JOSKOWICZ Bobrownicki, Alfredo
México, D. F., 1937
Expediente Alfredo Joskowicz en Acervo Cineteca Nacional  

l cineasta de origen polaco, Alfredo Joskowicz nació en la Ciudad de México, el 1 de agosto de 1937. Estudió Ingeniería en Comunicaciones Eléctricas y Electrónicas en la Escuela Superior de Ingeniería (ESIME) del Instituto Politécnico Nacional y realizó un posgrado en Comunicación Electrónica en Francia. A los 28 años ingresó al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de donde egresó como realizador en 1970. Becado por la UNAM y el gobierno de Bélgica, estuvo 7 meses en la Escuela de Cine de Bruselas, como profesor invitado y alumno especial. También realizó estudios de posgrado en Edición, Sonido y Técnicas de Televisión en el Instituto Superior de Artes y Ciencias del Espectáculo en Bruselas, Bélgica (1971-1973).

A lo largo de su carrera ha contribuido a formar a varias generaciones de profesionales del cine en México. Fue Secretario Académico del CUEC (1972-1976), donde ejerció la docencia en cursos de Realización Cinematográfica. En el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) imparte clases de Lenguaje y Estructura Cinematográfica; Guión y Realización. Además, Joskowicz fue director de ambas escuelas: CCC (1977-1982) y CUEC (1989-1993).

Ha dirigido un buen número de documentales y programas culturales de televisión, tales como: Historia de la educación (1981: Serie de ficción histórica. 20 programas, duración 27 minutos cada uno. SEP-Cultura, Canal 11); José Clemente Orozco (1984: Documental, duración 26 minutos. Museo Nacional de Arte, INBA), Historia de la Constitución Política Mexicana (1987: Duración 30 minutos. Presidencia de la República). También ha escrito la adaptación de varios programas radiofónicos de los cuales destacan: La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón; El sombrero de tres picos de Pedro; de Alarcón, El licenciado Vidriera, de Miguel de Cervantes Saavedra; Marianela, de Benito Pérez Galdós y Los enredos de una casa, de Sor Juana Inés de la Cruz, todos ellos con duración de 52 minutos, producidos en 1990.

Fue director de los Estudios América (1983-1985) y actualmente, (octubre de 2001) es director del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE). Asimismo, es miembro de la Comisión de Premiación de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

Alfredo Joskowicz dirigió su primer largometraje en 1971: Crates, siguió con El cambio, obra de ficción que encara los acontecimientos dramáticos de 1968.

Durante su carrera ha sido distinguido con los siguientes reconocimientos: Mención Honorífica en el III Festival Internacional de Cortometraje, de Guadalajara por La manda (1968); Hipocampo de Oro en el Festival del Cine del Mar, Fermo, Italia de 1973 y Premio Heraldo a la Mejor Ópera Prima en 1974, ambos por la película El cambio. Premio Especial durante los Arieles de 1981, por Constelaciones y Ariel al Mejor Cortometraje Documental en 1994 por Recordar es vivir.

Arredondo, Isabel. Palabra de mujer. Aguascalientes,
Iberomaricana / Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2001. P. 28

Entrevistado para Escritores de Cine Mexicano Sonoro, el 31 de octubre de 2001, el director Alfredo Joskowicz hizo las siguientes revelaciones sobre lo que es escribir para el cine:

ECMS: En México, por lo general, los directores escriben sus propios guiones, ¿a qué cree que se deba este fenómeno?

JOSKOWICZ: Yo creo que los directores que estás considerando, son directores de una generación que se formó fuera de un proceso industrial. En los procesos industriales, cuando las industrias son fuertes, es muy frecuente que el director tome a un escritor o que el productor, con un guión en la mano, busque a un director; y ahí está el problema fundamental. Por lo que, en los últimos 20 años ha habido un cine industrial de muy baja calidad, los productores tradicionales no buscaban directores que tuvieran una posición más autoral. Es por ello que los directores tuvimos que tomar esa función, ya que muy raras veces un productor busca a un director para hacer un guión específico. Ahora empieza a haber casos distintos, como el de Guillermo Arriaga Jordán que escribió el guión de Amores Perros. Es decir, empieza a haber productores que tienen un guión y buscan a un director. Para quienes nos desarrollamos como directores y no teníamos acceso a un productor que te llamara y te dijera: aquí está un guión, es de tal género y como tú haces ese cine, te llamo; todos desarrollamos nuestros propios proyectos desde el principio, y eso consistía en escribir tu propio guión. Esto no siempre resultó muy sano, porque el guión es una especialidad, la escritura del guión es una disciplina artística, literaria, que tiene particularidades propias y no todo el mundo tiene las capacidades para hacerlo. Hay directores que sí requieren la colaboración de un guionista, por ejemplo, Buñuel que requería de colaboración para poner por escrito las ideas y tener un soporte estructural.

ECMS: ¿Disfruta al escribir los guiones, o es algo a lo que se ve de alguna manera obligado por las circunstancias que mencionó?

JOSKOWICZ: En la medida en que tienes tus propias ideas y no cuentas con un colaborador al que le tienes que pagar, entonces, tú tienes que hacer el trabajo. En ese sentido se podría considerar una obligación, pero a mí también me gusta escribir y no sólo he escrito guiones. He escrito ensayo. No tengo problemas para redactar, que es lo que a veces le ocurre a los directores, o para formular las ideas de manera estructurada.

ECMS: ¿Considera que escribir guiones es muy diferente a escribir literatura?

JOSKOWICZ: Sí, radicalmente distinto. Aún considerando al guión como una disciplina literaria, el guionista no sólo necesita tener conocimientos de estructura dramática, conocimientos narrativos y la habilidad de darle verosimilitud a los diálogos, sino que además debe contar con capacidad de síntesis para describir las acciones cinematográficas de manera muy resumida. Por otra parte, el escritor de cuento y novela tiene absoluta libertad, no está sujeto a una estructura definida. Mientras que el guionista sí está sujeto a una estructura dramática definida; además, los guiones se escriben en tiempo presente y hay que conocer la terminología para hacer eso. Algo que es muy importante, también, es que el guión va a ser interpretado, la novela no. El cine es un arte que requiere intérpretes: director, actor, fotógrafo, etcétera; entonces el buen guionista en realidad lo que hace es trazar la estructura dramática, construir el carácter de los personajes, darle verosimilitud a los diálogos. Sabiendo que va a estar sujeto a interpretación. En el caso del escritor que hace literatura, lo que escribe pasa directamente al espectador, no requiere de intérpretes para llegar al producto final artístico.

ECMS: En el caso del documental, ¿cómo es el trabajo de guionista?

JOSKOWICZ: Partes de una investigación, de lecturas sobre el tema de lo que vas a hacer. Después viene la investigación de campo. El documental también tiene dramaturgia, hay un conflicto y hay que darle una estructura. Mucha gente piensa que es simplemente agarrar una cámara y salir a grabar todo lo que ves, pero luego te sientas a tratar de darle estructura a eso y no la encuentras, o la encuentras después de mucho trabajo y muchas horas de edición. Por eso el método de trabajo consiste en poner la *escaleta [Primera etapa del guión que presupone una investigación del tema en los documentales, y un análisis pormenorizado de los personajes, la acción y la trama, en las películas argumentales. Puede esbozarse en sólo un par de carillas (cuartillas), o poco más. Señala la evolución narrativa, sintetizada en secuencias claves, descubriendo sumariamente los aspectos esenciales de la imagen y el sonido. Traza ya un esbozo de estructura dramática o narrativa. (FELMAN, Simon. El director de cine. Barcelona, Ed. Gedisa, 1979. P. 29)] y definir claramente cuál es la base estructural del documental, tomando en cuenta la duración. Si has hecho la lectura de los textos correspondientes al tema, si has ido a hacer la investigación de campo, te puedes sentar con los textos a hacer una escaleta, una línea estructural. Luego sales, filmas, regresas a la mesa de edición y en la mesa de edición realizas lo que está estructurado en el guión. Si lo seguiste, ahorras muchas horas de trabajo. Siempre debe haber una línea estructural, no puedes poner todo con detalle, pero si una escaleta que dice secuencia uno contiene tal cosa, secuencia dos, etcétera, y si descubres cosas durante el rodaje que te puedan enriquecer, pues las filmas y luego ves si les puedes dar un sentido acorde con la estructura.

ECMS: ¿Le ha pasado, al ver el producto final, que no reconoce del todo ese guión o esa intención que usted tenía en el guión?

JOSKOWICZ: No. En general reconozco mi guión. Ya al ver el producto en la pantalla, puedo decir de manera autocrítica que esto, o lo otro se podría haber hecho mejor. Pero como se filma en fragmentos y sin continuidad, si desde el guión uno no tiene una convicción interna muy clara de lo que está tratando de comunicar, está perdido. Y si el resultado final no resulta muy convincente ni muy conmovedor, la responsabilidad es de uno desde el principio.

ECMS: ¿Escribiría guiones para que los dirija otra persona?

JOSKOWICZ: Si me los encargaran sí, pero no es frecuente que al director-autor lo busquen para escribir guiones. El problema también, y que tiene que ver con la evolución de nuestra industria, es que en algún momento los guionistas empezaron a escribir guiones muy superficiales, porque había muchos problemas de producción y estaban muy mal pagados. Entonces los guionistas tecleaban y el chiste era que les dieran la materia para hacer un churro tras otro. Eso deterioró mucho la calidad de los guiones y los nuevos guionistas se tuvieron que reinventar. Para mí el guión es la base y es donde menos se invierte. Escribir un guión es algo muy largo, muy lento y de profundidad. Puedes tardar meses en hacerlo, y si el guionista no está bien pagado estás invirtiendo primero en el suéter y luego en hacer el niño y entonces no queda bien. Hay que pagar bien para que el niño salga bien, y luego le pones suéter. Ésta es una de las batallas que me he empeñado en dar: Que los guionistas sean mucho mejor pagados, porque allí tienes la garantía de algo sólido, que después puedas enriquecerlo con la puesta en escena y los actores. Con un mal guión difícilmente puedes hacer una buena película. Con un buen guión también puedes hacer una mala película, pero hay muchas más posibilidades de hacer una buena.

ECMS: Qué opina de la publicación de guiones, ¿es algo restringido para la gente que hace cine, o cree que se pueden leer como si fuera literatura?

JOSKOWICZ: De ninguna manera, los guiones no se pueden ni se deben leer como literatura. Yo en mis cursos les hago una pregunta a mis estudiantes cuando entran: ¿Cuántos guiones han leído en su vida? Uno o dos cuando mucho. ¿Y cuántas novelas? muchísimas más. No se puede leer un guión como se lee novela, es un asunto de especialistas. No está mal que se publiquen, aunque se deberían publicar con el formato profesional con el que se va a filmar y por razones de espacio no lo hacen, sólo ponen la historia. Son útiles, porque si los guionistas y directores no tienen un referente de este tipo de escritura, ¿cómo van a juzgarlos?. Puedes juzgar una novela porque tienes referentes, lo mismo con la pintura, pero si en tu vida no has leído más de dos guiones, no puedes tener un juicio sobre la materia. Los que quieren escribir guiones necesitan hacerlo con referentes, porque no se ve la estructura en la pantalla, es otra cosa. El problema es la interpretación del trabajo escrito y para eso hay que haber leído lo suficiente como para tener una opinión responsable. Técnicamente hablando, hay una técnica para escribir, Aristóteles no ha desaparecido. Hay un librito que publicamos cuando yo era director del CUEC, ¿Es el guión una disciplina literaria? [México, Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, Coord. de Difusión Cultural, Dirección de Literatura, CUEC, UNAM, 1990]. En él hay un excelente texto de Juan Tovar sobre esto [TOVAR, Juan. La Dimensión literaria del cine. P.P. 9-15]; y desde luego, un referente muy frecuente es ¿Qué es el guión?, de Syd Field.