GUZMÁN Franco, Martín Luis
Chihuahua, Chihuahua, 1887
México, D. F., 1976
 
Archivo General de la Nación.
Fondo Hermanos Mayo

ovelista, periodista, y ensayista. Nació en Chihuahua el 6 de octubre de 1887 y murió en la Ciudad de México el 22 de diciembre de 1976. Su infancia transcurrió tanto en la Ciudad de México como en el puerto de Veracruz (1890-1901); antes de cumplir los 14 años, fundó, junto con su compañero Feliciano Peña, el periódico quincenal Juventud. A los 17 años ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, en la Ciudad de México. Inició la carrera de Leyes en la Escuela Nacional de Jurisprudencia en el año de 1909, pero interrumpió sus estudios para ocupar la cancillería del Consulado de México en Phoenix, Arizona. En compañía de Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Antonio Caso, Julio Torri, Pedro Henríquez Ureña y otros escritores formó parte del Ateneo de la Juventud. "Entre 1908 y 1913 fue parte de la redacción de El Imparcial. De regreso a México se desempeñó como bibliotecario y en el gobierno de Francisco I. Madero fue Director de la Biblioteca Nacional. Fundó El Honor Nacional, órgano periodístico antihuertista. Más tarde, se incorporó al Estado Mayor de Venustiano Carranza y posteriormente a las órdenes de Francisco Villa, figura relevante de su vida y su obra, a quien representó en la Ciudad de México durante la entrada de las fuerzas constitucionalistas, en agosto de 1914." Fue secretario de la Universidad, director de la Biblioteca Nacional y coronel del ejército. Se exilió en España y publicó su primer libro: La querella de México.

Durante su estancia en España al lado de Alfonso Reyes inició la crítica cinematográfica bajo el seudónimo Fósforo y fue director del diario El Sol.

En 1916 viajó a Nueva York, en donde fue docente en la Universidad de Minessota. Impartió clases de español y literatura española. Al mismo tiempo dirigió el periódico El Gráfico, de Nueva York. A su regreso en 1920, a la Ciudad de México fungió como jefe de la sección editorial de El Heraldo de México sección fundada por Salvador Alvarado. Publicó también A orillas del Hudson (1920), y fundó y dirigió otros diarios, como El Mundo y el Diario de la Tarde.

En 1925 regresó a España, donde permaneció hasta 1936. Allí dio a la luz una parte sustantiva de su obra: El águila y la serpiente (1928); La sombra del caudillo (1929); Aventuras democráticas (1931); Mina el mozo: héroe de Navarra (1932) y Filadelfia, paraíso de conspiradores y otras historias noveladas (1933). Otra vez en nuestro país, dio a conocer la primera parte de las Memorias de Pancho Villa y por la misma época creó, con Rafael Jiménez Siles, la empresa editorial EDIAPSA, dirigió la revista Romance, ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua y fundó [en abril de 1942] la revista Tiempo.

Fue autor de: Muertes históricas y febrero de 1913 (Fondo de Cultura Económica, 1990); La querella de México (Madrid, 1915); A orillas del Hudson (México, 1920); Kinchil / Viñetas de Alfredo Zalce (México, 1946); Javier Mina: héroe de España y de México (Fondo de Cultura Económica, 1990); El águila y la serpiente (México, 1941); Piratas y corsarios (Fondo de Cultura Económica, 1988); Memorias de Pancho Villa (México, 1938-40); La sombra del caudillo (Porrúa, 1989), entre otras obras.

En 1941 escribió el guión cinematográfico Islas Marías, también conocido como La tumba del Pacífico, que nunca fue filmado, pero sirvió como base para la publicación de la novela homónima. (Datos biográficos confirmados por el Doctor Martín Luis Guzmán Ferrer, agosto de 2002)

Portadilla de la novela Islas Marías
GUZMÁN, Martín Luis. Islas Marías.
Compañía General de Ediciones de México, 3ra Edición, México, 1969.

“Varios son los críticos que se han percatado de la calidad cinematográfica en la prosa de Martín Luis Guzmán. De acuerdo con Fernando Curiel, su obra posee ‘mucho de folletinesca y cinematográfica’. Héctor Perea afirma que la estructura de sus novelas es ‘fotográfica y aun cinematográfica’ [...] Aurelio de los Reyes considera que Guzmán ‘se apoya ocasionalmente en recursos estéticos del expresionismo cinematográfico alemán [...]”. (Técnicas cinematográficas espaciales en la novela de la Revolución. P. 20. En: DUFFEY, J. Patrick. De la pantalla al texto. La influencia del cine en la narrativa mexicana del siglo veinte. Tr. Ignacio Quirarte. México, UNAM, 1996. PP. 147).

Un texto ideal para constatar que la obra de Martín Luis Guzmán tiene vocación cinematográfica es La fiesta de las balas, sección de El Águila y la serpiente. Además otro de los episodios de esta novela, titulado La película de la Revolución “[...] aborda un tema cinematográfico dentro de la literatura [...] A lo largo del episodio, Guzmán subraya el poderío que tiene el cine de crear mitos, su capacidad para transformar a sus protagonistas en figuras de mayor dimensión que la real”. (Ibid. P. 16)

En 1960 su novela La sombra del caudillo fue llevada a la pantalla, pero estuvo prohibida durante varios años debido a su contenido: "La sombra del caudillo (1929) es una novela que cuenta, entreverados, un par de dramas de la política nacional [mexicana]: el que desemboca en el movimiento antihuertista y el que concluye con la muerte de Francisco Serrano. Todos los personajes que allí aparecen son réplica de seres reales, menos uno, Axkaná González [...] que representa la conciencia revolucionaria". (Emmanuel Carballo, Martín Luis Guzmán, escritor de la adversidad y el infortunio. Novedades, sección espectáculos, 14 de junio de 1987)

En esta obra, Guzmán también hace gala de su dominio literario al imitar “la técnica cinematográfica del montaje en varios pasajes con el fin de transmitir una visión de la violencia, el caos, la confusión y la excitación que prevalecía en la sociedad mexicana a inicios de los años veinte. A menudo Guzmán describe la afluencia de imágenes que los personajes contemplan desde las ventanillas de sus automóviles , sobre todo desde el Cadillac de Aguirre, llamativo símbolo de la arrogancia y el poder que éste ostenta. En este punto Guzmán simula la técnica cinematográfica de la ‘proyección de fondo’, la cual consiste en proyectar una escena en una pantalla localizada a espaldas de los actores (a menudo sobre una ventana), de modo que parezca como si éstos van viajando en un vehículo o tren mientras el paisaje rural o urbano pasa de largo”. (Técnicas cinematográficas espaciales en la novela de la Revolución. P. 23. En: DUFFEY, J. Patrick. Ob. cit. P. 23).