SÁNCHEZ Aguilar, Francisco
Ciudad Acuña, Coahuila, 1939
Foto de Jorge Vargas López
Fundación Arturo Rosenblueth.
No. 8. Abril de 2000. P. 36
 

uionista de cine y televisión; crítico e historiador de cine. Francisco Sánchez nació el 22 de enero de 1939, en Ciudad Acuña, Coahuila.

Crítico mexicano muy apreciado por el gran número de lectores de la sección de espectáculos del periódico deportivo más leído: Esto (1972-1980), antes había colaborado para El Nacional (1970-1972).

Inició su carrera de guionista en 1973 en el largometraje documental Los que viven donde solpla el viento suave (Dir. Felipe Cazals), sobre las condiciones de vida de los Seris —grupo indígena que vive en la costa sonorense de Kino y frente a la Isla Tiburón—, que ganó el premio para mejor filme en el Festival Internacional de Cine Documental de Bilbao, España, en 1974.

Desde entonces ha sido autor o colaborador en los libretos de medio centenar de películas, labor en la que ha obtenido los siguientes premios: El Heraldo para el Mejor Guión, 1979, por Las noches de Paloma (Dir. Alberto Isaac); Diosa de Plata para el Mejor Guión, 1980, por Amor libre (Dir. Jaime Humberto Hermosillo); Ariel para el Mejor Argumento Original, 1984, por El tonto que hacía milagros (Dir. Mario Hernández, 1982); Coral de La Habana al Mejor Guión por Pueblo de madera (Dir. Juan Antonio de la Riva), en el XII Festival Internacional de Cine Latinoamericano (La Habana, Cuba, 1991).

Dentro de su obra publicada podemos mencionar los libros sobre cine: Todo Buñuel (Cineteca Nacional, México, 1978); Hermosillo, pasión por la libertad (Cineteca Nacional, México, 1989); Crónica antisolemne del cine mexicano (Universidad Veracruzana, Xalapa, 1989); La comezón del séptimo arte (Juan Pablos e Instituto de Cultura de Durango, México, 1998); Océano de películas (Juan Pablos y Cineteca Nacional, México, 1999) y Siglo Buñuel (Juan Pablos y Cineteca Nacional, México, 2000).

Actualmente (junio, 2001) tiene en preparación los siguientes libros: Breve relación del cine mexicano (reelaboración y puesta al día, hasta el año 2000, de Crónica antisolemne del cine mexicano); así como La guerra privada de un cinéfilo desquiciado, obra de la cual el mismo escritor refiere que es una: “memoria fímica y toma de actitud beligerante por parte del autor ante los problemas a que se enfrenta cotidianamente, tanto el espectador como el creador cinematográficos”.

En narrativa, también ha publicado: Postales de los años de esplendor (Reloj del Sol, Monterrey, 1994); Tierra que fue mar (Casa de Cultura y Teatro Isauro Martínez, Torreón, 1996); Manuel Acuña protagonista (Historias de entretén y miento, Saltillo, 1999); así como La mujerte (Colima, 1988), Premio Comala, 1988.

Su incursión como escritor de televisión ha dado como resultado las siguientes Telenovelas: Teresa (Televisa. Producción de Lucy Orozco, con Salma Hayek, 1989); Ramona (Televisa. Producción de Lucy Orozco, con Kate del Castillo y Helena Rojo, 2000) y Luna de plata (Rodolfo de Anda. Obra en proceso —junio 2001—, en colaboración con Guenia Argomedo).

Francisco Sánchez participó en la Comisión de Premiación de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, A.C., en 1958, 1977 y 1978. Tiene en su haber, además, la dirección de la película Oficio: Golfa en 1990.

Nuestro escritor es lo que podíamos definir como un guionista profesional, quien asegura que: “El guionista es un creador, pero su creación es efímera. Emprende la elaboración de un libreto como si estuviera escribiendo una novela o una obra de teatro, mas no ignora que el resultado final de su trabajo estará sujeto a una transformación posterior” (…) Y al definir el guión, su esencia creativa, Sánchez Aguilar señala: “El guión es un boceto (todo lo imaginativo que quieras, pero un boceto al fin de cuentas) de una entidad más compleja que tiene que ver con un espectro audiovisual de artes plásticas y artes dramáticas (…)”; para luego deslindar los tramos de la creación fílmica: “En mi opinión —resume—, el argumentista y adaptador fílmico debe poner toda su atención en ese aspecto de la obra —el narrativo— y dejar los otros aspectos —los dramáticos y los audiovisuales— al director”. (Entrevista de Daniel Mir. El oficio del guión. Revista Fundación Arturo Rosenblueth, No. 8. México, Abril de 2000).

Luis Buñuel y Francisco Sánchez en 1977. Foto de Fernando Mejía.
Ibid. P. 38

Por otro lado, a la pregunta: ¿Qué porcentaje de una película es el guión?, Francisco Sánchez responde: “Yo no sé qué porcentaje de una película corresponda al guión. A veces el guión es casi toda la película, como lo hemos visto recientemente en Belleza americana. En cambio, sabemos que hay obras maestras que se han hecho sin guión. (…) Un autor como Tarkovski podía filmar con guión o sin él, es decir, como le diera la gana”.

—Entonces, le inquiere Daniel Mir, ¿qué tan cerca pueden estar la literatura y el cine?

—Están tan cerca en el sentido de que hay, como ya apunté —asegura el escritor— una tradición narrativa que va de la práctica de la expresión oral a la escrita y de ésta a la representada por el cine y otras disciplinas audiovisuales.

Para más adelante referirse a algunos aspectos de las adaptaciones:

—¿Y las adaptaciones literarias? Se han usado mucho en el cine.

—Con excepciones, la regla ha venido siendo que de la buenas novelas salgan malas películas y que de las novelas mediocres salgan filmes excelentes. Huesos duros de roer para el cine han sido las obras de escritores como Proust, Joyce, Woolf, Kafka, Miller, Rulfo o García Márquez. En cambio, las novelas policiacas baratas han sido un venero formidable de buenas películas. ¿A qué se debe esto? Misterio. Lo ideal, en todo caso, es que de las adaptaciones de libros para cine no salgan literarias. (…)

“En México tenemos el caso de Pedro Páramo, que ha sido transferido al cine dos veces y media sin que los realizadores, a pesar de su talento, hayan podido llegar nunca ni siquiera a primera base” (…)

Ya para finalizar la inclusión de estos estractos de la entrevista a Sánchez Aguilar, agregaremos su opinión sobre la diferencia de los lenguajes: cine y literatura.

“—Diferentes pero no opuestos, como muchos han dictaminado, —señala enfático—.

En uno fluyen palabras, en el otro fluyen imágenes y sonidos. En ambos hay un decir y con frecuencia una historia. No hay que olvidar, por otra parte, que con las palabras también se construyen imágenes. Tampoco que con el armado o edición de imágenes fílmicas se construye asimismo un lenguaje. Todo va hacia lo mismo”. (Idem)