ALCORIZA, Janet
Viena, Austria, 1919
Cuernavaca, Morelos, 1998
Novelas de la pantalla. Año V. No. 249.
5 de enero de 1946. P. 6
 

ailarina, actriz y guionista de cine. Nació en Viena, Austria el 4 de enero de 1919 y murió en Cuernavaca, Morelos, el 18 de noviembre de 1998. Su verdadero nombre fue Janet Reisenfield, hija del compositor austriaco Hugo Reisenfield. Se inició como bailarina en España, de donde partió al exilio a causa de la Guerra Civil. Radicada en México, debutó como bailarina en Una luz en mi camino (Dir. José Bohr, 1938) y como actriz —con el nombre de Raquel Rojas— en Café Concordia (1939), de Alberto Gout, a la que seguirían, en la primera mitad de los cuarenta, algunas otras películas como Cuando viajan las estrellas (1942), de Alberto Gout, Soy puro mexicano (1942), de Emilio Indio Fernández, Los tres mosqueteros (1942), de Miguel M. Delgado y Tribunal de justicia (1943), de Alejandro Galindo.

Prolífica escritora de literatura cinematográfica (autora de argumentos, adaptaciones y guiones), Janet llegó a México e inmediatamente se insertó en la industria fílmica. De estos inicios tenemos un testimonio publicado en la revista Novelas de la Pantalla, 1946: “Hubo un paréntesis en la vida artística, o más bien cinematográfica de Raquel Rojas. Entre dedicarse a escribir argumentos y ‘prepararse’ para el matrimonio con su esposo y colaborador Luis Alcoriza, la artista nacida en Viena criada en Norteamérica, educada en Europa y empapada de hispanoamericanismo, abandonó los foros por algún tiempo y dejó de verse en la pantalla.

“…Raquel se propuso no aceptar los ‘bits ampliados’ que muchos llaman ‘primeras partes’, y decidió esperar su oportunidad. Prefirió quedarse en casa planeando argumentos, —que, por cierto, y por suerte para ella, vende con una pasmosa facilidad— a dejarse ver en las pantallas, marcando unos pasos de baile andaluz o pronunciando unas palabras con menos sentido cinematográfico que una oración de funerales.

“Por lo pronto ‘se ha echado’ además de un profesor de dicción. Porque según ella misma confiesa, ‘está aprendiendo mucho y aprenderá más todavía’ con un maestro como el que tiene constantemente al lado.

Cartel de El ahijado de la muerte
(Dir. Norman Foster, 1946) con Jorge Negrete y Rita Conde.
AGRASÁNCHEZ, Rogelio. Carteles de la Época de Oro 1936-1956. Cine mexicano. San Francisco, Chronicle Books, 2001. P. 69

“Raquel Rojas tiene fama de literata cinematográfica. Y es más, esa fama ya ha traspasado las fronteras. Ha escrito en colaboración con su esposo —esta colaboración será necesario aclararla después— diversos argumentos cinematográficos, algunos de los cuales ya han sido convertidos en películas. Y de ellos, uno que desde que se escribió hasta acá ha sido intitulado como Luz y sombras, Esmeralda, Bambalina, y quizás algo más que escapa a nuestra memoria. La historia en cuestión fue escrita para Dolores del Río y adquirida por Films Mundiales. Pero debe ser tan interesante que, precisamente ahora, están en tratos los autores con una importante casa productora norteamericana para la versión inglesa. Antes ya tenían escritos El ahijado de la muerte para Jorge Negrete. Y todavía antes de la literatura cinematográfica, Raquel, observadora impenitente de cuanto sucede a su alrededor, escribió algo más de un género distinto referente a la cruenta guerra española.

“—Pero conste, —aclara Raquel modestamente— que las ideas originales de los argumentos no son mías…

“Alcoriza protesta, porque aunque, en efecto, él ‘suele planearlos’, Raquel pone en ellos un tanto por ciento considerable.

—Yo me limito a ‘criticar’ —continua aclarando Raquel Rojas— lo que hace Luis. Soy más que colaboradora, crítica de él…

“La discusión al respecto se generaliza. Ninguno de los dos quiere convertirse en ‘padre’ de las criaturas literarias que engendran, aunque la verdad y prescindiendo de esta modestia que les distingue, cada uno de ellos aporta ‘la mitad’. Él planea, ella añade, él suprime y rectifica ella… Y de todo este constante planear, añadir, suprimir y corregir, ‘nacen’ las historias originales para nuestro cinema, que hasta ahora, les son solicitadas por los productores con empeño.

Luz y sombra, Esmeralda o Bambalina —que en este afán de cambiar títulos por parte de productores y directores—, concluirá por llamarse La horrible tragedia de una mujer buena, o algo así, pensada y escrita para Dolores del Río, se trata, según nos dicen sus autores, de una interesante historia donde tendrá ocasión de lucirse la intérprete de Las abandonadas. Y este argumento, el que, posiblemente será adaptado a la cinemamtografía hollywoodense e interpretado por una actriz de fama internacional bien consolidada.(...)

“Desde sus primeros pasos en la romántica Viena hasta su, al parecer meta final, en el dulce México, la vienesa españolizada, ha prodigado su inquietud por muchos caminos del mundo”. (En el retorno de Raquel Rojas. Bienvenida. Por Muñoz. Novelas de la pantalla. Año V, No. 249, 5 de enero de 1946. PP. 6-8)

Otra de las fuentes refiere que Janet, “(...) Fue una amante fiel del séptimo arte. Fue bailarina, actriz —incluso bajo las órdenes de Luis Buñuel— y guionista de poco más de 80 libretos cinematográficos. Colaboró muy estrechamente con Julián Soler, para quien fue una especie de guionista de cabecera, pero también escribió para los directores Miguel M. Delgado, Norman Foster, Alfredo Varela Jr. y Matilde Landeta, con quién redactó varios guiones. Fue impulsora de cambios a la ley de cine en los años sesenta, tarea que abandonó por su mermada salud. Entre las obras más conocidas de Janet Alcoriza, se encuentran El inocente y Gitana tenías que ser, ambas protagonizadas por Pedro Infante.” (Murió Janet Alcoriza, guionista que recibiría un Ariel de Oro. La Jornada, sección cultura, 19 de noviembre de 1998. P. 32)

Silvia Pinal y Pedro Infante,
protagonistas de
El inocente (Dir. Rogelio A. González, 1955)
Colección IMCINE

“Su carrera como guionista la emprendió al lado de Norman Foster, quien la adentró en la escritura, de ahí en adelante Janet escribió con grandes figuras del cine mexicano como: Luis Buñuel, Tito Davison, Julián Soler, Rafael Baledón, José Revueltas, Juan de la Cabada, Alejandro Galindo, Chano Urueta, entre otros”. (Falleció Janet ... Novedades, sección espectáculos, 26 de noviembre de 1998. P. 7)

“Para Luis Buñuel escribió Quintín el amargado y El gran calavera, y en colaboración con Luis Alcoriza hizo las adaptaciones de Nazarín y Los olvidados. Fue escritora de cabecera del cineasta Julián Soler y también trabajó para Miguel M. Delgado, para quien hizo varias historias que fueron interpretadas por Mario Moreno Cantinflas. A Norman Foster, le escribió El ahijado de la muerte.” (El miércoles... Unomásuno, sección cultura, 22 de noviembre de 1998. P. 25)

“Con la desaparición de Janet, termina una generación en la que el oficio de guionista se podía ejercer constantemente y a plenitud. La realidad del cine mexicano nos indica que filmografías como la de ella, de más de cien películas, incluyendo colaboraciones donde nunca apareció su nombre pero que siempre se vio su mano y su talento a la hora de crear conflictos y trazar personajes, son cosa del pasado.“ (Murió Janet Alcoriza. El Sol de México, sección escenario, 19 de noviembre de 1998. P.1)

Janet Alcoriza Raquel Rojas se destacó por su prolífico y consistente trabajo de escribir historias para ser contadas en la pantalla. Fue guionista y argumentista de películas escritas entre 1944 y 1987. Como homenaje póstumo, la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas le otorgó un Ariel de Oro en 1999, en reconocimiento a su gran trayectoria en el cine mexicano.