PEREDA Saro, Ramón
Santander, España, 1897
México, D. F., 1986
 
El Cine Gráfico. Anuario 1945, 46 y 47.
No. 794-B, julio de 1947. P. 318

ctor, director, productor y guionista cinematográfico. Nació en Esles de Cayón, provincia de Santander, España, el 30 de agosto de 1897 y falleció el 20 de junio de 1986 en la Ciudad de México.

Llegó a México en 1910 y antes de iniciar su carrera cinematográfica se empleó como jornalero, agente de seguros, jugador de futbol y comerciante de zapatos, actividades que le permitieron recorrer diversos estados de la República Mexicana.

Su primer contrato como actor lo firmó el primero de marzo de 1927 para participar en la película silente Conspiración del director Manuel R. Ojeda. Pereda interpretó el papel del Marqués de Roca Partida, después de haber acudido a una convocatoria publicada en un periódico (Con la muerte del pionero Ramón Pereda, se va toda una época del cine mexicano. El Heraldo. Sección de Espectáculos, 21 de junio de 1986. P.1-2 D).

A partir de esta experiencia y gracias a un premio otorgado en reconocimiento a sus numerosas ventas en la compañía de seguros donde trabajaba, viajó a Hollywood, donde consiguió firmar varios contratos como actor con las más importantes compañías de la época: Paramount, Metro Goldwyn Mayer, Columbia Pictures, First National y Warner Brothers. Entre las cintas en las que participó en esa industria se encuentran: El cuerpo del delito (Dir. Cyril Gardner, 1930), Amor audaz (Dir. Lois Gasnier, 1930), Carne de cabaret (Dir. William Christy Cabanne, 1931) y Hombres en mi vida (Dir. William Beaudine1932), todas habladas en idioma español (Apuntes al crayón. Por José María Sánchez García. Cinema Reporter. México, 5 de julio de 1947. P. 19).

A su regreso a México en 1933, continuó su carrera como actor en producciones nacionales, siendo la primera de ellas La Llorona del director Ramón Peón, seguida de Cruz Diablo (Dir. Fernando de Fuentes, 1934), El Diablo del Mar (Dir. Juan Duval, 1935), Irma la mala (Dir. Raphael J. Sevilla, 1936), entre otras.

En 1937 Ramón Pereda fundó, junto con Ramón Peón, la empresa productora Pereda Films y debutó como productor, director y argumentista de la película Las cuatro milpas, protagonizada por su primera esposa, la actriz Adriana Lamar (Amparo Gutiérrez Hernández).

Revista de Revistas. Año
XXIII, No. 1233, 31 de diciembre de 1933. P. 14

El éxito de esta casa productora fue el haber concluido un filme en tan sólo seis días, debido a su estrategia de reducir costos utilizando los mismos escenarios y equipos técnicos para filmar dos cintas de manera simultánea (La revolución de Pereda Films. El cine gráfico. Anuario 1945-1946. México, julio de 1947. P. 318).

Ramón Pereda se retiró temporalmente del medio cinematográfico a principios de 1946, después de la muerte de su primera esposa Adriana Lamar. La actriz, a quien cariñosamente llamaban Monina, enfermó gravemente durante la filmación de la cinta Rocambole y no sobrevivió a una intervención quirúrgica. Falleció el 30 de enero de 1946 (¡Cámara!. Por Lumiere. Excélsior. 31 de enero de 1946. Tercera sección. P. 1).

En 1948, Pereda contrajo matrimonio por segunda vez con la actriz y bailarina de origen cubano María Antonieta Pons, a quien le escribió varios guiones que él mismo produjo y dirigió, entre ellas: El ciclón del Caribe (1950), La reina del mambo (1950), La niña popoff (1951), Sucedió en México (1957), Acapulqueña (1958) y la segunda versión de Las cuatro milpas (1958). Ramón Pereda ingresó a la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) el 30 de agosto de 1966.

En entrevista otorgada al periódico El Heraldo de México, Ramón Pereda expresó su opinión sobre el cine: “El cine para mí es un arte, y puede decirse que abarca todas las artes(...) la función que desempeña es educar cuando hay que hacerlo”. Consideraba además que “el cine tiene una obligación con el pueblo, con el público, ya que debe servir para el bien y no para depravar que es muy fácil y mucha gente, sobretodo joven, es propensa a ello”.

Finalmente, según Pereda, el cine “debía ser un gran instrumento para beneficio de la humanidad, no lo contrario”. (Con la muerte del pionero Ramón Pereda, se va toda una época del cine mexicano. Ob. Cit.)

Adriana Lamar, Ramón Pereda, Jorge del Moral y Guz Águila en el set de El vuelo de la muerte
(Dir. Guillermo
Indio Calles, 1933 ), con un grupo de aviadores militares
Foto de Carrasco,
Revista de Revistas. Año XXIII, No. 1233, 31 de diciembre de 1933. P. 14