JODOROWSKY, Alejandro
Tocopilla, Iquique, Chile, 1929
 
Viceversa, edición especial, No. 29, octubre de 1995. P. 33

studiante de filosofía, psicología y tarot; mimo, marionetista, novelista, escritor y director de cine, además de creador de cómics. Nació el 17 de febrero de 1929. Su nombre completo es Alejandro Jodorowsky Prullansky. A los ochos años, se trasladó junto con su familia a Santiago, donde además de su afición por la literatura, nació su afición por el cine. (Un creyente incrédulo. Entrevista con Alejandro Jodorowsky. Por Edmundo Magaña. La Jornada Semanal. Nueva época, No. 168. 30 de agosto de 1992. P. 22)

Abandonó sus estudios de medicina para estudiar psicología y filosofía. Trabajó de payaso de circo, de bailarín, dibujante y marionetista. Publicó sus primeros poemas en 1945. A los 17 inició su carrera como actor en el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica de Chile y al año siguiente se inició como mimo (Alejandro Jodorowsky: saltar hacia la carne para encontrar lo inmaterial. Por Daniel González Dueñas. Revista Universidad de México. Vol. 49, No. 523-524, agosto-septiembre de 1994. P. 61). En 1953 escribió El minotauro, su primera obra de teatro.

Antes de dejar su país en 1953, fundó el Teatro Mímico Chileno (Nace en México un nuevo arte. Por Héctor Anaya. Diorama de la Cultura, suplemento de Excélsior. Año XLIV. Tomo IV. No. 15,906. 7 de agosto de 1960. P. 1). Emigró a Francia, donde fue alumno de Étienne Decroux, maestro de Marcel Marceau (Daniel González Dueñas, Ob. Cit., P. 61); para éste último escribió varias de sus pantomimas clásicas, entre ellas El fabricante de máscaras y La jaula (Enciclopedia de México. Dir. José Rogelio Álvarez. Enciclopedia Británica de México. EUA. 1993. Tomo 8. P. 4520). Para 1959 ya era un reconocido practicante y estudioso del arte de la mímica. (Un joven maestro: El mimo Alejandro Jodorowsky. Raquel Tibol. Diorama de la Cultura, suplemento de Excélsior. Año XLIII. Tomo VI. No. 15,650, 22 de noviembre de 1959. P. 3)

Jodorowsky llegó a México en 1959, como parte de una gira mundial con la compañía de Marceau (Idem). Salvador Novo y Rubén Broido le propusieron dedicarse a la dirección escénica. Impartió clases en la Escuela de Arte Dramático del INBA, en el Teatro Estudio de la Escuela de Medicina de la UNAM y en un sanatorio de Tlalpan (Héctor Anaya, Ob. Cit., P. 1). Durante los años sesenta y el inicio de la siguiente década, montó “más de cien obras [...] que obligan a reformular los marcos de referencia del teatro mexicano” (Daniel González Dueñas, Ob. Cit, P. 62). Jodorowsky es uno de los directores invitados al Teatro Universitario dirigido por Carlos Solórzano, una propuesta orgánica iniciada en 1952. Montó Acto sin palabras y Fin de partida, de Samuel Beckett en 1960 y, en 1961, Penélope, de Leonora Carrington, en la cual la propia autora estuvo encargada de la escenografía y el vestuario. A la par que promovió la pantomima en México, Jodorowsky fundó el Teatro de Vanguardia Mexicano, compañía que, con los montajes de La sonata de los espectros, de Strindberg y La ópera del orden del propio Jodorowsky, llevó a escena “grandes provocaciones en busca de una confrontación casi litúrgica con el público” (Idem). En total, dirigió cerca de 150 obras teatrales en México, entre ellas Las sillas, de Ionesco, El diario de un loco, de Gogol (monólogo interpretado por Carlos Ancira), y obras de su autoría como Zaratustra y El juego que todos jugamos (Enciclopedia de México. Tomo 8. P. 4521).

En febrero de 1962, junto con Roland Topor y Fernando Arrabal fundó en París el movimiento Pánico, el cual puede ser resumido en tres elementos básicos: “terror, humor y simultaneidad” (Daniel González Dueñas, Ob. Cit., p. 61), aunque algunas décadas después lo recordaría como una broma que tenía “la intención de demostrar lo efímero y banal del culto a lo que sea”. (Texto pánico de Alejandro Jodorowsky. Por Alejandro Ortiz González. El Nacional, 12 de agosto de 1995. P. 33). A mediados de 1996 salió a la luz una Antología pánica, recopilación de textos y entrevistas con Jodorowsky a cargo de Daniel González Dueñas.

Fue fundador del Movimiento de la Libre Expresión, con el cual creó los happenings —una forma de teatro improvisado— y unos precursores de éstos, los efímeros pánicos, “una serie de [veintisiete] manifestaciones interdisciplinarias traducidas en ruptura violenta de los lugares comunes”, su respuesta a la censura de sus montajes teatrales en los años sesenta, los cuales influyeron en Julio Castillo, Juan José Gurrola y Abraham Oceransky. (Daniel González Dueñas, Ob. Cit., P. 62)

Su primera experiencia fílmica se dio en 1959 con “un cortometraje que adapta un texto de Thomas Mann, Las cabezas troncadas (Die Vertauschen Köpfe, 1940), en versión para pantomima. El filme, cuya única copia se ha perdido, contaba con una introducción escrita por Jean Cocteau”. (Ibid., P. 62)

Sus primeras películas mexicanas —de las cuales era guionista, musicalizador, actor y director— estaban permeadas por una fuerte influencia surrealista e iniciática-esotérica. Fando y Lis (Dir. Alejandro Jodorowsky, 1967) causó un gran revuelo en los medios de comunicación durante la Undécima Reseña Mundial de Festivales Cinematográficos de Acapulco en 1968 (Expediente ‘Fando y Lis’. Por José de la Colina. Espejo. Letras, Artes e Ideas de México, No. 6. 4to. trimestre 1968. P. 206). Fando y Lis no se estrenó en circuitos comerciales hasta 1972 (Daniel González Dueñas, Ob. Cit., P. 61).

Uno de los muchos presupuestos cinematográficos que rompió fue el de la escritura de un guión: “[Jodorowsky] no utilizó ninguno de los canevás sobre el papel que se supone deben preceder a la ejecución técnica de una obra cinematográfica, ni estableció un guión y unos diálogos antes de filmar, ni se preocupó por regla alguna en cuanto a ángulos de la cámara, lentes y otros instrumentos de rodaje. Su método, que parece más bien un antimétodo, fue determinado por su filosofía ‘pánica’”. (Idem)

Cartel publicitario de Fando y Lis (Dir. Alejandro Jodorowsky, 1967)
Cineteca Nacional, en Nuevo Cine Mexicano, Clío. P. 14

El topo (1969) es “un filme que bajo la forma del western contiene una compleja fábula pánica a través del Zen” (Daniel González Dueñas, Ob. Cit., P. 63). El topo se convirtió en una película de culto a nivel internacional e inició la corriente ‘esotérica’ del cine mexicano, en la cual destacaron Gelsen Gas, Juan López Moctezuma, José Antonio Alcaraz, Pablo Leder, Rafael Corkidi, Julio Castillo y René Rebetez. La montaña sagrada (1972) concluyó ese tríptico. Los extensos preparativos y el complicado proceso de filmación devinieron en un filme de 10 horas, aunque la versión vista en México fue recortada a menos de una quinta parte.

El prestigio que obtuvo con la filmación de estas películas le permitió involucrarse en la versión cinematográfica de la novela Dunas, de Frank Herbert. Sin embargo, este proyecto no llegó a concretarse por las presiones de los estudios hollywoodenses.

Tras una extensa temporada en París (donde reside actualmente), en la cual se dedicó a escribir cómics de ciencia-ficción —ilustrados por Moebius y Arno, entre otros—, regresó a México en 1989 a filmar Santa Sangre, “un delirante pastiche en el que se concitan el surrealismo, los clásicos del cine fantástico norteamericano, la tradición del cine de terror italiano, el gore, la imaginería religiosa mexicana, la música de Pérez Prado y (...) otros elementos heterogéneos” (Comp, KRIGER, Clara / PORTELA, Alejandro. Diccionario de realizadores de cine latinoamericano. Ed. Del Jilguero, Buenos Aires, 1997).