SARAGA Bronstein, Eva
Bogotá, Colombia

Foto proporcionada por la escritora

 

scritora y guionista. Nació en Bogotá, Colombia. Estudió Antropología Social en la Universidad de Los Andes. Obtuvo el grado de Maestra en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en Literatura Latinoamericana por la Universidad de Londres.

A principios de los ochenta trabajó para la televisión europea: Fue guionista y asistente de dirección de los documentales Un hombre como Julio (Dir. Ernesto Rimoch, 1983), que trata sobre la obra del escritor argentino Julio Cortázar y La línea (Dir. Ernesto Rimoch, 1992), largometraje que a través de 12 historias narra la vida de la frontera entre México y Estados Unidos, que fue nominado al Ariel (1994) en la categoría de Mejor Largometraje Documental. Además recibió una mención de la Organización Católica Internacional de Cine (OCIC) por su carácter humanitario, en defensa de los derechos humanos y rescate de las culturas de la frontera.

En 1989 participó como guionista y directora del documental México: los tres sismos (Dir. Ernesto Rimoch / Eva Saraga), que narra la reconstrucción de las vecindades del Centro Histórico de la Ciudad de México destruidas por el terremoto de septiembre de 1985.

En 1994, Eva Saraga se integró a la industria nacional como guionista y directora de arte del largometraje El Anzuelo (Dir. Ernesto Rimoch). Esta cinta fue bien recibida en la XI Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara. Ganó los premios de la Crítica Nacional, del Jurado Internacional y el de la OCIC. Además estuvo nominada al Ariel en la categoría Mejor Argumento Original; y obtuvo los premios Diosa de Plata y Ariel por ser considerada la mejor Ópera Prima de 1996.

En el 2001 coescribió su segundo guión, Demasiado amor, basado en la novela homónima de Sara Sefchovich. Este filme fue galardonado como mejor película en el Festival de Cine de San Antonio, Texas; fue considerada como una de las 10 mejores películas de nuevos directores en Sao Paolo, Brasil y mereció el Premio del Público en la Muestra de Cine Latino, en Winsconsin, Estados Unidos. Además de ser nominado al Ariel (2002) en la categoría mejor guión cinematográfico adaptado.

Actualmente (2002) se encuentra trabajando en un nuevo proyecto que está en proceso de escritura. Eva Saraga decidió —por el momento— no hablar de dicho proyecto: “Soy medio supersticiosa, a veces puede haber fuerzas que impidan que se concreten los proyectos. Es mejor dar la sorpresa.” (Entrevista para Escritores del cine mexicano sonoro, agosto 2002)

Jorge Galván y Mariana Lecuona, en escena de El anzuelo (Dir. Ernesto Rimoch, 1994)
Programa Cineteca Nacional, mayo de 1996

Para Eva Saraga “escribir para el cine es crear imágenes, es narrar una historia a partir del desarrollo de una idea o tema. Es un proceso en donde se trata de encontrar el tono y el estilo de lo que se quiere contar.

“Para escribir puedo partir de una historia o también de la creación de personajes. Cada película es diferente, cada una tiene su propio proceso de creación. La inspiración para mí es una especie de llamado, algo que busca ser exorcizado. Es como un encuentro fugaz pero repetitivo. Puede venir de la realidad y se va transformando conforme avanza la escritura de la historia o lo puedes hallar en tu pensamiento.”

Los temas recurrentes en los guiones de Eva “son los relacionados con la lucha de los seres humanos frente a la muralla de la vida.” Además le apasiona tener el arma de la crítica, atacar aspectos oscuros de la sociedad por medio de la burla y la ironía. “En los guiones que he escrito existe la constante de la mujer, las relaciones familiares, la mentira, pero también el proceso de la vida. (...) El exilio entendido como proyecto de encontrarse a uno mismo y la identidad como base de reconocimiento.”

Sobre su experiencia como escritora cinematográfica, Eva Saraga, comentó: “Creo que es más difícil adaptar un guión que escribir una idea original. Es el reto de olvidar el libro para crear un lenguaje estrictamente cinematográfico, sin perder de vista la esencia de la novela. En una adaptación te debes de desprender de las partes de la novela que no están integradas a la historia que vas a contar. Hasta cierto punto se traiciona la novela para poder crear el efecto cine: imágenes cinematográficas. Por ejemplo, la adaptación de Demasiado amor fue un proceso difícil. La novela se cuenta en dos tiempos y además como cualquier novela puede leerse en diferentes momentos. Por ello, en la película había que unificar el tiempo y crear una historia integral para crear tensión, pero sobretodo un efecto que lograra conmover cinematográficamente.”

Saraga Bronstein no considera al guión cinematográfico una forma de literatura ya que, cree que éste no perdura como obra en sí misma. “La función del guión es metamorfosearse en la cinta, es la materia prima. El guión siempre está en transformación, ninguno queda intacto a la hora de filmar. (...) El guión además tiene puntos oscuros que se resuelven al momento de la puesta en escena. El guionista es el primero en definir estos elementos, pero ellos sólo cobran vida cuando el director y el fotógrafo crean la concepción visual de la película, que finalmente recrea ambientes y personajes.

“Sin embargo, creo que el guionista es un escritor y como tal debe generar ideas que sepa contar con una riqueza del lenguaje. El guión cinematográfico no se debe limitar a ser una guía técnica porque es el alma inspiradora de la película. Allí deben encontrarse las emociones que se transmiten en una película, las ideas que el guión debe ser capaz de evocar. Las historias tienen que ser redondas, donde haya una constante producción de sentimientos y pasiones.”

Por último, señaló: "Pienso que debido a la escasa producción cinematográfica en México no ha sido posible desarrollar el oficio del guión. Porque son pocas las películas que se realizan al año, lo cual, ha obligado a los guionistas a trabajar en otras áreas para poder sobrevivir. Pese a ello, tenemos buenos guionistas como Vicente Leñero, Guillermo Arriaga, Beatriz Novaro, Ignacio Ortiz, entre otros.” (Entrevista para Escritores del cine mexicano sonoro, agosto 2002)