TABÍO, Juan Carlos
La Habana, Cuba, 1943
 

http://www.cubacine.cu/revista/sup1/tabio.html

irector y escritor de cine. Nació en La Habana, Cuba, el 3 de septiembre de 1943. Se formó en el grupo de creación creado por Tomás Gutiérrez Alea en el Instituto Cubano de Arte y la Industria Cinematográfica (ICAIC).

Trabajó como asistente de director de Tomás Gutiérrez Alea durante algunos años. En 1963 realizó su primer cortometraje Peligro, al que siguieron los cortos: Combo universitario (1963), Higiene en el ordeño (1968), Proceso industrial de la leche (1969), Desarrollo Industrial (1970), Los factores de la votación (1972), Nos veremos ayer noche, Margarita (1972), Miriam Makeba (1973), Soledad Bravo (1974), Joan Manuel Serrat (1976), La cadena (1978) y Un reportaje con el grupo Moncada (1979).

Después de una larga experiencia como realizador de cortometrajes, en 1983 realizó su Ópera Prima Se permuta, que en 1984 obtuvo el Premio Coral en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano en Cuba y el Premio a la Mejor Actuación Femenina en el Festival Internacional de Cine de Río de Janeiro, Brasil. Posteriormente realizó los cortometrajes Dolly Back (1986), Plaff o demasiado miedo a la vida (1987). Este último tuvo una gran recepción en el Festival de Cine Latino de Nueva York. En 1992 realizó la cinta El elefante y la bicicleta.

En 1993 dirigió junto con Tomás Gutiérrez Alea el filme Fresa y chocolate, coproducción Cuba / España / México, que fue nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera. Nuevamente en codirección con Gutiérrez Alea realizó en 1994 la cinta Guantanamera. Ese mismo año participó en la elaboración del guión del cortometraje De tripas corazón, realizado por el mexicano Antonio Urrutia. Participó en la elaboración del episodio El cine es una isla en la cinta conmemorativa de los 100 años de cine en América Latina La memoria / Enredo de sombras (1997), coordinada por Julio García Espinosa. Su última película Lista de espera (2000), basada en el cuento homónimo de Arturo Arango, fue una coproducción Cuba-España-México-Francia-Alemania.

Con referencia al guión Juan Carlos Tabío opinó lo siguiente: “Dirigir cine es llevar a cabo la esencia de lo que está presente en un guión, tanto en su concepto, como en el estilo. Es conducir de alguna manera a un grupo de personas a conseguir lo que juntas pensaron y planificaron. Desde el guión uno comienza a elaborar, de una manera un tanto inocente, los distintos elementos de la puesta en escena. En el guión uno suele describir la atmósfera de una locación que es un elemento dramático que está dentro de una película. Cuando describes la casa de alguien, de un determinado personaje, ese ámbito está hablando de ese personaje. Es un elemento presente en el discurso visual del filme que tiene una función dramática. Dice cómo es el personaje, al igual que el vestuario. Tanto el vestuario como la escenografía son medios que te sirven para expresar cómo es, cómo piensa, y qué carácter tiene determinado personaje. Por otro lado, a la hora de escribir un personaje, muchas veces pienso en un actor que conozco o he visto trabajar. Imagino el personaje encarnado por ese actor. Trato de ajustar los diálogos a la manera en que sé que él los dirá de un modo más orgánico, más fluido. Todo eso denuncia que desde una etapa tan temprana como la escritura del guión ya se va definiendo la forma que va a tener la futura película. Eso es parte de las obsesiones mías a la hora de concebir una película. Eso está presente ya en el guión. Es decir, guión y puesta en escena son, en mi caso, la misma cosa”. (Juan Carlos Tabío hubiera preferido ser novelista que cineasta. Por Pedro Gutiérrez, Suplemento de la revista Cine Cubano, No.1 www.cubacine.cu/revista/sup1/tabio.html)

Escena de De tripas corazón
(Dir. Antonio Urrutia, 1994)

Por otro lado Tabío en relación a su estilo opinó: “Es parte de mi estilo manejar la historia entre la realidad y la ficción, como variantes de un mismo tema. Me gusta jugar y que el público no sepa en dónde termina la realidad y empieza la ficción. Esta es otra forma de narrativa y una manera diferente de abordar la realidad, pero finalmente todo estriba en tratar de conmover en un tono aparentemente realista y creo que se logra. Además, despertar una reflexión sobre los temas que se tocan, del ser humano”. (El cine no es un problema de creación sino de dinero. Por Patricia E. Dávalos, Crónica, 9 de abril de 2001. P. 32)