UGALDE, Víctor
Zacapu, Michoacán,1954
 

Foto proporcionada por el escritor

irector, investigador y guionista de cine. Su nombre verdadero es Víctor Manuel Romero Ugalde, nació el 15 de septiembre de 1954 en Zacapu, Michoacán. Pasante de la carrera de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional (1973-1976). Posteriormente estudió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC / UNAM) la carrera de Guión y Dirección. En 1984 tomó un curso de realización y guión con el director Alejandro Galindo, de quien reconoce una gran influencia y con el cual entabló una estrecha amistad de más de veinte años.

Debutó en la industria cinematográfica con el guión ¿Nos traicionará el presidente? / Intriga contra México (Dir. Juan Fernando Pérez Gavilán, 1987), basado en la novela homónima de Juan Miguel de la Mora, que estuvo nominada para el Ariel en la categoría de mejor adaptación cinematográfica en 1989.

Su incursión en la industria coincidió con su salida del CUEC. El guionista recuerda que se aventuró cuando escuchó decir al productor (Pérez Gavilán): “Tengo una historia buenísima y voy a contratar a un escritor famoso para que la adapte” y él lo retó: “contrátame a mí. Yo escribo la historia, si no le gusta contrata a un escritor famoso (Entrevista para Escritores del Cine Mexicano Sonoro, enero 2000). En ese momento yo tenía que entregar la película Una de cal (1986) al CUEC y no la pude acabar a tiempo, porque preferí dedicarme profesionalmente al cine.

Ante la censura que sufrió su primer guión y con la desesperación del productor Pérez Gavilán, por no contar con liquidez, éste, mencionó que necesitaban una película de las que dejan lana. Ugalde aseguró que ese cine es fácil, porque es de fórmula. El productor lo retó y así nació el argumento y guión de La Lechería (1987), que también sufrió el embate de la supervisión. Se omitió parte de la crítica a la corrupción en LINCONSA [Leche Industrializada CONASUPO. (Industrializadora de leche del Estado Mexicano)]. Se dejaron también los albures y desnudos. Años más tarde la televisión los eliminó y la obra ya no es reconocible tal y como se concibió. Esta película es considerada por el autor como “comedia erótica popular” y obtuvo un gran éxito de taquilla. Ocupó el octavo lugar de ingresos a nivel nacional en el año de su estreno.

Víctor Ugalde aseguró que Juan Fernando Pérez Gavilán quedó muy complacido con el resultado de La lechería. El productor creía que ya había encontrado un muchacho que tenía la varita mágica de la recuperación. Le ofreció un contrato súper-ventajoso. Me compraba guiones por adelantado y me llegó a asignar una mensualidad. El creía que sólo había que repetir la fórmula, pero yo quise experimentar que tanto contenido de la realidad podía soportar la censura y el público popular que abarrotaba los cines de COTSA. El resultado fue un desastre, Dando y Dando (1988) y Para que dure, no se apure (1988) no ganaron lo mismo que La lechería y el productor me canceló el contrato.

En este tiempo, Víctor Ugalde logró convencer a Felipe Santander y a Pérez Gavilán para adaptar al cine la obra de teatro, El extensionista (Dir. Juan Fernando Pérez Gavilán, 1990) que se filmó 3 años más tarde.

En lo que se refiere a las dificultades de la adaptación de El extensionista, Ugalde señaló: “Tuve algunas diferencias con el dramaturgo Felipe Santander, él no sabía escribir para cine y me decía: Yo quiero que empiece la historia con un largo flash back. Yo lo contradecía y me negaba porque con los flash backs detienes la acción dramática y solamente funcionan para develar un secreto que haga girar la historia, pero si sólo es para informar sobre el pasado de un personaje, el espectador se aburre; es un error de escritor primerizo. Con esas discusiones nos empezamos a distanciar”. (Idem)

Cartel publicitario de El Extensionista
Imagen proporcionada por el escritor


“En 1989, Televicine me llamó para dirigir Mi compadre Capulina (1989), con una adaptación de Abel Salazar basada en una historia escrita por Gilberto Martínez Solares para el humor de Germán Valdés, Tin Tan. El guión lo tuve que adaptar sobre la marcha ya que la comicidad de ambos era completamente diferente. Lo mismo sucedió con Los Fugitivos (1990). Carlos Enrique Taboada escribió una historia para utilizar unas locaciones que habían dejado los norteamericanos, pero como el productor se disgustó con el gobernador de Durango, tuve que reescribir el guión a marchas forzadas, para filmar en Guanajuato, donde decía:
INT/ RESTAURANT INGLÉS AÑOS CUARENTA/ DÍA.
Se convirtió en: EXT/ RANCHO CON CINCO MIL CERDOS/ DÍA.
Sólo el colmillo que había desarrollado como escritor me permitió trazar personajes más o menos interesantes y creíbles. La cinta contó con buena recepción por parte del público y eso que el productor no cumplía con la producción prometida.

Recuerdo que el guión decía: Y POR LA LADERA DEL BOSQUE DESCIENDE UN CONVOY DE PATRULLAS PARA ATRAPAR AL GRAN GRAN NARCOTRAFICANTE AL BAJAR DE SU JET...

“Cuando uno lo ve escrito el guión suena padrísimo, pero cuando llegas a filmarlo, te encuentras con el productor que te dice:
a) no hay jet y es un bimotor; b) no hay convoy policiaco y sólo contamos con una patrulla... y de estas realidades hay muchas, muchas. Y encima el productor se molestó cuando vio los rushes ya que no aparecía en la imagen lo que indicaba el guión”. (Idem)

Con respecto a la manera en que se produce el cine mexicano, donde se dedican sólo 2 ó 3 semanas para la realización de un filme, Ugalde reconoció que para hacer películas en tan poco tiempo se requiere que “los guiones sean más precisos y estén afinados. Sólo así se puede hacer una película de calidad, o más o menos bien narrada, en dos semanas. Lo que tienes que hacer es que no existan tantos personajes y que no haya tantas locaciones, valga como ejemplo La Tarea de Hermosillo o Una familia de tantas de Alejandro Galindo. Me puse a estudiar películas de los cincuenta para responder a la pregunta: ¿Cómo se puede lograr una película de calidad con escasa producción? Entonces tenemos que se desarrolla dramáticamente en el menor número de espacios y con el menor número de personajes. Por ejemplo, Alejandro Galindo había dirigido Cuatro contra el mundo (1949), historia que iniciaba con una secuencia de un robo en la calle, y finalmente el 90 % de la trama se desarrolla en una azotea”. (Idem)

En otra ocasión señaló Ugalde, “Fernando de Fuentes me pidió que le corrigiera un guión en 72 horas, respetando las locaciones y los personajes, ya que la película se empezaba a filmar el lunes y el guión era un desastre escrito por alguien cercano a Emilio Azcárraga. Llamé a Xavier Robles para escribirlo de manera conjunta ya que en esa época no se escribía en computadora sino en máquina de escribir mecánica o eléctrica y por la premura no podíamos darnos el lujo de corregirlo como se acostumbra. La historia se filmó. Sin embargo cuando el público o la crítica la ven, creen que el malo es el guionista y no las condiciones que le imponen a este los productores.

“Después, vino la debacle de nuestra industria y me metí a tratar de reformar la fatídica Ley de cine del 1992 y empecé a escribir, sin darme cuenta, más ensayos y artículos sobre el cine y la industria, que guiones cinematográficos. De esto me di cuenta cuando después de cinco años de lucha logramos la nueva ley de cine en el 1999 y encontré más de 400 artículos míos sobre el tema. En ese inter, estuve nominado al Ariel por Mejor Cortometraje de Ficción con Un día sin auto (1994), gané en 1995 el concurso del STPC [Sindicato de la Producción Cinematográfica], junto con otros escritores, que fue convocado por la Sección de Autores para conmemorar el 50 Aniversario del Sindicato, pero la historia se quedó guardada en el cajón, igual que mi más reciente guión que trata de un Asesinato en la sierra Huichola”. (Idem)

Dentro de las películas que dirigió, se encuentran además: Mi mujer tiene un amante (1989), Los fugitivos (Video, 1990), La monja ensangrentada (Video, 1991) y Donde quedó el colorado (1991).

Víctor Ugalde se ha desempeñado, entre otros cargos, como jefe del Departamento de Investigación y Estadística de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma (CANACINE, 1979-1982). Actualmente es el director de la Rama de Cine del Consejo Directivo de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM, 2000-2002) y funge como secretario Ejecutivo del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE).

Entre las obras escritas por él destacan: Compendio de la problemática de la industria cinematográfica mexicana (CANACINE, 1976), El cine ante el derecho a la información (Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, 1980); Bye, bye, Lumiere (Universidad de Guadalajara, 94) con el ensayo ¿Yankees, Wellcome? y su más reciente publicación: Industrias Culturales y TLC (RMALC, 2000) con el ensayo ¿El TLC, la otra conquista?

Dentro de los guiones inéditos que el escritor ha registrado en SOGEM se encuentran: La banda contra los pipiris nais; Campeón sin corona 80; Cena con el jefe; Duro y contra ellas; El extensionista ll; El manitas, el manotas y el tentón; La muerte de un periodista; Nada personal; El arte no deja; Sangre en el ring; El suicida; Tinieblas en la ciudad violenta; El tinieblas vs los traficantes de niños; Visión de Anáhuac; Contaminación, el quinto jinete del apocalípsis; La herencia sagrada y Asesinato en la sierra Huichola.