Paralelo a sus estudios adaptó, produjo y dirigió los videos Madame Kamata, de Yukio Mishima y Miss Julie, de Strindberg. En 1977, coprodujo y asistió a Óscar Blancarte en el cortometraje Gilberto Owen, un poeta olvidado. En 1978, escribió, dirigió y produjo el cortometraje El sueño puro de una media noche, seleccionado para competir por el Oscar Studens Award.

En 1986, después de ocho años de investigación y filmación, debutó como realizador con el largometraje documental, Ulama, el juego de la vida y la muerte, película que recrea los orígenes del juego de pelota prehispánico y las culturas prehispánicas. Por el obtuvo un Premio Ariel al mejor largometraje documental, y a la mejor Ópera Prima. Esta cinta también obtuvo los Arieles a la fotografía, a la edición y a la música de fondo.

Sobre este documental se escribió: “En principio, es menester decir que Ulama no es un documental estrictamente antropológico. Sí, hay una buena investigación detrás del guión, pero la película no pretende seguir la línea de conducta de, por ejemplo, los documentales producidos por el Instituto Nacional Indigenista. De la combinación de datos antropológicos e históricos con secuencias de ficción nace una dinámica interesante y accesible para el espectador. Del mismo modo, en la narración se alternan los textos descriptivos e informativos con fragmentos del Popol Vuh y otras fuentes análogas, en un sistema que no es nuevo ni mucho menos para que, acompañado de las imágenes adecuadas, dar solidez al trabajo documental.

“(...) En el ámbito narrativo y de realización, hay algunas secuencias especialmente notables, entre las que destaca la descripción de la fabricación de la pelota de hule, que es como un pequeño documental dentro del documental.

“Y como detalle hasta cierto punto insólito dentro del género documental, puede hallarse en Ulama un atractivo toque de humor, que es especialmente evidente en la secuencia de los tlaloques y en la parte dedicada a la visión de los conquistadores sobre el juego de la pelota. Esto apunta directamente al hecho de que el realizador ha sabido aplicar lo lúdico del cine a lo lúdico del juego de la pelota.

“En suma, Ulama es un buen documental, visualmente atractivo, con algunos giros inesperados. (...)” (Ulama, el juego de la vida y la muerte. Por Juan Arturo Brennan. Dicine, No. 28, 28 de mayo de 1989. P. 19).

Foto proporcionado por el autor

En 1994, Roberto Rochín realizó el mediometraje El misterio de los mayas y el cortometraje de ficción, Pedazo de noche basado en el cuento homónimo de Juan Rulfo. En 1996, este cortometraje estuvo en la selección oficial de la Bienal del Festival de Venecia y recibió el premio Mejor Cortometraje, en el World Fest Houston.

En 1995, coprodujo el cortometraje animado Sin sostén (Dir. René Castillo / Antonio Urrutia). Ese mismo año, Roberto Rochín fue becado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) para la adaptación del Popol Vuh como largometraje animado.

En 1999, escribió y dirigió el cortometraje El Paso del Norte, que mereció el primer lugar en el Quinto Festival Internacional de Cine Expresión en Corto (2002) y el Ariel en la categoría mejor cortometraje de ficción. En el 2000, coprodujo Hasta los hueso (Dir. René Castillo).

Actualmente (2002), se encuentra filmando El día del derrumbe, que junto a Un pedazo de noche y El Paso del Norte formaran parte de la trilogía Rencor vivo, basada en cuentos homónimos del escritor mexicano Juan Rulfo. También desarrolla un proyecto en juego interactivo (CD ROM) de la leyenda maya Popol Vuh.

Escena del cortometraje Pedazo de noche (Dir. Roberto Rocín, 1994)

Sobre la trilogía Rencor vivo, Rochín Naya en entrevista, comentó: “[Esta ambientada en] los años cuarenta y cincuenta. En primer lugar es la época en que los crea Juan Rulfo y por eso quise situarlos en ese tiempo. Conozco toda la fotografía que hizo Juan Rulfo. Vi que era, aparte de todo, un gran observador. Las bases documentales de El Paso del Norte, como las emigraciones del campo hacia la ciudad, atropellados, sin identificación, de los que mueren en el río, los mojados. Todos eso, si lo buscas en cuanto a estadística, verás que es cierto. Sin embargo esto trasciende en la historia y [en los cuentos] hay una transformación literaria en la que el espíritu y genio de Rulfo lo transforma en una historia de fantasmas oníricos.

“(...) Desde luego que la adaptación de las obras de Rulfo es difícil, para mí se me hacen claras porque él usa la elipsis y otros recursos que son muy parecidos a la poesía más que a la novela. El noventa por ciento del diálogo en El Paso del Norte es sacado del texto de Rulfo. (...)” (Una película en tres cortos. Por Emmanuel Castañón. http://www.golemproduciones.com/prod/robertorochin271101.htm).