PORTAS López, Rafael Eligio
Orizaba, Veracruz, 1897
México, D. F., 1975

 
Cinevoz, No. 61, 9 de octubre de 1949. P. 1

eriodista, productor, director, guionista y líder sindical, conocido en el medio cinematográfico como Papá Portas. Nació en Orizaba, Veracruz, el primero de diciembre de 1897 y falleció el 11 de mayo de 1975 en la Ciudad de México.

Cursó su educación primaria en su ciudad natal. En 1914 ingresó a la Facultad de Derecho en la Ciudad de México, en la que sólo permaneció por poco tiempo debido a que se enroló con el contingente que defendió el puerto de Veracruz ante la invasión norteamericana en abril del mismo año. Después se incorporó a las fuerzas de Francisco Villa, grupo militar del que se retiró en 1917.

Desde su niñez Rafael E. Portas mostró aptitudes para escribir y un gran interés por el cine y el teatro, por lo que creó un grupo de actores aficionados en Veracruz en 1918. De 1927 a 1930 se dedicó a trabajar dentro de la banca nacional. Al comenzar la década de los treinta fundó la revista Orizaba, con la que inició su labor como periodista. A su regreso a la Ciudad de México comenzó a publicar en el periódico capitalino Excélsior. (Murió Rafael Portas, pionero del cine; fue director, argumentista y líder. Por José Luis Jiménez. El Heraldo de México. Sección espectáculos, 13 de mayo de 1975. PP. 12-13 C).

Su primera incursión en el medio cinematográfico fue como productor de las cintas dirigidas por Fernando de Fuentes, El anónimo (1932) y El prisionero trece (1933). Además de El héroe de Nacozari / Jesús García el héroe de Nacozari (Dir. Guillermo Indio Calles, 1933).

En 1934 dirigió y escribió el guión de su primera cinta titulada Bohemios. Su actividad como director-guionista continuó en varios filmes, entre ellos: Adiós Nicanor (1937), Un domingo en la tarde (1938), Al caer la tarde (1949), Para que la cuña apriete (1950) y El charro inmortal (1955) dedicada al actor Jorge Negrete.

Además dirigió otras películas, entre las que se encuentran: Sol y sombra (1946), Hijos de la mala vida (1949), Les Orgueilleux (1953) y su último trabajo, El arzobispo no ha muerto (1956), inspirado en la vida del obispo mexicano Luis María Martínez.

En 1936 Rafael E. Portas fundó la Unión de Directores Cinematográficos de México, a la que pertenecieron destacados realizadores, entre ellos: Ramón Peón, Arcady Boytler, Juan Orol, Chano Urueta, Raphael J. Sevilla y Alex Phillips.

Después de dar por terminado su trabajo como director, Rafael E. Portas se involucró totalmente con la labor sindical. Asumió el cargo de secretario general de la Sección de Autores y Adaptadores del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica desde 1949 hasta 1967. También fue secretario general del Comité Central del STPC.

Su mayor logro como líder cinematográfico fue la Ley Federal del Derecho de Autor, que se reglamentó desde 1965, misma que fue aprobada hasta 1975 por la Suprema Corte de Justicia, y que representó la posibilidad de que las obras siguieran produciendo económicamente para los autores. Además fundó la Sociedad de Escritores de Cine, Radio y Televisión.

Rafael Portas fue el autor de la Enciclopedia cinematográfica mexicana, 1897-1955, obra en la que recopiló los datos de películas, directores, actores, técnicos, fechas de rodajes y estrenos del cine sonoro. Cintas realizadas desde 1930 hasta 1955. (Murió Rafael Portas, quien sentó las bases de la ley autoral. Por Noemí Atamoros. Excélsior. 13 de mayo de 1975. P. 1-2B).

En febrero de 1975 la Sociedad de Autores le otorgó la Medalla Nezahualcóyotl, máxima presea con la que se le reconoció su trabajo como dirigente sindical a favor del Derecho de Autor.

El cine grafico. Anuario, 1938. P. 164
A su muerte algunos compañeros del medio cinematográfico expresaron su agradecimiento a Rafael E. Portas y reconocieron su importante labor. Rafael Baledón dijo: “Papá Portas sentó las bases de toda nuestra lucha sindical y estableció los fundamentos para lo que después dio paso a la Ley Federal del Derecho de Autor, a través de la Sociedad Autoral de los escritores de cine”.

El director cinematográfico Joselito Rodríguez, quien fue entrañable amigo del desaparecido líder, explicó: “Conocí a Rafael en 1932 a raíz de lograr, con un aparato de mi invención, el cine sonoro en México. Con este equipo sonoricé la primera película que él hizo y que se llamó Bohemios [1934] (...) Fue un hombre moral que siempre dirigió películas blancas, para todo público. Tenía una gran sagacidad y viveza. Era todo un líder. Muchas veces fue reelegido como secretario general de nuestro sindicato porque todos lo queríamos y lo necesitábamos”. (Murió Rafael Portas, quien sentó las bases de la ley autoral. Ob. Cit.)