NOVO López Espino, Salvador
México, D. F., 1904 México, D.
F., 1974 | ![](retrato.jpg) |
| El
Nacional. Los motivos de Salvador Novo.
Sección Cultura, sábado 6 de agosto de 1994. P 35 |
alvador
Novo fue uno de los grandes protagonistas de la cultura mexicana
del siglo XX, quien nació en la Ciudad de México
el 30 de julio de 1904, y murió el 13 de enero de 1974
en la misma ciudad. Miembro del grupo Contemporáneos
que fundó en nuestro país la sensibilidad moderna,
Novo fue un destacadísimo poeta, dramaturgo, cronista,
ensayista enorme, crítico, funcionario educativo y difusor
entusiasta de la cultura universal. El escritor jugó
un papel fundamental para la renovación del Teatro en
México —como consta en la experiencia del Teatro
Ulises, su labor directiva en el
ramo del Instituto Nacional de Bellas Artes y el establecimiento
del Foro de la Capilla—.
Salvador Novo llevó a
la prensa las exigencias de un mayor esmero de conocimiento
y estilo, sin perder jamás de vista el respeto a los
lectores, con quienes se propuso sostener una plática
cordial e inteligente. Estas cualidades las extendió
a su trabajo creativo en el ámbito publicitario (como
olvidar frases de esta naturaleza: Mejor,
mejora, mejoral) y sus aportes a la radio (escribió
artículos sobre la radio en México, en la revista
Antena, 1924) y televisión
(con su participación en los primeros momentos de la
televisión en México, a través del canal
4 y sus programas de teatro, entre otras actividades creativas
y de promoción cultural). Testigo privilegiado del siglo,
sus crónicas sobre La vida
en México, que escribió a lo largo de 30
años, configuran una espléndida radiografía
de nuestra sociedad.
Académico
de la Lengua (1953), Cronista de la Ciudad de México (1965-1974), Premio
Nacional de Letras (1967), incursionó también en el cine. En 1928,
apareció la Antología de la poesía
mexicana, firmada por Jorge Cuesta.
![](retrato2.jpg) |
Revista de
Revistas, año XXII, No.
1143, 10 de abril de 1932. P. 25
|
Como el mismo poeta refiere más
adelante, su primera intervención como escritor de historias
para ser llevadas a la pantalla fue en Perjura
(Raphael J. Sevilla, 1938),
donde también fue productor asociado. Vendría
después, La Zandunga
(Dir. Fernando de Fuentes, 1937). En esta película, Novo
participó en la realización de los diálogos.
“(…) Resulta, de pronto, que hubo alguna vez una
forma de presentar un desfile de tehuanas con discreción
y buen gusto. Resulta que Lupe
Vélez [protagonista de La
Zandunga] sí era graciosa, y que uno entiende
por qué los norteamericanos hicieran de ella The
Mexican Spitfire (…) En fin: Podía darse
el caso de que con todo ello se hiciera una cinta muy decorosa
y bien desarrollada, incluso inspirada a momentos. Para mi sorpresa,
los diálogos (en los que colaboró Salvador Novo)
no me chocaron en ningún momento, ni aún en las
escenas amorosas (…)” (De
IPCRESS a la Zandunga. Por Emilio García Riera.
La Cultura en México,
No. 241. Suplemento de Siempre!,
No. 692, 28 de septiembre de1966. P. 241).
Siguieron El
capitán aventurero / Don
Gil de Alcalá (Dir. Arcady Boytler, 1938) y El
signo de la muerte (Dir. Chano
Urueta, 1939), en las que Novo intervino en diferentes momentos:
En la primera fue director artístico, productor asociado
y creador del argumento; mientras que en la segunda fue director
artístico, productor asociado, autor del argumento y
coguionista.
“Cualquier punto de partida
para estudiar la película El
signo de la muerte (1939) ofrece un gran interés,
ya se trate de la participación en ella de Salvador Novo,
de Mario Moreno Cantinflas
o de Silvestre Revueltas; (…)
“Novo apenas comenzaba
a ejercitarse como dramaturgo y hombre de cine, pero no le había
ido tan mal como productor asociado en dos películas
anteriores, Perjura y Capitán
aventurero [Dir. Arcady Boytler, 1938 ](…); además,
[en 1939] ya tenía publicado en francés Le
troisème Faust, una breve farsa muy eficaz en
lo dramático, (…) si excluimos sus adaptaciones
de otros autores como Don Quijote
o Astucia.
“(…) Para el joven de 35 años, entusiasmado
entonces con el juguetote que constituía
un cine casi artesanal, El signo de la muerte
no era una mala película y merecía su defensa más entusiasta,
la cual no dejó de hacer pública en el popular semanario Hoy
[¡Cantinflas, al set!.
Hoy, México, año II, No. 148, 23 de diciembre 1939. PP. 32-33]
“A través del seguimiento documental, apoyado
por la crónica de Novo de 1939, nos podemos enterar de cómo una
sinopsis inicial de media página se convirtió en una primera versión
de guión cinematográfico. (…) Las tres versiones del guión
se hallan entre los documentos de Novo, así como dos presupuestos de producción,
uno para filmación en tres semanas y otro en cuatro, el cual debe haber
sido el aprobado; (…) [sigue relación de otros documentos].
“Sin
embargo, uno de los documentos más atractivos conservados sobre El
signo de la muerte es sin duda la tabla de secuencias para la música
fílmica, que en la jerga cinematográfica suele ser llamada cue sheet
(…)”
Motivado por la fascinación que
tenía por el cine, en 1940 Salvador Novo viajó a Hollywood. En aquella
ciudad, el poeta se vinculó al ambiente por su amistad con Dolores del
Río. Conoció a Orson Welles, que entonces sostenía un romance
con la actriz mexicana. Había planes para elaborar un guión con
el tema de la conquista de México. El propio escritor refiere esto a su
madre:
“23 de agosto, 1940
Mamá:
(…)
Mañana tengo que comer con Orson Welles, y ultimar con él un asunto
que es de la mayor importancia; una película que haremos entre los dos,
y en la que trabajará él con Dolores. Ellos dos y yo tenemos el
pacto de no contar una palabra del argumento a nadie, pues es tan magnífico
que nos lo madrugaría cualquier estudio.
“(…)
Del argumento no puedo decirle más que es grandioso, y que Orson escribiría
la parte Americana y yo la Mexicana, pues se trata de un conflicto entre los dos
temperamentos. De aquí a diciembre, él concluirá la película
que está dirigiendo [El ciudadano Kane]
“(…) el martes hay una cena con Chaplin y me
han invitado; y como en una fiesta sale la invitación para la siguiente,
es una cadena interminable. Mientras no vivamos acá no es posible. Quién
sabe si algún día lo hagamos. (…)” (Carta
a su madre. El Ángel, No. 9.
Suplemento dominical de Reforma, 30 de enero
de 1994. P. 15)
En su prolífica historia de escritor
usó varios seudónimos, tales como: Justo
Arriola, Caballero Cartablanca, Dip,
Kual, Aureliano
Mariátegui, El niño Fidencio,
Radiador (en la revista El
Chafirete) y Jorge Santana, entre otros.
(RUIZ Castañeda, María del Carmen / MÁRQUEZ Acevedo, Sergio.
Diccionario de seudónimos, anagramas, iniciales
y otros alias. México, UNAM, Instituto de Investigaciones Bibliográficas,
2000. PP. 562-565).
En 1948, Salvador Novo refería
su opinión acerca de los productores del cine mexicano, al tiempo que hacía
un balance sobre su intervención en éste:
“Si
nuestros productores se preocuparan menos por hacer películas mexicanistas,
harían un cine más mexicano”, aseveración del escritor,
que el periodista quiso que le aclarara:
“—Sí.
Mire usted Miguel Ángel: nuestros productores han hecho un número
incalculable de películas en las que figuran charros.
Desde el charro de poca monta, el venido a
menos, el de banqueta. Nuestros productores han creado una caricatura del mexicano,
puesto que el charro-símbolo conserva
la mayor parte de las constantes de nuestra idiosincrasia, pero exageradas, aumentadas,
vistas con lente mayor. O sea, han presentado al mexicano tal como no es, y, en
todo caso, como quisiera ser. [Y continuó el entrevistador]:
“Y
aquí vino a cuenta repetir aquella anécdota que el mismo Salvador
Novo me contó en otra ocasión: La de aquella turista, gringa,
que seducida por nuestra fama de mexicanos-machos, vino a pasar unas vacaciones,
con objeto de tener un ‘romance’ —perdón por el barbarismo
yanqui—. Al transitar por las calles, vio de pronto un charro,
y acordándose del símbolo del machismo, lo enredó, con resultados
absolutamente negativos para lo que ella quería. Al reprocharle su ineficacia,
la gringa le decía: ‘Yo creía
que los charros mexicanos ser muy hombres’.
A lo que aquél contestó: ‘Pos sí, miss,
los charros sí son muy machos, pero
yo apenas soy mariachi’ (…)
“Por otra parte, [continuó Novo] aunque del cine estoy un poco al
margen, puesto que voy muy poco a él, no lo estoy tanto que no me haya
dado cuenta de su panorama general. Pues he estado relacionado con el cine mexicano,
por lo menos en dos épocas: La primera que comprende mi colaboración
como escritor en la película Perjura,
de la que fui autor en su totalidad. Luego, en El
Capitán aventurero, que hizo Pépe
Mojica y de la que quedé muy satisfecho, pues se hizo muy a mi gusto, pues
intervine en casi todos los aspectos de la producción. Finalmente, una
película que no tuvo éxito: El signo
de la muerte, que hizo Cantinflas.
Eso es lo que se podría llamar primera época, al lado de Felipe
Mier, que era el productor. Últimamente, al servicio de la Ramex,
he hecho adaptaciones, reducciones y escrito los diálogos de cintas como
Bajo el puente, Todo
un caballero, Los que volvieron y Hermoso
ideal. Y eso es todo mi contacto con el cine mexicano. (…)
![](pelicula.jpg) |
Salvador Novo, Alex Phillips y Arcady
Boytler en el set de El capitán aventurero
Programa Cineteca Nacional, junio de 1989, P. 38 |
“Para
finalizar la entrevista —que por cierto, se realizaba en su quinta preciosa
de Coyoacán— Salvador Novo, el autor de la Nueva
Grandeza Mexicana, me confió que su actual trabajo al frente del
Departamento de Teatro del INBA [Instituto Nacional de Bellas Artes], es un ‘aspecto
menos egoísta, más profundo, más humano del teatro’.
“De
esta manera fue como di por terminada la entrevista con uno de los escritores
más valiosos y versátiles de México: Salvador Novo, pluma
temida y respetada, por el ingenio y el talento satírico que la guían”
(Hagamos menos charritos y tendremos un cine más
mexicano. Entrevista con Salvador Novo. Por Miguel Ángel Mendoza.
La semana cinematográfica, No. 8, octubre
9 de 1948. PP. 10-11).
Por otro lado, de la situación
general de cine, Salvador Novo dijo: “El cine reúne todas las características
de un arte medularmente moderno. Nunca como ahora, requiere la humanidad para
sus obras del concurso de colectividades. Pero si antes fue posible que un solo
hombre de genio fuera representativo de una actividad humana, ahora es imposible
que un genio, por más extraordinario que fuera, sea capaz de dominar por
sí mismo todas las especialidades que concurren para formar el cine: Literatos,
músicos, escenógrafos, camarógrafos, ingenieros, (…)
Pero sobre el carácter colectivista del cine, está el talento que
lo produce.
“Indiscutiblemente en el cine mexicano
hay talentos —espontáneos y cultivados— y productores muy inteligentes,
pero la expresión nacional aún no ha encontrado su sitio. Actualmente
hay dos polos que influyen en el cine mundial: Hollywood e Italia. Entonces el
cine mexicano tiene que surtirse del llamado de estos dos polos para tener un
mejor aprovechamientos del gusto, pero no deseando la ridícula suntuosidad
de las películas norteamericanas…
“(…)
El cine mexicano necesita no más dinero, sino más talento. La opción
está en reconocer la posibilidad de sustituir el dinero por el talento
para nutrir a esa industria con un contenido artístico que es la cinematografía
(…)”. (Signo del cine mexicano.
Por Angelina López Treviño. México
Cinema. No. 118, 1954. PP. 12-15)