FERNÁNDEZ Bustamante, Adolfo
Veracruz, Veracruz, 1898
México, D. F., 1957
Cinevoz, No. 40, 8 de mayo de 1949. P. 1 
ramaturgo, traductor de obras de teatro, adaptador, argumentista, guionista y director de cine. Nació en la ciudad de Veracruz, Veracruz, el 27 de septiembre de 1898. Murió en la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1957. Utilizó los seudónimos Canta claro y Juan Dieguito.

Cursó estudios en Derecho los cuales abandonó para dedicarse al teatro y a la cinematografía. Con las iniciales de su nombre A. F. B. escribió crónicas para El Nacional y El Universal Ilustrado en 1930; y redactaba la columna Luces y sombras en la revista Todo en 1941, además escribió el texto de las historietas La enterrada viva y La Diosa verde. Con el seudónimo Canta Claro también escribió artículos de cine en la misma revista y la sección Hollywood en close-up. Con el seudónimo Juan Dieguito suscribió la mayoría de sus críticas cinematográficas en Cinema Reporter (1938-1949), llamadas Glosas del cine.

Escribió varias obras de teatro en los géneros de drama, revista y comedia: Su primer drama Cuadros y pintores fue estrenado en septiembre de 1919, en el teatro Iris por la Compañía de zarzuela María Conesa; la revista El calendario del año fue llevada al teatro Lírico en 1921 con Lupe Rivas Cacho como protagonista; el drama El cobarde se estrenó en 1929; la comedia El crimen de Insurgentes fue representada en el teatro Caballito, en agosto de 1935. Dirigió Damas retiradas, de Percy-Den Kam, en 1956 en el teatro Sullivan. Realizó la traducción de Drácula, de Stocker y Vidas privadas de Noel Coward. Escribió la letra de la canción Un viejo amor.

En 1941 fue electo secretario general de la Unión Nacional de Autores, en 1946 participó en la fundación de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas y en 1948 ocupó también la Secretaría General del Sindicato de Argumentistas y Adaptadores Cinematográficos. En 1954 fue jefe de la Oficina de Espectáculos del Departamento del Distrito Federal.

Bajo la autoridad del Lic. Ernesto P. Uchurtu, formó un Consejo cuya tarea era asesorar a esa oficina, “hacerle escuchar las voces de las personas más directamente interesadas en los espectáculos de la ciudad, y que tuvo entre sus funciones la de elaborar nuevos reglamentos para todos ellos.” (Los reglamentos de Espectáculos. Por Rafael Solana. Siempre!, No. 695, 10 de octubre de 1966. PP. 37-70).

En el cine se inicia como productor y argumentista de la India bonita (Dir. Antonio Helú, 1938). Como director cinematográfico debuta con el filme Más allá del amor (1944). En su haber como realizador tiene más de 20 películas entre las que se encuentran: La rebelión de los fantasmas (1946); Contra la ley de Dios (1946); Otoño y primavera (1947); la coproducción México-Cuba: María la O (1947); Entre abogados te veas (1950); Paco el elegante (1951); además de los cortos documentales–reportajes: Bosque de Chapultepec (1955), Alameda central (1955), y 5 de febrero de ayer y hoy (1956). Como argumentista y guionista trabajó con los directores René Cardona, Joaquín Pardavé, Gilberto Martínez Solares, Chano Urueta, José Benavides hijo, y con los escritores: Antonio Momplet, Antonio Guzmán Aguilera (Guz Águila), Antonio Helú, Max Aub, Xavier Villarrutia, Alfredo Varela Varelita.

María Luisa Zea y Emilio Tuero, protagonistas de La india bonita
MONSIVÁIS, Carlos. Rostros del cine mexicano. México, Américo Arte Editores, 1999. P. 112

Sólo en tres de sus realizaciones no participa como guionista, adaptador o argumentista; éstas son Cadena de mentiras (1955), donde Carlos León se dedica al guión; Muertos de risa (1957), cuyos guionistas fueron Fernando Galiana y Carlos Orellana; y Pensión de artistas (1956), donde Edmundo Báez, Pedro de Urdimalas (Jesús Camacho Villaseñor) realizan esta tarea.

Arturo Perucho refiere sobre Aldolfo Fernández Bustamente que, aunque: “no se encuentra entre los genios de nuestro cine. Se reduce a saber hacer películas. Tiene oficio. Lo perfecciona lentamente, avanza despacio con paso seguro. Cada película suya es mejor que las anteriores.” (Se apaga la luz. Por Arturo Perucho. El Universal. No. 7896, Viernes 9 de marzo, 1951. Año XXII, 2ª. Sección, p. 1.)