1933. PP. 19-21)

Sin duda el ingeniero Gustavo Sáenz de Sicilia fue uno de los precursores del cine mexicano. Como productor y director de películas de largometraje debutó en 1923 con la realización de Atavismo. De las películas que escribió, produjo y dirigió podemos mencionar: Drama en la aristocracia / Un escándalo social (1924) y La boda de Rosario [versión sonorizada con discos, 1929]. Además, como productor intervino en el documental Revista México (Dir. Gustavo Sáenz de Sicilia, 1926); la serie documental, Aguiluchos mexicanos (Dir. Miguel Contreras Torres / Gustavo Sáenz de Sicilia / Manuel Ojeda, 1924 a 1929), que plasma las hazañas de los aviadores mexicanos de la época, película homenaje a la aviación nacional; Desfile del 16 de septiembre (1930); el documental turístico Puebla (Dir. Gustavo Sáenz de Sicilia, 1930); la primera película de ficción con sonido óptico, Santa (Dir. Antonio Moreno, 1931-1932), Juan Pistolas (Dir. Roberto Curwood, 1935) y otras.

En 1930 fundó la revista especializada Filmográfico, antecedente de Cinema Reporter: “En esta casa de Cinema Reporter estamos de luto por la pérdida del ingeniero Gustavo Sáenz de Sicilia, un compañero cordial, cariñoso, inteligente. Mucho de lo que hoy ha obtenido el cine nacional se le debe a su entusiasmo, a sus desvelos, a su fe en el futuro. Cuanto pronosticó Gustavo desde hace unos 20 años se ha ido cumpliendo. (…) pero es que además el ingeniero Sáenz de Sicilia, tenía lazos indisolubles de afectos personales con los que hacemos Cinema Reporter. A él se debió el aliento, el impulso primero para que surgiera de la nada esta publicación, que entonces llevara el título de Filmográfico y que constituyó el mayor esfuerzo —el único esfuerzo, en verdad entonces— a favor de la industria cinematográfica mexicana. (…) (Un querido amigo que desaparece: el ingeniero Gustavo Sáenz de Sicilia. Cinema Reporter. Año XVIII, No. 601, 21 de enero de 1950. P. 15)

Dentro de las producciones a las que dedicó una parte importante de su trabajo cinematográfico, destacan los noticieros: “El ingeniero Gustavo Sáenz de Sicilia, ya desligado hasta cierto punto de la Nacional Productora de Películas por razones que ignoramos, está dedicando sus actividades a filmar noticiarios sobre los asuntos más palpitantes que acontecen en esta capital y sus alrededores. Agustín Delgado es el camarizador” (Luces y sombras del cine nacional. Por Hugo del Mar. Revista de Revistas. No. 1323, 22 de septiembre de 1935. S/P).

Buster Keaton y Gustavo Sáenz de Sicilia.
Foto de Horst Scharf, en Revista de Revistas,
año XXIII, No. 1226, 12 de noviembre de 1933. P. 20

Gustavo Sáenz de Sicilia además produjo películas como: La boda de Rosario, de la que también fue director en 1929; Su última canción (Dir. John H. Auer, 1933), El anónimo (Dir. Fernando de Fuentes, 1932), El prisionero trece (Dir. Fernando de Fuentes, 1933) y Clemencia (Dir. Chano Urueta, 1934).