| SNEIDER
Gojman, Roberto México, D. F., 1962 |
Viceversa,
edición especial, No. 29, octubre de 1995. P. 14 | |
irector
y guionista cinematográfico. Roberto Sneider nació en la Ciudad
de México el primero de septiembre de 1962. Realizó sus estudios
de preparatoria en Florida, Estados Unidos. A su regreso a la capital del país
ingresó a la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad
Iberoamericana (UIA) y se especializó en Cine.
A
lo largo de su carrera dirigió algunos cortometrajes y los documentales
Teitaclá (1984) y Tejedores
de Tierra Blanca (1986). Después de concluir sus estudios trabajó
como asistente de dirección para la compañía Video
3 y comenzó a dirigir videos dentro de otras empresas. En 1986 fue
contratado por la productora RKO de México en donde comenzó a realizar
algunas labores administrativas, hasta que en 1987 le otorgaron el puesto de gerente
de locaciones en la filmación de las cintas Hot
Pursuit del director Steven Lisberger y Gringo
Viejo realizada por Luis Puenzo.
Ese
mismo año, Roberto Sneider ingresó al Núcleo de Estudios
Teatrales y poco tiempo después viajó a los Estados Unidos, donde
estudió un posgrado en el American Film Institute (AFI) de Los Ángeles.
Durante su estancia en el vecino país, Sneider dirigió el cortometraje
La cara de la desgracia (1988), basado en
un cuento de Juan Carlos Onetti, y en 1989 realizó Progress
y Primer amor. Además continuó
con su trabajo como gerente de locaciones en Habana
/ Havana (Dir. Sydney Pollack, 1990) y Mi
vida loca / My crazy life (Allison
Anders, 1991). (KRIGER Clara / PORTELA Alejandra, compiladoras. Diccionario
de realizadores. Cine Latinoamericano. Tomo I. Buenos Aires, Ediciones
del Jilguero, 1997. P. 414).
En 1992, participó
como asistente de dirección con el realizador norteamericano Rob Spera
en su largometraje La esposa del ministro
/ Minister’s wife y colaboró
en la filmación de Sangre por sangre
/ Blod in, Blod out, de Taylor Hackford.
Estando
aún en los Estados Unidos, Roberto Sneider fue contratado por un productor
inglés para hacer la adaptación de la novela Dos
crímenes, de Jorge Ibargüengoitia, con el fin de llevarla a
la pantalla grande, pero el proyecto no se concluyó, por lo que Sneider
buscó en México el financiamiento para esta película que
comenzó a rodarse en 1993.
Esta cinta
ganó el premio Montgolfiere d’or
a la Mejor Película en el XVI Festival de los Tres Continentes de 1993,
realizado en Nantes, Francia; el Jaguar Maya de Oro
por el Mejor Guión en el III Festival de Cancún, Quintana Roo en
1994; el segundo premio en la categoría de Tema Libre en el Concurso de
Guiones FECIMEX; Premio al Mejor Actor otorgado a Damián Alcázar
y a la Mejor Actriz de Reparto a Dolores Heredia en el Festival de Cartagena,
Colombia de 1994; Premio de Calidad en el Festival de Bélgica Cinedecouvertes.
En 1995 obtuvo tres Arieles por Mejor Ópera
Prima, Mejor Coactuación Masculina otorgada a José Carlos
Ruiz y Mejor Coactuación Femenina para Margarita Isabel. También
ganó tres Diosas de Plata por Actuación
Masculina, Coactuación Femenina y Ópera
Prima. Finalmente fue laureada con la Medalla de Plata en el XIII Festival
de Bogotá, Colombia.
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Dolores Heredia y José
Carlos Ruiz, en escena de Dos crímenes
(Dir. Roberto Sneider, 1993) |
En
una entrevista realizada por Víctor Bustos, el realizador de Dos
Crímenes, respondió:
“–¿Cómo
nace el proyecto de Dos Crímenes?
–Lo más importante es la novela; a partir de que la leo tengo muy
claro cuál es la película que quiero hacer. Esto sucedió
hace poco más de cuatro años. Realmente lo más difícil
de esta película fue escribir el guión y conseguir los derechos;
esa fue una batalla de dos años y me tomó el mismo tiempo que conseguir
el dinero, filmar, posproducir y vender la película.
–¿Por
qué escogiste para tu debut la novela de Jorge Ibargüengoitia?
–Yo había leído a Jorge Ibargüengoitia desde la prepa;
es un autor que me encanta, pero no conocía Dos
crímenes, hasta que un productor inglés amigo mío
me mencionó la novela. Entonces la leo y me fascina (...) Me interesaba
bastante tratar de llevar a la pantalla esa visión de los mexicanos, con
ese sentido del humor tan específico (...) Por otra parte, es una de las
novelas de Ibargüengoitia que más se presta para adaptar al cine,
tiene una anécdota muy bien armada, contiene una visión de crítica
social con un gran sentido del humor y personajes que están maravillosamente
pensados.
–Teniendo como base un material literario, ¿cómo
fue el trabajo de adaptación?
Fue curioso, yo leí la novela
e inmediatamente la visualicé. Me dije, en dos semanas la escribo y tengo
un guión. Me senté a escribir emocionado y después de trabajar
doce horas diarias, durante seis meses, apenas tenía una primera versión
del guión. Fue muchísimo más difícil de los que imaginé,
para empezar porque la estructura de la novela no era lo que yo pensaba que funcionaba
para contar la historia; había que encontrar una estructura dramática
un poco más tradicional. Por otra parte, algunas escenas que Ibargüengoitia
describe desde el punto de vista del narrador en primera persona, tú ya
entiendes y te metes a esa escena. Sin embargo en el cine no tenemos ese lujo.
Yo no quería recurrir a una voz en off. Entonces, a mí me toca convertir
eso que está descrito en primera persona, en dos palabras por el narrador,
en una escena y en un diálogo, tratando de que eso pegue con los demás
diálogos de la novela, cuidando que los personajes y las situaciones estén
próximos a las situaciones y los diálogos que escribió el
autor (...) Y luego, claro, venía la parálisis total de decir: con
qué cara yo me pongo a escribir escenas de estos mismos personajes que
inventó don Jorge Ibargüengoitia.
–Después de tu
primer largometraje, ¿hacia dónde te piensas dirigir?
Yo tengo
un interés muy especial en seguir haciendo adaptaciones de autores latinoamericanos,
pero específicamente mexicanos (...) De lo que más tengo ganas es
de seguir haciendo adaptaciones a cine. Siento que hay historias y personajes
muy bien desarrollados, muy originales y que ésta es una mina de oro que
no se ha explotado del todo.” (Jorge Ibargüengoitia
visto por Roberto Sneider. Por Víctor Bustos. Dicine,
No. 63, julio-agosto de 1995. P. 17 – 18).