MAÑÁ, Laura
Barcelona, España, 1968
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ctriz, guionista y directora de cine. Laura Mañá nació el 12 de enero de 1968 en Barcelona. Compaginó sus estudios de interpretación dramática con una carrera técnica en empresas turísticas. En 1990 tuvo su primera oportunidad de actuar para la pantalla grande en la cinta Lolita al desnudo (Dir. José Antonio de la Loma). En adelante, participó en varias películas entre las que destacan: La teta y la luna (Dir. Bigas Luna, 1994), La pasión turca (Dir. Vicente Aranda, 1994), Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (Dir. Agustín Díaz Yanes, 1995) y Libertarias (Dir. Vicente Aranda, 1996).

El dominio que tiene de varios idiomas le ha permitido trabajar en Alemania, Francia e Italia, en películas como Pizza arrabbiata (Dir. Jochen Richter, 1995), Dobermann (Dir. Jan Kounen, 1997) y The sea change (Dir. Michael Bray, 1998). En este último año participó en la serie televisiva Las marmotas (Dir. Jean Denis Roberts).

Como escritora, Laura Mañá obtuvo el primer premio en el Concurso Nacional Gabriel Aresti de Bilbao por su libro Un mundo numérico.

Comenzó su carrera como directora y escritora de cine con el cortometraje Palabras, en el que cuenta la historia de un hombre que no podía hablar, estaba oprimido por la sociedad y a quien nadie escuchaba cuando intentaba decir algo. En 1999 Mañá decidió llevar a la pantalla Las alas del corazón, película basada en un relato que forma parte del libro de su autoría Paranoias de gente corriente, que aún no ha sido publicado.

La cinta Las alas del corazón, también titulada Sexo por compasión, es una producción México-España cuyo rodaje se efectuó en un pueblo llamado Sanctorum, en el estado de Tlaxcala. Se hizo merecedora del premio a la mejor película y el otorgado por el público en el III Festival de Cine Español de Málaga en el año 2000.

Laura Mañá habló sobre su decisión de filmar la película en México: “Yo tenía muy claro mi deseo de rodar en un país latinoamericano porque veía la historia más cercana al realismo mágico de este continente que a una película europea. Quizá si la hubiese rodado en España hubiera tenido que contextualizar más poque me siento más identificada con la cultura y el hecho de irme lejos me ayuda a darle un aire más mágico, universal.” (El cine es algo mágico, no tiene por qué ser realista, dice Mañá. Por Raquel Peguero. La Jornada, sección cultura, 27 de julio de 1999. P. 24).