MARTÍNEZ Solares, Gilberto
México, D. F., 1906
México, D. F., 1997
Primer Plano. Gilberto Martínez Solares.
Pantalla, No. 9, junio de 1988. P. 15
 

otógrafo, guionista, director y productor. Nació el 19 de enero de 1906 en la Ciudad de México y murió víctima de un paro cardíaco, en la misma ciudad el 18 de enero de 1997.

En 1913, la Familia Martínez Solares se trasladó a la Hacienda de la Calle, cerca de Pénjamo, Guanajuato, debido al ambiente violento que se vivía en la Ciudad de México a causa de la lucha armada. Además porque su padre, el contador Gilberto Martínez Medina, había colaborado con el gobierno de Madero. Posteriormente, se trasladaron a Pénjamo cuando las tropas revolucionarias quemaron dicha hacienda.

“De su estancia en Pénjamo, Martínez Solares recuerda vagamente sus primeros contactos con el cine, ‘un jacalón, donde se proyectaba sobre una sábana, a la que los espectadores llevaban su propia silla o bancos, para disfrutar de películas, italianas sobre todo, con Pina Menicelli y otras divas de la época, que eran asesinadas por un galán otoñal llamado Gustavo Serena’” (Primer plano. Gilberto Martínez Solares. Por Juan Jiménez Patiño. Pantalla, publicación mensual, No. 9, junio de 1988. P.15).

Al regreso de la familia a la Ciudad de México, Gilberto Martínez ingresó en la Escuela Primaria Fray Bartolomé de las Casas, donde fue compañero de Gabriel Figueroa y Alejandro Galindo, con quienes mantuvo toda su vida una relación estrecha, amistosa y profesional. Entre 1919 y 1924 siguió sus estudios de secundaria y preparatoria en el Colegio de San Ildefonso, donde tuvo por compañeros a Miguel Alemán, Renato Leduc, Salvador Novo, Rubén Salazar y Xavier Villaurrutia. Después, inició la carrera de Leyes que tuvo que interrumpir debido a un diagnóstico médico equivocado sobre el estado de su corazón, por lo cual, se trasladó a los Ángeles, California, para someterse a tratamiento.

Durante esta época, Gilberto Martínez Solares “(...) recuerda haber visto películas cómicas europeas y norteamericanas, principalmente las de la serie La moneda rota con una actriz llamada Pearl White, en la que Francis Ford era el galán y aparecía un mexicano bandido llamado Zapato roto.” (Idem)

A su regreso a la Ciudad de México en 1929, estableció un estudió fotográfico en sociedad con Gabriel Figueroa y su hermano Raúl Martínez Solares, que estaba ubicado en la avenida de los Hombres Ilustres [hoy avenida Hidalgo], el cual no tuvo buenos resultados por la inexperiencia de él y sus socios. Tiempo después, puso otro en Av. Madero que logró gran éxito, pues, se convirtió “(...) en el mejor estudio, según explicó Figueroa. ‘Ahí trabajamos Gilberto y yo. Hicimos muchos comerciales y cosas de moda’.” (Pérdida dolorosa para México y su cine: Figueroa. La Jornada, sección cultura, 20 de enero de 1997. P. 25).

“Pero la atracción del cine lo encaminó a Hollywood, donde instaló otro estudio y donde tuvo la oportunidad de fotografiar a alguno de los grandes actores y actrices de la época. También llegó a participar como extra en algunas cintas de las que eran estrellas Greta Garbo, Robert Montgomery, Wallace Berry, Dolores del Río, Gary Cooper, Lupe Vélez, etc. En esas cintas figuraban, también de extras, René Cardona, Emilio el Indio Fernández, Chano Urueta y otros más.” (Gilberto Martínez Solares. Medalla al Mérito. Cineteca Nacional, julio de 1988. P.13). Ahí conoció también al fotógrafo Alex Phillips y al director Antonio Moreno.

Después de su estancia en los Estados Unidos, regresó a México para casarse con Diana Garza Cantú, hija de la escritora María Luisa Garza Loreley, novelista de la época y fundadora del Instituto Mexicano de Protección a la Infancia (INPI). La pareja se va vivir a París, donde Gilberto montó un estudio fotográfico. Durante su paso por Europa conoció a Pablo Picasso y al pintor japonés Fujita Tsugunaru. Al año de radicar en esta ciudad, Martínez Solares se enteró del inició formal de la industria cinematográfica mexicana con la filmación de Santa (Dir. Antonio Moreno, 1931) y fue, entonces que decidió regresar a México.

“Ingresar al cine mexicano no fue fácil. Fue hasta 1935 cuando el señor Miguel Zacarías por medio de una cooperativa le ofreció hacerse cargo de la fotografía, junto con su hermano Raúl Martínez Solares, de la película Rosario, con Pedro Armendáriz y Gloria Morel” (Idem). Junto a su hermano Raúl se hizo cargo de la fotografía de los filmes Madres del mundo (Dir. Rolando Aguilar, 1936) y Así es la mujer (Dir. José Bohr, 1936). Fue fotógrafo además de ¡Esos hombres! / Malditos sean los hombres (Dir. Rolando Aguilar, 1936); Adiós Nicanor (Dir. Rafael E. Portas, 1937); Abnegación (Dir. Rafael E. Portas, 1937); Guadalupe la chinaca (Dir. Raphael J. Sevilla, 1937); México lindo (Dir. Ramón Pereda, 1938) y Un domingo en la tarde (Dir. Rafael E. Portas, 1938). Participó en la adaptación de Hambre (Dir. Fernando A. Palacios, 1938). En 1938, realizó el guión de la película, y debutó como director de El señor alcalde, basada en el cuento El alcalde Lagos, de Jorge Ferretis.

El director de El bello durmiente (1952) en entrevista, en 1988, con Juan Jiménez Patiño recordó cuando se inició en el cine: “El ambiente de esta época era totalmente idealista. (...) Había realmente una ambición de superación (...). Existía el deseo de trabajar, haciendo muchos sacrificios, sin importar horarios (...). Los trabajos en el cine eran esporádicos. Todos tratábamos de informarnos sobre lo que estaban haciendo los demás y comentábamos nuestros proyectos e ideas en el café Regis que se convirtió en el centro de reunión de quienes trabajábamos en el cine. (...) No era extraño que por ahí aparecieran a cualquier hora Gabriel Figueroa, Arturo de Córdova, Chano Urueta, Gabriel Soria, los hermanos Soler, Esther Fernández, Pedro Armendáriz, Jorge Negrete, Gloria Marín y Alfonso Sánchez Tello, entre otros.” (Juan Jiménez Patiño. Ob. Cit. P. 17)

En 1978, Gilberto Martínez Solares formó junto con Adolfo Martínez Solares, su hijo, Santos y Alejandro Soberón, la Compañía Cinematográfica Frontera Films, S.A., de cual fue presidente.

Cartel de la película El Rey del Barrio (Dir. Gilberto Martínez Solares, 1949)
AGRASÁNCHEZ, Rogelio. Carteles de la época de oro, 1936-1956. Cine Mexicano.
San Francisco, Chronicle Books, 2001. P. 38

Martínez Solares ha sido considerado uno de los cineastas más prolíficos del cine nacional ya que dirigió más de 160 películas, la mayoría escritas por él. Es reconocido también como el director de comedia más importante de nuestro país. Pues fue el realizador de las películas Calabacitas tiernas (1948) y El rey del barrio (1949) que popularizaron al cómico Germán Valdés Tin Tan. Esta última ha sido señalada por la crítica como la mejor cinta de comedia realizada en el escenario fílmico nacional.

Gilberto Martínez Solares escribió a lo largo de su carrera cerca de 130 guiones. En 1994 durante la entrega de los Arieles, recibió el Reconocimiento del Instituto Mexicano de Cinematografía por su carrera cinematográfica.

Murió el 18 de enero de 1997, a los 90 años de edad, a causa de un paro cardíaco. Días antes había concluido la filmación de su último largometraje, Crisis / El asesinato como una de las Bellas Artes / Magnicidio / Crimen organizado / Pantomima mortal, protagonizado por Héctor Bonilla, Lisa Owen y Manuel Ojeda, del que también fue el guionista.