VILLASEÑOR Rangel, Juan Pablo
Morelia, Michoacán, 1956
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irector, guionista y escritor. Nació el 18 de junio de 1956 en Morelia, Michoacán. Realizó estudios de Medicina y Filosofía en la Universidad Michoacana, y de Cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).

En 1985, fue sonidista de la cinta Elvira Luz Cruz, pena máxima (Dir. Ana Diez Díaz / Dana Rotberg) y asistente de dirección de Alfonso Arau en Chido Guan / Tacos de oro.

En la década de los ochenta, Juan Pablo escribió y dirigió los cortometrajes El domador de leones (1983), Kalimán contra la leucemia (1984) Gregorio y Mariana / Y yo que la quiero tanto (1987), este último recibió el Ariel (1989) en su categoría. En 1990 fue guionista del corto Corazones de humo, que dirigió Enrique Estévez.

Juan Pablo Villaseñor debutó como guionista y director en la industria nacional, en 1996, con Por si no te vuelvo a ver. Este filme narra las andanzas de cinco ancianos, que forman un grupo musical dentro del asilo en que viven. Experiencia creativa que les descubre su propio talento como intérpretes, y deciden hacer realidad su mayor sueño: presentarse frente a un público.

Villaseñor Rangel define a Por si no te vuelvo a ver como “una historia donde los personajes han decidido emprender la aventura de rescatarse a sí mismos. No los mueve otro deseo que el ser autosuficientes. Lejos está la vanidad o la jactancia, pues no son resentidos, revanchistas, pícaros ni nada parecido. Son sólo viejos, ancianos con esperanza, con ganas de vivir dignamente el tiempo que les quede, apartados del encierro que simboliza todos los límites: el asilo”. (Por si no te vuelvo a ver. Por Juan Pablo Villaseñor. La Jornada. Sección Cultura, 11 de febrero de 1998. P. 28)

“Esta era una historia que existía como literatura solamente, los personajes no tenían rostro, alma, era todo puesto ahí para ser imaginado, había que vestirlos; yo mismo no sabía que me interesaba más. Sabía que quería contarlo de manera sencilla y detenerme para explorar ese universo de sentimientos y emociones. No estaba muy preocupado con lo que iba a hacer con la cámara, preferí trabajar con los actores, observándolos a distancia, viajar y meterme en su mundo no como turista sino como explorador, con mucha curiosidad y respeto. Descubrir qué pensamientos habitaban en su corazón, qué emociones los acompañaban. Eso lo fui descubriendo en el proceso de trabajo del guión”. (Mi interés, recuperar el lado vital del abandono en el asilo: Villaseñor. Por Raquel Peguero. La Jornada. Sección Cultura. P. 23)

En 1997, esta cinta fue galardonada con el premio de la revista Dicine, en la XII Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara; el premio mejor Ópera Prima, en el Festival de Biarritz, Francia; la Diosa de Plata en los rubros de Mejor película, Mejor Ópera prima y Mejor guión, entre otras; y recibió el Ariel (1998) en las categorías Mejor película, Mejor director y Mejor argumento original. Se le otorgaron también, los premios al Mejor guión y El público, en la XII Edición del Festival de Cine Latinoamericano de Trieste, Italia. Además fue exhibida en varios festivales internacionales, entre ellos: El de Valladolid, España; San Diego, Estados Unidos y Valdivia, Chile.

Foto: Escena de Por si no te vuelvo a ver

Por otra parte, a Pablo le gusta “el cine narrativo, el cine que cuenta historias. Contar cuentos en movimientos que conmuevan y dejen huella en el público. Sus modelos en ese sentido son Alejandro Galindo y Luis Alcoriza: ‘El cine mexicano que a mí me parece importante, el que me ha dejado huella, es el de ellos’. (...) Ambos hacían cine con mucha honestidad, con mucha decencia, eran muy sinceros. Esto hace que películas como Tiburoneros [Dir. Luis Alcoriza, 1962], Una familia de tantas [Dir. Alejandro Galindo, 1948] o Campeón sin corona [Dir. Alejandro Galindo, 1945] sigan siendo vigentes, incluso más que cualquier película de los noventa’.

“(...) Para Villaseñor la importancia del cine radica más que nada en su calidad de manifestación de la cultura de un país. Por eso, argumenta e insiste: ‘Es importante volver atrás, al ejemplo de maestros como Alejandro Galindo y Luis Alcoriza, quienes consiguieron en su momento un equilibrio muy inteligente entre calidad y popularidad, entre lo local y lo universal. (...) Finalmente, vale la pena hacer una película porque es parte de la cultura de un país, es algo que queda para la eternidad’.” (Juan Pablo Villaseñor. La obsesión por contar historias. Por Arturo García Hernández. New Mexican Cine. Suplemento semanal de La Jornada. 7 de marzo de 1998. P. 6)

En entrevista para Escritores del cine mexicano sonoro (julio de 2002), Juan Pablo explicó que “escribir para cine implica el dominio de su dramaturgia, el conocimiento de una estructura que no es teatral ni literaria. Porque el cine es ante todo imagen, imagen narrativa”.

Por otro lado, no consideró al guión cinematográfico como parte de la literatura, pues cree que el guión es sólo una guía, “algo inconcluso que debe ser completado por la imagen. Nada tiene de artístico. Ya que, a nadie le importa que un guión sea redactado en forma impecable y poética. Lo que realmente se busca es que sea narrativamente claro y que provoque aumentar el interés del posible espectador”.

Villaseñor piensa que para que un guión sea atractivo debe contar con una “anécdota interesante, personajes bien delineados en su perfil psicológico y con un objetivo por conseguir una estructura sólida con capacidad de seducción. —Agregó— que sus temas preferidos para la escritura de guiones son los “referidos al paso del tiempo y su repercusión en el individuo, y mostrar el sentimiento a la no pertenencia a la familia, la sociedad y el mundo”.

Además, aunque reconoció el trabajo de guionistas como Mauricio Magdaleno, Xavier Villaurrutia, José Revueltas, Ricardo Garibay y José Agustín, en su opinión, sólo “Luis Alcoriza ha retratado como nadie la esencia de lo mexicano en el cine, en Tiburoneros [1962], Tarahumara [1964] y Tlayucán [1961]”.

Juan Pablo ha publicado dos libros de cuentos: Los náufragos del arca de Noé (1983) y Hermanos (1992). Actualmente (2002) es profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de UNAM, donde imparte las materias de Televisión y Cine; y se encuentra preparando la filmación de su segundo largometraje, Hermanos.