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VICENS
Maldonado, Josefina
La Peque
Villahermosa, Tabasco,
1911
México, D. F., 1988
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Archivo fotográfico
del CONACULTA – INBA y del CNIPL |
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scritora,
periodista, argumentista, guionista y profesora. Nació el 23 de noviembre
de 1911 en Villahermosa, Tabasco, y murió el 22 de noviembre de 1988 en
la Ciudad de México, a causa de un paro cardíaco. Muy apreciada
por sus compañeros y amigos, la escritora era conocida como La
Peque.
“Para el fotógrafo
Gabriel Figueroa, La Peque era una persona
muy apreciable y talentosa. ‘Tuve el privilegio de que fuera mi secretaria
cuando formamos el Sindicato de Cinematografistas. Allí la conocí
y desde entonces entablamos una gran amistad. Yo le fotografié una de sus
películas, Los perros de Dios [1972],
que dirigió Paco del Villar. Ese fue,
la verdad, un trabajo muy especial. Su aportación a la cinematografía
se llevó a cabo con muchos años de trabajo tanto en el sindicato
como en su especialidad de escritora. Tenía mucho trabajo porque era muy
eficiente y con un gran sentido de las cosas. Era un ser humano muy afectuoso,
muy cálido, muy hermoso. La última llamada telefónica que
recibí fue hace un par de meses [noviembre, 1988], simplemente porque tenía
ganas de saludarme. Así era La Peque.”
(Pocos en el último viaje de Josefina Vicens;
‘Siempre admiré su valentía’:
Matilde Landeta. Por Arturo Alcántar.
Excélsior. Sección cultural,
24 de noviembre de 1988. P. 2)
En 1919 se
trasladó a la Ciudad de México para estudiar la primaria y una carrera
corta en comercio. Su formación literaria fue autodidacta: asistió
como oyente a las carreras de Letras e Historia de la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Trabajó
como secretaria del Jefe del Departamento Agrario; de la Acción Femenil
en la Confederación Nacional Campesina (CNC) del entonces Partido Nacional
de la Revolución (PNR); y en el departamento de Servicio Social de la Secretaría
de Hacienda.
En 1943 ingresó a la industria
cinematográfica y por su brillante labor fue nombrada Oficial Mayor de
la Sección de Técnicos y Manuales. En 1954 incursionó en
el cine como escritora con el argumento de la cinta La
rival del director Chano Urueta.
Durante
la década de los cuarenta escribió crónica taurina en la
revista Sol y sombra bajo el seudónimo
de Pepe Faroles y artículos de fondo
político con el seudónimo Diógenes García. Editó
Torerías, “folleto especializado
en ‘la fiesta metafísica, única en la que campean la vida
y la muerte’.” (El libro vacío,
Josefina Vicens frente al papel en blanco. Gaceta UNAM. 5 de octubre de
1987. P. 20)
En 1958 publicó su primera
novela El libro vacío (Ed. Ediapsa)
por la cual recibió el Premio Xavier Villaurrutia.
Cabe señalar que en este certamen participaron Carlos Fuentes con La
región más transparente, Jorge López Páez con
El solitario Atlántico y Ramírez
de Aguilar con Caminos de la nada, entre otros.
En 1963 se editó en francés con el título Le
cahier clandestin.
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http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/memorias/
escritoras_hispano01nbjosefinav.htm |
De
1970 a 1976 fue Presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas.
Durante esta década logró su consolidación como guionista
y escritora de argumentos de cine. En 1973 escribió el guión Los
perros de Dios (Dir. Paco del Villar),
el cual ganó el Primer Premio en un Concurso de la Sociedad General de
Escritores de México (SOGEM), y en 1974, recibió un Ariel
en la categoría mejor guión cinematográfico, una Diosa
de Plata y El Heraldo.
“La
verdadera fuerza de la cinta radica en el guión, espléndidamente
elaborado por Josefina Vicens, (...). En Los perros
de Dios, la autora emplea cualidades discursivas en la construcción
de su personaje principal: Virma, una muchacha de clase acomodada, con unos padres
tolerantes y una vida llena de vacíos existenciales por lo cual se refugia
en múltiples ‘realidades’, entre otras: la amistad con una
muchacha habitante de una ciudad perdida –fingiéndose pobre ella
misma—, su constante manera de retar a Dios –que no es más
que una búsqueda—, las experiencias que puede darle su cuerpo, la
compañía de un grupo de adolescentes atrabancados y atrapados en
el sin sentido, sus correrías en el cementerio buscando un contacto con
los muertos.
“(...) Con este guión
sólidamente construido, Josefina Vicens plantea conflictos no sólo
de una joven, sino de una generación ávida de compresión
y afecto, de sentirse parte de ‘algo’, que requiere de la rebeldía
para alcanzar la autoafirmación en medio de una sociedad esquemática.”
(El mérito de no arrepentirse. Por
Laura López Argoytia. Casa del tiempo.
Publicación mensual, No. 43, Vol. 14, agosto-septiembre de 1995. PP. 106-107)
Fundó
el Taller de Escritores Cinematográficos que funcionó de 1974 a
1978. Este taller dio como resultado los guiones Renuncia
por motivos de salud de Josefina Vicens (Dir. Rafael Baledón, 1975);
Canoa de Tomás Pérez Turrent
(Dir. Felipe Cazals, 1975); Los indolentes
de Rubén Torres, Hugo Argüelles y José Estrada (Dir. José
Estrada, 1977), entre otros.
Josefina Vicens
siempre “tenía el comentario preciso y agudo, la sugerencia adecuada
y la generosidad para dar una aportación al trabajo ajeno”. Se caracterizó
por estar constantemente “(...) abierta a las ‘rarezas’ y a
las nuevas ideas de estructuración y construcción cinematográfica,
aun si chocaban con sus propias ideas. Y es que La Peque como creadora y como
ser humano no era una persona de hábitos sino de vivencias.” (La
Peque y el cine. El semanario cultural.
No. 346, Novedades, 4 de diciembre de 1988.
P. 16)
En 1975 escribió el guión
Renuncia por motivos de salud (Dir. Rafael
Baledón). Cinta que plantea el problema de la corrupción con “(...)
una narración amable donde la ironía y el sentido del humor tienen
cabida.” (Renuncia por motivos de salud.
Por Francisco Sánchez. Revista Mexicana de
Cultura. No. 398, El Nacional, 19 de
septiembre de 1976. P.7) Por este guión, en 1977, se le otorgó el
Ariel en la categoría mejor guión
cinematográfico.
En 1982, escribió
su segunda novela Los años falsos (Ed.
Martín Casillas). “(...) Que puede ser leída como una historia
más o menos lírica, más o menos dramática de un adolescente
que, perdido en el mundo busca sucesivas tablas de salvación y fracasa
una y otra vez.
Respecto a su trabajo literario,
explicó: “Siempre me preguntan por qué siendo mujer escribo
sobre personajes masculinos. Un día voy a acabar diciendo: ‘Miren,
es que soy un hombre disfrazado’ (...) Voy a decir una cosa y la diré
siempre que me pregunten por qué si soy una mujer mis personajes son masculinos,
pues, porque estoy haciendo literatura y hay literatura buena o mala no hay literatura
femenina o masculina.” (Josefina Vicens vuelve
a nosotros en versión escénica a Los perros de Dios. Por
Patricia Vega. La Jornada. 20 de junio de
1995. P. 25)
Josefina Vicens La
Peque, colaboró aproximadamente en 20 guiones, entre los que destacan:
Pensión de artistas (Dir. Adolfo Fernández
Bustamante, 1956), Las señoritas Vivanco
(Dir. Mauricio de la Serna, 1958), El proceso de
las señoritas Vivanco (Dir. Mauricio de la Serna, 1959), Pecado
de juventud (Dir. Mauricio de la Serna, 1961), Los
perros de Dios (Dir. Francisco del Villar, 1973) y Renuncia
por motivos de salud (Dir. Rafael Baledón, 1975).
Sobre su trabajo como escritora cinematográfica, comentó: “Mi
profesión no es guionista, soy escritora. Las circunstancias me permitieron
o me orillaron a hacer guiones. Creo que el cine es una forma de expresarse, pero
cada día con más razones pienso que el guionista debe ser también
el director. Hay que dirigir la propia obra, de otro modo es muy difícil
quedar satisfecho y casi siempre resulta uno traicionado por quien lo toma en
sus manos para dirigirlo.
“Ni ventajas
ni desventajas. Los guiones no se escriben ni con las faldas ni con los pantalones,
sino con la inteligencia. Y ésta no tiene sexo. No hay relación
ni rivalidad, ni competencia. Escribo mejores guiones que muchos hombres y muchos
hombres escriben mejores guiones que los míos. Cobro por ellos más
que algunos hombres y algunos hombres cobran por sus guiones más que yo.
Es inútil relacionar el sexo con este trabajo.” (Entrevista
a Josefina Vicens. En GARCÍA Elio, Diego (compilador) Ciclo: 6 mujeres
cineastas mexicanas. México, INBA, 1985. P. 38)
Fue
vicepresidenta de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) (1987-1988);
Presidenta de la Comisión de Fiscalización y Vigilancia de la Sección
de Autores del Sindicato de la Producción Cinematográfica y fundadora
junto con Jaime Casillas del Banco de Guiones Cinematográficos.
En
1995 Eduardo Cruz Vázquez realizó una adaptación para teatro
del guión cinematográfico Los perros
de Dios. Idea que surgió cuando “una tarde de las varias en
que iba a leerle a Josefina Vicens [comentó Cruz Vázquez que esto
fue en 1983], en la etapa en que ella definitivamente ya no podía ver,
empezamos a hablar un poco sobre el cine y a recordar elementos de sus películas.
Me pidió que le leyera el guión de Los
perros de Dios (...)” (“Aquí
está lo que Vicens llamó la teoría de los arrepentidos”.
Por César Güemes. El Financiero.
Sección cultural, 13 de julio de 1995. P. 56)
Esta
mujer tabasqueña que concibió una prosa tersa y reveladora en la
literatura mexicana era además una gran conversadora, muy amena e inteligente,
un ser humano que ayudaba siempre a quienes se le acercaban.
Por
su parte, el escritor Sergio Fernández, uno de sus más allegados
amigos, consideró que la obra de La Peque
“es ‘muy relevante porque aún ahora marca un hito en una literatura
que yo llamaría pariente de la novela lírica, que es la que se recarga
en la sintaxis, en el estilo, independientemente de lo que narra; una literatura
que tiene contenido fundamentalmente poético y cuya anécdota es
secundaria’.” (Aislada, Josefina Vicens
no perteneció a camarillas ni grupos. Por Héctor Rivera.
Proceso. Publicación semanal, No. 630,
28 de noviembre de 1988. PP. 46-47)