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Fue también en el año de 1936 cuando debutó como realizador de la película Cielito Lindo, en la que Roberto Gavaldón colaboró como codirector. O’Quigley dirigió cinco películas más: Ave sin rumbo (1937), Padre de más de cuatro (1938), Luces de barriada (1939), Madre a la fuerza (1939) y Sota, caballo y rey (1943), en todas ellas fue también guionista o argumentista. Después de 1943 no volvió a dirigir otra película en México. Sin embargo, se dedicó a escribir para el cine. Entre las cintas en las que participó destacan: Noches de gloria (Dir. Rolando Aguilar, 1937); Soy puro mexicano (Dir. Emilio Indio Fernández, 1942); La sombra de Chucho el Roto (Dir. Alejandro Galindo, 1944) y El cuarto mandamiento (Dir. Rolando Aguilar, 1948). Como guionista trabajó constantemente al lado de Íñigo de Martino y Emilio Indio Fernández. En 1949 y 1950, respectivamente, Roberto O’Quigley escribió el argumento de las películas: Ángeles de arrabal (Dir. Raúl de Anda) y Rosauro Castro (Dir. Roberto Gavaldón). Después de esto, durante 10 años, no existe registro de la actividad del escritor dentro de la industria cinematográfica mexicana. Finalmente, en 1960 O’Quigley reaparece por última vez como argumentista de la cinta Las memorias de mi general (Dir. Mauricio de la Serna).
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irector
y escritor de cine. Nació en Estados Unidos, donde inició su carrera
en el ámbito cinematográfico como argumentista y guionista de Hollywood
en películas como 
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