LEÑERO Otero, Vicente
Guadalajara, Jalisco, 1933

Los Universitarios, No. 6, marzo 2001. P. 21. Foto de Lorena Alcaraz

 

ovelista, dramaturgo, periodista, guionista de cine y televisión. Nació el 9 de junio de 1933. Es considerado el “único narrador católico de su generación [en México]” (La novela mexicana 1955-1965. Por Emmanuel Carballo. La Cultura en México en Siempre! No. 680. No. 229. 6 de julio de 1966).

Cultivó las ansias de escribir desde la infancia, cuando hacía un periódico familiar. Pero no fue sino hasta su época de estudiante en la Facultad de Ingeniería de la UNAM que comenzó a trabajar en libros breves de poemas, cuentos, ensayos y obras de teatro. Su inclinación por la literatura se vio alentada luego de estudiar en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. En aquellos años de intenso aprendizaje, repartía su tiempo entre la culminación de sus estudios de ingeniería, la colaboración con reportajes para la revista Señal, su participación en el Taller Literario de Juan José Arreola (1959-1961) y la escritura de cuentos.

Leñero se dio a conocer públicamente como escritor con el libro de relatos La polvareda y otros cuentos (Jus, 1959), libro en el que reunió los cuentos con los que ganó un concurso universitario (Idem). Entre sus actividades periodísticas pueden nombrarse su labor como redactor, primero, y director, posteriormente, de Claudia (donde contó con la colaboración de Gustavo Sáinz y José Agustín), la dirección de Revista de Revistas del periódico Excélsior y la subdirección de la revista Proceso, de la cual es actualmente vicepresidente.

Entre 1961 y 1964, fue becario del Centro Mexicano de Escritores, donde escribió bajo la supervisión de Juan José Arreola y de Juan Rulfo (La realidad da más temas que la imaginación. Por Martín Solares. La Jornada Semanal (nueva época). No. 255. 30 de abril de 1994. PP. 18-22).

Su trabajo como guionista ha sido altamente reconocido y elogiado por escritores y gente del cine como José Emilio Pacheco y Alberto Isaac. A pesar de que su relación con el cine ha sido muy fructífera, Leñero guarda su distancia respecto a este medio: “Ya en una ocasión tuve el descaro de publicar para un diario reseñas de películas, y quienes llegaron a leerlas saben mejor que yo que nada tenía que estar haciendo por esos rumbos. Midiéndolo frente a la literatura, el cine no me apasiona ni me hace poner los ojos en blanco [...] Prefiero, en todo caso, ser un espectador, pero de la gente común, la que no vive metida en libros, la que no sabe quién es Malcolm Lowry, ni Antonioni, ni Ionesco; me apasiona observarla e interesarme —siempre como espectador— por lo que a ella le interesa: el problema de los transportes, los triunfos de Vicente Saldívar, los platillos voladores, los apasionantes adelantos técnicos” (3 escritores mexicanos hablan de su vida y de su obra; parte 2: Vicente Leñero. Por Vicente Leñero. La Cultura en México, de Siempre! (No. 650). No. 199. 8 de diciembre de 1965. P. VI).

Por otra parte, su trabajo como guionista de televisión ha sido aún más una necesidad que un gusto: “Es cierto que la televisión me ha causado muchos dolores de cabeza, me ha fatigado, y en proporción al esfuerzo no me ha retribuido lo que yo hubiera querido. Pero le ha dado de comer a mi familia, me ha hecho vivir una valiosa experiencia y me ha permitido escribir Estudio Q [novela, 1965]. No estoy enojado con la televisión. Tampoco creo ser un resentido” (Idem).

Leñero ha expresado que el “guionismo [es un] género extraño y apasionante, que sólo se puede aprender si se escribe” (El guionismo, un género extraño... Sección B de La Crónica de Hoy. 25 de octubre de 1999. P. 12). Por otra parte, sobre la labor específica del guionista y su relación con los medios para los que escribe, señaló que “[aunque] el guionista ha ganado espacios en los últimos años, ‘de manera casi fatal’ siempre estará sujeto a la visión del director” (Idem). Por otra parte, también ha resaltado la labor colectiva en la cual se inserta un guionista, a diferencia de la labor solitaria del dramaturgo: “El cine, la televisión nos obligan a entender la tarea del escritor ya no como el dueño de todo, sino dueño de una parte que se completa con el equipo. Uno añora a veces esa soledad creadora que es engañosa porque lo refunde en la intimidad de uno mismo” (La función del periodista es averiguar, antes de juzgar o analizar: Leñero. Por Angélica Abelleyra. La Jornada. Domingo 29 de mayo de 1994. P. 31).

Sobre su participación en películas específicas, se puede considerar su papel en El callejón de los milagros (Dir. Jorge Fons, 1994), para la cual adaptó la novela del Nobel Naguib Mahfouz. “El cuidado y la audacia de la propuesta estructural de Vicente Leñero al manejar distintos planos de la realidad y del tiempo real con el tiempo cinematográfico, son retomados magistralmente por Jorge Fons en El Callejón de los milagros, [...] una virtud de la adaptación, apoyada con en el profundo conocimiento de nuestra historia moderna y de las coincidencias de las realidades del mundo económicamente dependiente, el llamado tercer mundo” (Literatura en los Arieles. Póker de ases. Por Marco Julio Linares. Casa del Tiempo. Vol. 14. No 42. Julio de 1995. P. 30). Sobre los problemas que enfrentó al adaptar una novela melodramática egipcia a México, dijo: “Fue complicado porque era una historia que ocurrió en El Cairo en 1944 y era un esquema muy melodramático. La clave en mi trabajo fue escoger una estructura que combinara las historias y jugara con ellas, contando esa historia melodramática relatada muchas veces, pero esta vez de otra manera” (Celebran el ‘milagro’ del nuevo cine. Por Carlos Meraz y Rubén García Fernández. Gente, suplemento de Reforma. 27 de junio de 1995. P. 3).

En el año 2000, Vicente Leñero recibió el premio Xavier Villaurrutia, por su antología de cuentos La inocencia de este mundo. Dentro de los premios que ha recibido, hay que destacar, aquellos que le han sido otorgados por su trabajo de creación de obras para ser contadas en el cine. Entre ellos: Oso de Plata del Festival de Berlín por el guión de Los albañiles; Ariel en 1979 a la mejor historia original por Misterio; Ariel en 1979 al mejor guión por Misterio; Ariel en 1987 al mejor guión por Mariana, Mariana.

El pasado mes de julio de 2001, la Cineteca Nacional organizó el “Ciclo Homenaje por los 30 años de labor guionística” (Reúne a sus fanáticos. Leñero, el más taquillero. Por Eduardo Alvarado. Reforma. Sección Gente, 13 de julio, 2001. P. 24E), al escritor de El callejón de los milagros, consistente en un ciclo de exhibición de algunas de las películas que han contado con su valiosa participación.

Dentro de sus últimos trabajos llevados a la pantalla se encuentra el guión de la película La habitación azul (Dir. Walter Dohener, 2001), basado en la novela Georges Simenon. Además hasta julio de 2001, el escritor trabajaba en el guión El milagro de Villaldama, y escribía la historia cinematográfica Pasado pendiente, adaptación de un cuento de Héctor Aguilar Camín, del cual Leñero aseguró: “Siento que ése es el mejor guión que yo haya escrito hasta ahora” (Lo que he escrito es inferior a lo que quisiera escribir. Por Verónica Vera. Unomásuno, 13 de julio, 2001. P 29).

En agosto de 2002, una semana después de la quinta visita del Papa, Juan Pablo II a nuestro país, se estrenó la película El crimen del Padre Amaro, dirigida por Carlos Carrera, cuya temática escandalizó al alto clero de la Iglesia Católica de nuestro país, que pugnaba por que se evitara su exhibición. Ante la polémica desatada por este hecho, Vicente Leñero decidió fijar su posición: “Como guionista de El crimen del Padre Amaro, la película dirigida por Carlos Carrera y producida mayoritariamente por Alameda Films, me siento obligado a hacer públicas algunas reflexiones, de católico y de escritor, ante el escándalo desatado por miembros de la jerarquía eclesiástica y de organizaciones de laicos que parecen comportarse como sus acólitos.

“Me confunde el escándalo. Me lastima. Me irrita. Me duele este regreso de mi Iglesia a la penumbra preconciliar (...)

“Quiero empezar anticipando una obviedad. Unido a todos los participantes de la película soy corresponsable, con Carlos Carrera, de la puesta en pantalla de esta historia de ficción. Además de su espléndida factura y de sus valores intrínsecamente cinematográficos, la película corresponde con fidelidad a la propuesta del guión. Cuenta lo que pretendí contar, con hallazgos por limadura o añadidura del propio Carrera. Sólo discrepo de él en algunos momentos de la película, pero mis objeciones son secundarias: No atemperan de modo alguno mi entusiasmo cuya autoría es a fin de cuentas de él: del director Carlos Carrera.

“Como se sabe, la historia de la que deriva esta libérrima versión es una novela de José Eça de Queiroz, escrita a fines del siglo XIX. Se emparienta con la célebre La regenta, del zamorano Leopoldo Alas Clarín y con muchas anécdotas narrativas –desde el Decamerón hasta El abate Mouret, de Zolá— de curas incontinentes (...)” (Unión adúltera con el poder. Por Vicente Leñero. Proceso, No. 1346, 18 de agosto de 2002. PP. 8-14).

Un fragmento del guión de Vicente Leñero, que permanecía inédito y registrado en la Sociedad General de Escritores de México fue publicado por la revista Proceso (Ídem. PP. 16-19), la cual reproducimos en este espacio:

30. INTERIOR. SALA-ESTUDIO EN LA CASA CURAL. NOCHE

Es la reunión anunciada por el PADRE BENITO, en la que participan algunos sacerdotes de la diócesis.
Al empezar la secuencia están presentes el PADRE AMARO, el PADRE NATALIO (cuarentón de aire indígena) y el PADRE MAURO (también cuarentón y jovial). Beben cerveza mientras miran, por el televisor, un partido nocturno entre el Guadalajara y el América.
Visten formalmente.
El PADRE MAURO sigue el juego con sumo interés. Está al borde del sillón, emocionado.
En la pantalla se produce una jugada de gol, metido por un jugador del Guadalajara. En ese momento entra en la sala el PADRE BENITO.
PADRE MAURO
¡Golazo!... ¿Vieron? ¿Golazo!, ¡qué golazo!... ¡Ésas son mis chivas!
PADRE BENITO
Apaguen ya esa tele.
PADRE MAURO
Espérese, padre. Está acabando el partido, faltan cinco minutos.
El PADRE BENITO no atiende. Toma el control remoto y apaga el televisor, mientras el PADRE MAURO gesticula con frustración.
PADRE BENITO
Vamos a lo nuestro. Ya no creo que llegue nadie más.
PADRE NATALIO
El Padre Galván está en la cocina.
PADRE BENITO
Da lo mismo. (PAUSA. Toma asiento)
¿De qué estaban hablando?
PADRE MAURO
Del clásico Chivas-América, de qué va a ser.
PADRE NATALIO
Cuando llegamos, aquí el Padre Amaro nos estaba diciendo del celibato.
PADRE AMARO
Si el celibato se volviera opcional se acabarían muchos problemas en la Iglesia… ¿No le parece, padre Benito?
PADRE BENITO
¡Ésas son pendejadas! Es más fácil que haya un Papa mexicano que la Iglesia suprima el celibato… Además, qué nos importa. Lo que nos importa ahora, a nosotros, son las acusaciones contra usted, Padre Natalio.
PADRE NATALIO
¿Contra mí?... ¿Qué acusaciones? ¿Qué hice?
PADRE BENITO (a PADRE AMARO)
¿No le contaste?
PADRE AMARO
No, yo no sé nada. Lo que usted me dijo, Padre… pero no sé.
PADRE NATALIO
A ver, a ver, cómo está eso.
Va a hablar al PADRE BENITO cuando interrumpe en la sala el PADRE GALVÁN (un cura obeso, ligeramente afectado). Trae un gran platón de espagueti con salsas y cuanto hay. Lo pone en el centro de la mesa.
PADRE GALVÁN
Abran paso, señores, abran paso… En su vida han probado nada igual… Para recibir al padre Amaro, el consentido de monseñor.
PADRE AMARO
No digas eso, por Dios.
PADRE GALVÁN
Pero cómo no, si el mismo obispo me lo acaba de decir: Ése es mi hijo muy amado, en el que tengo todas mis complacencias.
PADRE BENITO
No blasfeme, padre Galván.
PADRE GALVÁN
Perdón, pero es la verdad… Sírvanse, señores, sírvanse que está para chuparse los dedos… Cuando menos lo pensemos, lo va a nombrar su obispo coadjutor.
PADRE AMARO
Les juro que eso no es cierto.
Empiezan a servirse escalonadamente en los platos y servicios que hay en la mesa. La conversación apenas se interrumpe mientras comen y beben de las botellas de vino tinto que descorcha el PADRE GALVÁN.
PADRE NATALIO (al PADRE BENITO)
¿Cuáles son esas acusaciones contra mí, padre Benito?
PADRE BENITO
Los efectos de su maldita teología de la liberación a estas alturas…
PADRE NATALIO
Pero, que tiene que ver la teología de…
PADRE BENITO
El señor obispo tiene datos muy precisos, muy precisos Padre Natalio, de que usted está protegiendo y ayudando a los guerrilleros que andan por sus rumbos.
PADRE NATALIO
¿A cuáles guerrilleros?
PADRE BENITO
Usted les da armas, o se las esconde… no sé.
PADRE NATALIO
Mentira. Eso no es cierto. En mis rumbos no hay guerrilleros, hay narcos. Los narcos de los hermanos Aguilar… Del Chato Aguilar, padre.
PADRE BENITO
Estoy hablando de guerrilleros.
PADRE NATALIO
Y yo estoy hablando de narcos… De los que invaden las parcelas de los campesinos… de los que obligan a sembrar amapola a la comunidad… o los matan si se niegan o si chivatean. ¡Esos son los asesinos de mi gente!
PADRE BENITO
El señor obispo sabe de su ayuda a los guerrilleros.
PADRE NATALIO
Y el señor obispo sabe también cómo el Chato Aguilar lava dinero con limosnas… Limosnas para su pinche centro hospitalario, padre Benito.
El pleito entre el padre el PADRE BENITO y el PADRE NATALIO ha mantenido mudos, comiendo sin chistar, a los demás sacerdotes. En este punto de la discusión, el PADRE BENITO se levanta de un golpe, furioso.
PADRE BENITO
¡Usted no entiende nada!
PADRE NATALIO
¡Lo entiendo todo!
PADRE BENITO
Pues si no quiere hacerme caso, ¡aténgase a las consecuencias, padre Natalio!
PADRE AMARO
Escúchelo, por favor. Parece interesante lo que dice.
PADRE BENITO
Quítate, escuincle. Tú no saben nada de esta diócesis.
Muy enojado, el PADRE BENITO hace a un lado al PADRE AMARO. Sale de la habitación y cierra la puerta con toda su fuerza.
Se abre un silencio sepulcral. Todos se miran entre sí. Al fin rompe el silencio el PADRE GALVÁN, sonriente.
PADRE GALVÁN
No eches a perder el convivio, Natalio. La podemos pasar muy bien.

CORTE A: Ha transcurrido tiempo. Se ha terminado la reunión.
CÁMARA registra los restos de comida en los platos, las botellas vacías.
EL PADRE MAURO está viendo por la televisión una película. El PADRE GALVÁN está como derrumbado en el sofá, sumamente briago. El PADRE NATALIO y el PADRE AMARO tratan de levantarlo.
PADRE NATALIO
Vamos, Galván… Yo te llevo.
PADRE GALVÁN
Estoy pedísimo.
El PADRE MAURO apaga el televisor y se aproxima para ayudar con el PADRE GALVÁN. Han logrado levantarlo.
PADRE GALVÁN (al PADRE AMARO)
Pero estuvo fenómeno el espagueti, ¿verdad? En tu honor… el consentido de Dios.
PADRE AMARO
Riquísimo… gracias.
Es el PADRE MAURO quien termina sacando trabajosamente al PADRE GALVÁN, sin decir más palabras.
El PADRE NATALIO se detiene unos momentos antes de salir por la puerta.
PADRE NATALIO
Me gustaría que visitaras mi comunidad, es cerca de la sierra… Para que veas cómo trabajamos.
El PADRE AMARO asiente, pero detiene de un brazo al PADRE NATALIO.
PADRE AMARO
Eso que dijiste de las limosas de los narcos, ¿es cierto?
PADRE NATALIO
Lo sospecho, pero realmente no lo sé. Me excedí.
Sale el PADRE NATALIO. El PADRE AMARO se queda solo en la habitación. Observa los restos de la reunión y apaga las luces.

***
73.- INTERIOR. TEMPLO. TARDE

El templo está vacío, en la penumbra. Del portón casi cerrado de la entrada se filtra una línea de luz. En una de las bancas delanteras, próximas al altar, se distingue Amelia, arrodillada. Parece rezar frente al gran Cristo doliente. Sin que AMELIA lo distinga, el PADRE AMARO sale de un confesionario, con su sotana, su estola y un breviario de cantos dorados. Ha estado viendo a AMELIA y camina hacia ella, despacito.
El PADRE AMARO llega hasta donde se encuentra AMELIA. Ella no siente su presencia hasta que el PADRE AMARO le pone una mano en el hombro, suavemente.
AMELIA gira la cabeza, sorprendida. Sus ojos están empañados. Una lágrima desciende por la mejilla.
PADRE AMARO
¿Estás llorando?
En el PADRE AMARO se observan aún las huellas de la golpiza de RUBÉN. Tiene un “curita” en la ceja maltratada.
AMELIA niega con la cabeza, y se limpia con los dedos la lágrima que escurre.
PADRE AMARO
¿Por Rubén?
AMELIA
Por usted, padre. Por todo lo que ha sufrido sin quejarse.
El PADRE AMARO le sonríe, afectuoso. Toma asiento en la banca. AMELIA se sienta también. EL PADRE AMARO la toma de las manos.
Los dedos del PADRE AMARO suben hasta el cabello de AMELIA, empiezan a acariciarla, suavemente. Los dos se miran fijamente a los ojos, sin intenciones de hablar.
Ahora la mano del PADRE AMARO acaricia el rostro de AMELIA. Sus caras se aproximan hasta que al fin los labios del PADRE AMARO besan la boca de AMELIA, suavemente. Ella corresponde al beso. Se siguen besando. Se abrazan. Cada vez con más pasión.
Mientras el PADRE AMARO y AMELIA se besan, de un lugar lejano del templo, en la penumbra, surge como una aparición la figura de DIONISIA. Observa largamente a la pareja desde su punto de vista, escondida.
AMELIA se aparta súbitamente del beso. Se siente alterada. Se levanta y echa a correr por el pasillo, rumbo al portón semiabierto. No distingue la presencia de DIONISIA, que vuelve a desaparecer en las sombras del templo.
Desde la banca donde está sentado, el PADRE AMARO gira la cabeza durante la huida de AMELIA. La ve salir. Tiene una mirada melancólica.

92.- INTERIOR. TAPANCO EN EL CUARTUCHO. TARDE.

EL PADRE AMARO contempla la belleza de AMELIA, que se ha quedado en sostén y pantaletas. Luego se dirige al paquete que ha desenvuelto ya (el paquete de AMPARITO) y extiende un manto de azul-cielo, bordado de estrellas.
EL PADRE AMARO avanza con el manto para la Virgen, con intenciones de ponérselo a AMELIA.
AMELIA
No, por favor. No.
PADRE AMARO
Déjame vértelo.
AMELIA se resiste, pero el PADRE AMARO termina poniéndoselo sobre la cabeza, como si fuera la imagen del altar. El manto le cae hasta el suelo. El PADRE AMARO contempla a AMELIA.
PADRE AMARO
Eres más hermosa que la virgen.
Avanza y la besa, como si besara la imagen. Luego el beso se vuelve apasionado.
El manto resbala hasta el piso.

93.- INTERIOR. CUARTUCHO DE GETSEMANÍ. TARDE.

GETSEMANÍ está arrancando, frenética, las páginas de los libros de AMELIA. Se talla por todo el cuerpo un dibujito que representa a un sacerdote.
Se contorsiona. Parece sufrir un ataque de excitación por los ruidos que escucha provenientes del tapanco.
Es el ruido creciente de la cama que rechina y rechina.

94.- EXTERIOR. CAMPO CERCANO A LOS REYES. MEDIODÍA.

Bajo un sol espléndido se observan los restos de un picnic que han celebrado AMELIA y el PADRE AMARO. Están sentados sobre la hierba. El paraje se antoja bucólico.
El PADRE AMARO se aproxima para besarla en los labios. Ella responde efusiva.
El PADRE AMARO se aparta. Quedan en silencio.
AMELIA
Me gustaría amarte sin escondernos. Frente a todos.
PADRE AMARO
Nosotros no podemos. Nuestro amor es distinto...es un amor espiritual.
AMELIA
No, es carnal. Ahora lo sé. Sí, ya sé lo que vas a decirme: la carne y el espíritu son una misma esencia. Pero no es cierto.
El PADRE AMARO se hunde en el silencio. Bebe el resto de una copa de vino.
AMELIA
Hay muchos sacerdotes que cuelgan la sotana y se casan.
PADRE AMARO
Yo no.
AMELIA
Podríamos irnos lejos.
PADRE AMARO
¿Y terminar como un profesorsucho de civismo en una prepa? ¿Sin dinero, sin dignidad? ¿Buscando trabajo por dondequiera, ignorado de la gente?
AMELIA
Eso no es lo importante.
PADRE AMARO
Lo importante es mi vocación...todo lo que aprendí en el seminario, teología moral, exégesis, biblia, sólo sirve siendo sacerdote...siendo sacerdote puedo hacer mucho por la gente. Así me formé, y como sacerdote quiero ser alguien en la Iglesia.
AMELIA
A ti no te importa nuestro amor, ¿verdad? Eres un egoísta que no sabe renunciar a nada. Quieres todo: A Dios y a mí; a tu Iglesia y a esta tonta que te ama por encima de todo.
AMELIA se ha ido encendiendo durante su parlamento. Está frenética y sufriente. Se ha puesto en pie.
AMELIA
¡Egoísta! ¡Egoísta!
El PADRE AMARO también se levanta, con serenidad. Se dispone a marcharse. Es cortante.
PADRE AMARO
Ya es muy tarde. Te veo mañana, en misa.
AMELIA se sorprende de la reacción del PADRE AMARO, ofendido. Empieza a arrepentirse de su exaltación.
AMELIA
Espérate.
El PADRE AMARO no hace caso. Le ha vuelto la espalda y avanza, alejándose, con determinación. AMELIA se angustia.
AMELIA
Espérate, no te vayas...¡No te vayas!
AMELIA se atreve a seguirlo. El PADRE AMARO continúa alejándose mientras ella grita:
AMELIA
Perdón...¡Perdóname! ¡Perdóname!
AMELIA se suelta a llorar. El PADRE AMARO va cada vez más lejos.

99.- EXTERIOR. ATRIO DEL TEMPLO. DÍA.

Unas hostias caen entre manos infantiles. CHENTE reparte hostias entre otros tres NIÑOS del catecismo. Las embarran con Nutela y se las comen golosos, como si fueran obleas. Los pocos fieles que han asistido a la misa matinal están saliendo del templo, cruzan el atrio. Entre esos fieles se ve DIONISIA, con su viejo misal. Al ver a los niños les suelta coscorrones.
DIONISIA
La misa no es relajo. Se van a condenar, mocosos.
CHENTE y los niños escapan corriendo mientras DIONISIA sigue su viaje.
AMELIA y CHEPINA son las últimas en salir. Se detienen en la puerta del templo, donde se encuentran un par de MENDIGOS.
CHEPINA
Rubén le habló a mi novio. Está trabajando en México, en un periódico.
AMELIA se queda taciturna, como pensando.
CHEPINA
¿Todavía lo odias?
AMELIA tarda en responder. Frunce el entrecejo. Asiente.
AMELIA
Todavía.
Van a reanudar su marcha cuando aparece, proveniente del pasillo del templo, el PADRE AMARO. La llama.
PADRE AMARO
Amelia...
AMELIA se vuelva hacia el PADRE AMARO, que se aproxima. CHEPINA hace un gesto, como despidiéndose de su amiga, y se aleja por el atrio.
PADRE AMARO
Necesito hablar contigo.
La toma de un brazo y la conduce hasta un extremo del atrio, lejos de los MENDIGOS que han tenido, inútiles, sus manos indigentes.
PADRE AMARO
Tenemos que buscar otro sitio. Ya no podemos...
AMELIA (interrumpe)
Estoy embarazada.
El PADRE AMARO se sorprende. No sabe qué decir. Tarda en reaccionar.
PADRE AMARO
¿Estás segura?
AMELIA
¿Es lo único que se te ocurre decirme?
Se abre un largo silencio. El PADRE AMARO está helado aún por la noticia. AMELIA lo mira; esperando una reacción, pero como ésta no se da, ella gira y empieza avanzar lejos, por el atrio.


GUIONES INÉDITOS (Registrados en SOGEM)
Magnicidio, Estimado señor, El siglo de Alicia (3er. Tratamiento), Jesucristo Gómez, La justicia de la frontera, El reino de Dios, Secreto de estado, Tierra blanca, Amor eterno, Rojo sangre, El garabato y Golpe de muerte.

GUIONES PUBLICADOS

Justos por pecadores (Tres guiones cinematográficos). México, Marcha Editores, 1982.

Portada de Tres guiones cinematográficos

Miroslava. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes / Plaza y Valdés. México, 1995, 223 PP.

Portada de Miroslava

El callejón de los milagros. México, El Milagro / IMCINE, 1997, 155 PP.

Portada de El callejón de los milagros