VELO Cobelas, Carlos
Pereiro, Cartelle, España, 1909 México,
D. F., 1988 | |
| Alberto Isaac, Carlos Velo
y Luis Buñuel Archivo fotográfico del CONACULTA-INBA y CNIPL |
irector,
documentalista, biólogo y guionista. Nació en Pereiros, Cartelle
(Orenses), España, el 15 de noviembre de 1909. Murió en la Ciudad
de México, el 1o. de marzo de 1988. Estudió Ciencias Naturales y
posteriormente se doctoró en Ciencias Biológicas en la Universidad
de Madrid. A partir de 1934 fue profesor de Biología, se doctoró
en Entomología, fundó el cine club de la Federación Universitaria
Española (FUE) y se inició en la realización de documentales
científicos.
Entre 1934 y 1937 dirigió
documentales, la mayoría de los cuales han sido considerados como clásicos
del documental español. Además de que, a decir del crítico
mexicano, Tomás Pérez Turrent, es él quien inicia el género
en España: La ciudad y el campo (1934),
sobre la avicultura; Castillos en Castilla
(1934), documental arqueológico; Felipe y
El Escorial (1935), documental histórico; Almadrabas
(1935), documental sobre la pesca del atún; Infinitos
(1935), Tarraco Augusta (1935), Tarragona
(1936), arqueología e historia; Santiago de
Compostela (1936), sobre arquitectura; Galicia
(1937), folclore y etnografía; Saudae
(1937); Yebala (1937), mezcla entre el documental
y la ficción; Marruecos (1938) y Romancero
marroquí (1939).
Carlos Velo
era republicano. “El estallido de la guerra civil le sorprendió preparando
oposiciones para la cátedra de Ciencias Naturales en Segovia, y tras una
serie de situaciones rocambolescas, terminará en Sevilla con un salvoconducto
expedido por las tropas nacionales y un encargo para rodar, en el norte de África,
en Marruecos, un documental que, comenzado en febrero de 1938, se sitúa
entre la enografía y la propaganda falangista —que luego sería
el film Romancero marroquí— (…).
“ (RIAMBAY Esteve y TORREIRO, Casimiro. Guionistas
en el cine español. Quimeras,
picarescas y pluriempleo. Madrid, Cátedra
/ Filmoteca Española, Serie Mayor, 1998. P. 564)
Al
término de la Guerra Civil española, después de pasar un
tiempo en el campo de concentración francés de Saint-Cyprien, aceptó
la invitación del presidente Lázaro Cárdenas y se traslada
a México. En 1940, comenzó a dictar clases de varias materias en
el Instituto Politécnico Nacional, que alternará luego con la Universidad
de San Nicolás de Hidalgo donde impartió, entre otras, una asignatura
de Psicofísica del Cine.
Entre 1941
y 1951 dirigió el Noticiero Mexicano de EMA
(España-México-Argentina). Su debut en la realización de
largometrajes hubiera tenido que producirse con Entre
hermanos, film cuyo guión técnico es suyo; pero presiones
sindicales de la Sección de Directores del STPC (Sindicato de Trabajadores
de la Producción Cinematográfica) le impidieron ponerse detrás
de la cámara: “Los diálogos y la adaptación fueron
arreglados por Mauricio Magdaleno, Emilio Fernández y el director español
Carlos Velo, quien no ha podido actuar en México por circunstancias ajenas
a su voluntad (…).” (Cine y estrellas.
Por Ángel Alcántara Pastor. El Universal
Gráfico. 11 de mayo de 1945. P. 24)
La
historia protagonizada por Pedro Armendáriz, Carmen Montejo, Rafael Baledón,
Anita Blanch, está sustentada en un guión que recibe por parte de
Vila, crítico de Revista de Revistas,
el calificativo de maestro:
“(…)
El resultado entre tres fue un guión maestro… Claro que la novela
póstuma de don Federico Gamboa no quedó más que éste
o aquel detalle para su identificación, cosa elogiable desde que dicha
novela no está a la altura del famoso Gamboa…
“Ramón
Peón, suplente de Carlos Velo para la dirección, hizo cuanto pudo
por echar a perder el film, aunque a la postre se impuso la calidad de origen
en el script y se salvó en mayor parte”. (Remolino.
Por Vila (Vicente Vial). Revista de Revistas.
No. 1825, 3 de junio de 1945. P. 4)
En 1953
se asoció con Manuel Barbachano Ponce en la Productora Teleproducciones
donde se convierte en director, consejero técnico y jefe de montaje de
los noticieros Telerrevista (serie cómica),
Cine selecciones, Desfile
de estrellas, Cámara y Cine verdad.
En este último colaboró con José Miguel Jomi
García Ascot, Juan Luis Buñuel, Manuel Michel, Rubén Gámez,
y con los escritores Carlos Fuentes, Juan García Ponce y el poeta Tomás
Segovia.
En 1953 colaboró estrechamente
con Benito Alazraki en la realización de la pelícua Raíces
y en 1956 dirigió Torero: “(…)
película producida por [Manuel] Barbachano, señalada por la crítica
extranjera que ha llegado a conocerla como la mejor en su género, es Torero.
Está dirigida por un hombre muy enterado de la técnica cinematográfica
y de indiscutible talento: Carlos Velo. Está hecha con trozos de celuloide
rancio, unidos a una gran figura del toreo, Luis Procuna, en sus tardes afortunadas
o en las que, junto a destellos fugaces de su arte, aparece las ‘espantadas’,
que también contribuyen a su fama (…)“. (Cine.
Por Mateo Santos. Revista de Revistas. 31
de mayo de 1957. P. 53)
![](cartel.jpg) |
Cartel de la película Torero (Dir. Carlos Velo, 1956),
protagonizada por el matador Luis Procuna. Cinema Reporter. No. 982,
15 de mayo de 1957. P. 15 |
La
película Torero, considerada por la
crítica como pieza importante de la corriente renovadora encabezada por
el productor Manuel Barbachano Ponce, fue premiada en Venecia en 1956, así
como en Nueva York y Canadá en 1957, mezcla documentales con escenas actuadas
que se unifican en una visión realista. Para el escritor José de
la Colina, Torero “es una especie de
género nuevo y ese es su valor en el cine mexicano: una biografía-ensayo,
porque es una biografía de Procuna y un ensayo sobre la relación
del torero con su público, con el miedo, el miedo al toro y el miedo a
la gente”. (CHARRAGA Pineda, Tarcisio Gustavo y VERA Soriano, Elvia. Cesare
Zavattini en México. Un documento para
la historia del cine nacional. Tesis de licenciatura. ENEP-Acatlán,
UNAM, 1985. PP. 39-40)
A
lo largo de su carrera Velo nunca abandonó su labor como documentalista.
Realizó obras como: La pintura mural
mexicana (1952), La
tierra del chicle (1954), Chistelandia
(1958), Nueva Chistelandia
(1958), ¡Vuelve
Chistelandia, recopilaciones del noticiero semanal
Telerrevista; Carta de los derechos y los
deberes (1975), México
al exterior: un permanente desafío (1975) y
La tierra de todos (1975).
Después
de Torero, Carlos Velo emprendió un
ambicioso proyecto, el cual quedó inconcluso: México
Mío (1956-1957), influenciado en su totalidad por Cézare
Zavattini.
En 1966 debutó en el cine
comercial de ficción con Pedro Páramo,
primera versión cinematográfica de la obra de Juan Rulfo, adaptada
por Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y el propio Velo. Mientras
se realizaba la filmación, el director fue entrevistado:
“—¿Y
cómo se las arregla para hacer en cine una novela tan complicada como Pedro
Páramo?
—Pues mire usted,
los autores de la adaptación, que somos Carlos Fuentes, Barbachano y yo,
pusimos sumo cuidado en todas estas cosas. Claro que había obstáculos
pero no eran insuperables. Al contrario, daban a nuestra imaginación un
aguijonazo. (…) Había que alternar los tiempos y combinar, como usted
dice, seres vivientes con fantasmas.
—Pero
no habrán hecho una película de fantasmas…
—No.
El talento de Fuentes y de Barbachano (no hablo de mí) lo hubiera impedido.
Nuestros difuntos no son transparentes ni andan sin gravidez ni hablan con voz
de ultratumba. Existen, claro características visuales que diferencian
las escenas del mundo vivo de las del mundo de los muertos. (…)
—¿No
habrá peligro de que les resulte una cinta muy sombría?
—No.
Tiene demasiada vitalidad el argumento para ser sombrío. Las escenas de
ultratumba, pues ni remedio; pero las otras, la de la vida real, como le decía,
son muy animosas. Las palabras tienen una especial virtud que da claridad a todo
esto. Y los personajes también. Son de una pieza, como el mismo Pedro
Páramo, que parece tallado en roca. Escenas incluso cómicas
las hay, con ese peculiar humorismo de Rulfo. Llenas de albures, de frases con
segunda intención…”. (Pedro Páramo
cobra vida completa. Por Beatriz Reyes Nevares. Siempre!
Número 665, 23 de marzo de 1966. P. 44)
Posteriormente,
Velo dirigió otros largometrajes industriales de ficción: Don
Juan (1967), Cinco de chocolate y uno de fresa
(1968), Alguien nos quiere matar (1969), Secreto
eterno (1969) y Medio pelo (1970).
A partir de 1971 dirigió el Centro de Producción de Cortometraje
de los Estudios Churubusco. De 1975 a 1977 fue director-fundador del CCC (Centro
de Capacitación Cinematográfica), y a partir de 1976 dirigió
el Centro de Producción Audiovisual de la Secretaría de Educación
Pública. Fue fundador de la AMRAC (Asociación Mexicana de Recursos
Audiovisuales Científicos) de la cual fungió como presidente (1984-1988).
En
1983, recibió el premio Mestre Mateo
de la Xunta de Galicia, con el que se reconoció el conjunto de la obra
de un creador gallego.