RIMOCH Lewinberg, Ernesto
México, D. F., 1951 |
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Colección IMCINE
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irector,
guionista y productor. Nació el 18 de agosto de 1951
en la Ciudad de México. Estudió Ingeniería
industrial en la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM, 1970-1975), y cine en la National Film School de Inglaterra.
A mediados de la década de los setenta
Ernesto Rimoch se inscribió a un curso de cine que impartían
profesores del Centro de Estudios Cinematográficos (CUEC
/ UNAM) en La Casa del Lago de la UNAM, durante dicho curso
realizó los cortometrajes Muerte
súbita (1976) y Boceto
(1977). Trabajos que envío a la National Film School
de Gran Bretaña y que le permitieron su ingreso a esta
escuela, donde permaneció casi cuatro años (1978-1982).
En 1981, con el apoyo del Institute d’Hautes
Etudes Cinématographiques (IDHEC) escribió y dirigió
el cortometraje Mask, basado
en el cuento El perseguidor
de Julio Cortázar. Sobre este trabajó comentó:
“(...) Es un filme que a [Julio] Cortázar le encantó,
yo le mandé el guión, le hizo observaciones varias
veces, luego lo conocí [al escritor] y lo vio cuando
estuvo terminado. No sé que habrá pensado finalmente,
porque cuando escribes ves las cosas de una manera, pero que
otro ponga en imágenes algo que escribiste es difícil,
sin embargo quedó satisfecho”. (Importante,
no depender del subsidio: Ernesto Rimoch. Por Raquel
Peguero. La Jornada, sección
cultura, 27 de diciembre de 1994. P. 33).
“Esta adaptación me la motivó
mi amor por el cuento y por el jazz que contiene. Desde que
lo leí por primera vez, hace ya muchos años, pensé
que se trataba de un tema formidable para ser llevado a la pantalla;
apenas tuve la oportunidad así lo hice. (...)
“Las dificultades en la adaptación
para mí fueron más bien de condensación,
Mask es una película
de 32 minutos de duración y muchos elementos tuvieron
que desaparecer en la versión final. (...)
“La palabra pesa demasiado en la mayoría
de las adaptaciones (...). Lo que se lee con soltura no se acepta
tan fácilmente cuando se escucha en la boca de tal o
cual actor. (...)” (Fallan
las adaptaciones cinematográficas que intentan hacer
trasposiciones literarias y no esenciales: Rimoch. Por
Martha Coda. Unomásuno,
sección cultura, 20 de mayo de 1986. P. 22).
Este cortometraje recibió el premio
de mejor película internacional en el Festival de Alès,
Francia, y fue nominado para el premio Grierson
Award, en Inglaterra (1981).
En 1982 viajó a París, Francia,
donde trabajó inicialmente como asistente de producción
y dirección del chileno Helvio Soto. Posteriormente realizó
documentales para la televisión europea: Un
hombre como Julio (1983), que trata sobre la obra de
Julio Cortázar; México:
los tres sismos (1989), historia de la reconstrucción
de las vecindades del Centro Histórico de la Ciudad de
México destruidas por el terremoto de septiembre de 1985
y La línea (1992),
largometraje que a través de 12 historias narra la vida
de la frontera entre México y Estados Unidos, que fue
nominado al Ariel (1994)
en la categoría mejor largometraje documental.
En 1994 regresó a México y fundó
la productora Casa Artífice
Producciones, con la cual inició el rodaje de
su primera película en la industria nacional, El
anzuelo, basada en un guión original de él
mismo y de Eva Saraga.
Rimoch consideró a “El
anzuelo, un proyecto ‘genuino donde hay una serie
de pactos, sucesos y personajes que se quedan grabados’.
Si bien el argumento puede parecer banal, ‘para mí
la historia son los personajes. La riqueza de una película
son siempre ellos, sobre todo cuando los centrales y los secundarios
hacen un trabajo uniforme”. (Importante,
no depender del subsidio: Ernesto Rimoch. Ob. Cit.).
Para Nelson Carro, el principal mérito
de Rimoch fue el estupendo reparto que integró, “en
el que figuras de talento reconocido se mezclan con otras quizás
menores, que en ningún momento desentonan en el conjunto.
Al contrario, no hay ningún papel pequeño ni descuidado,
todos los personajes tienen su importancia y así están
escritos e interpretados. En buena medida, este afortunado resultado
se basa en el agudo sentido de observación del director
y guionista, capaz de construir una comedia finalmente enraizada
en la realidad, por lo menos en un sentido: los personajes y
las situaciones retratadas en la película son perfectamente
reconocibles como pertenecientes a un grupo social, la clase
media”. (El anzuelo.
Por Nelson Carro. Tiempo Libre,
publicación semanal, 20 al 26 de junio de 1996. P. 2).
Esta cinta fue bien recibida en la XI
Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara, donde ganó
los premios de la Crítica
Nacional, Dicine,
del Jurado Internacional y el de la Organización Católica
Internacional de Cine (OCIC). Además recibió la
Diosa de Plata y el Ariel
por ser considerada la mejor Ópera
Prima en 1996. De este último premio también
estuvo nominado en la categoría mejor argumento original.
Después de siete años de su primer
largometraje industrial, Ernesto Rimoch dirigió y coescribió
junto con Eva Saraga, Demasiado
amor (2001), filme basado en la novela homónima
de Sara Sefchovich.
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Luisa Huertas en Demasiado
amor
(Dir. Ernesto Rimoch, 2001)
Colección IMCINE
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“Creo —dice, Ernesto— que
la película en relación con la novela es totalmente
diferente y a la vez nada diferente. Lo es, en el sentido de
que quebrantamos algunas situaciones y reconstruimos algunos
personajes. Por ponerte un ejemplo: En el libro dice ’conocí
un arquitecto tal y tal’ y nosotros [Ernesto y Eva] desarrollamos
20 minutos con ese arquitecto, hicimos de él un personaje
muy rico dramáticamente. A veces hay que decirlo, uno
tiene que crear un personaje de la nada, pero no por manosear
la obra sino para fortalecerla con los atributos del lenguaje
cinematográfico. Y cuando digo ‘nada diferente’
es porque estoy convencido que conserva la esencia, las bondades
de su discurso, su espíritu”. (La
ruta íntima para conocer México. Por Magali
León. Unomásuno.
Suplemento semanal Sábado,
12 de mayo de 2001. P. 16).
Finalmente, para Eva Saraga y Ernesto Rimoch
lo más significativo al escribir este guión fue
“la construcción del personaje principal, por sus
complejas características y por el crecimiento que alcanza
a lo largo del relato. Beatriz [el personaje principal] es como
un outsider, un ser marginal
que evoluciona hasta configurarse como alguien ejemplar. Después
de haber sido una mujer gris, introvertida, que no se quiere
así misma, insegura, dependiente a dar todo por los otros,
termina siendo una mujer valiente, congruente con sus decisiones
que sabe vivir con intensidad y que logra entregarse aun pese
a los costos. Todos esos cambios, todos esos matices, tenían
que definirse sin nudos o saltos, fluidamente, para que el espectador
disfrutara su película”. (Idem)
Cabe señalar, que este filme en la XLIV
entrega del Ariel fue nominado
en la categoría mejor guión cinematográfico
adaptado. Tanto El anzuelo
(1994) como Demasiado amor
(2001) han sido exhibidas en diferentes festivales internacionales.
Por otra parte, Ernesto Rimoch considera a
Manuel Puig como uno de los mejores guionistas y adaptadores
cinematográficos porque “nos da tal vez los mejores
ejemplos de lo que se puede hacer con nuestra literatura llevada
a la pantalla”. (Fallan las
adaptaciones cinematográficas que intentan hacer trasposiciones
literarias y no esenciales: Rimoch. Ob. Cit.)
Además, el cineasta fue presidente de
la Asociación Mexicana de Productores Independientes
(AMPI, 2000-2002) y actualmente (2002) es vicepresidente de
la Federación Iberoamericana de Productores.