GÓMEZ Ortiz, Roberto
Beto
Culiacán, Sinaloa,
1970 |
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(http://www.geocities.com/ddfilms/betoarturo/.htm)
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ació
en Culiacán, Sinaloa, en 1970. Estudió la carrera
de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma
de Guadalajara (1987-1991). Estudió cine en Vancouver
International Film School, Vancouver, BC, Canadá (1992–1993).
Durante un año trabajó como productor y director
de spots de
publicidad en la productora Cinevideo,
en Guadalajara, Jalisco (1994–1995).
Decepcionado por el panorama cinematográfico
mexicano, viajó al año siguiente, a Madrid en
donde se desempeñó primero como lavaplatos y luego
como mesero. Sin embargo, su interés por el cine no decayó.
Estudió guión en la Real Escuela Superior de Arte
Dramático. Además, creó la productora independiente
Dejarme Disfrutar Films.
Trabajó como becario en Esicma,
productora de cine española. Y un buen día llegó
ante el director de la productora, Juan Gordon, y le mostró
un guión. Sin embargo, “ante la ausencia de balazos,
sombreros y chicas guapas el director me dijo que para conseguir
la filmación de un guión existían tres
formas de lograrlo: una, tienes paciencia hasta para interesar
a alguien; dos, eres un verdadero talento, o eres un ignorante
con fe y decides hacerlo a tu manera. Escoge". (Beto
Gómez, un realizador que decidió hacer cine a
su manera. Por Raquel Peguero. La
Jornada. Cultura, lunes 22 de septiembre de 1997. P.
27). El joven cineasta optó por la tercera opción
y regresó a México. Con ayuda económica
de su padre, la venta de una moto, y los ahorros de su trabajo
en Madrid, realizó el filme El
agujero (Dir. Beto
Gómez, 1996), una película sobre la noche de difuntos
en México (http://www.geocities.com/ddfilms/betoarturo.htm).
En 1999 rodó el Making off
del largometraje español Año
mariano.
Admirador del cine desde pequeño, admitió
que el trabajo de actuación que más le impactó
fue el de Roberto Cobo en Los olvidados
(Dir. Luis Buñuel, 1950), así que mientras escribía
el guión de El agujero
pensaba en el actor. Cuando lo buscó "mucha gente
me dijo que ya no hacía las cosas tan bien, que había
estado viviendo en un agujero y era muy difícil. Pensé
que por ello me entendería y lo fui a ver. Aceptó
sin remilgos, desinteresadamente, porque no le pagué
un clavo. Eso es ser actor,
y para mí, él es el mejor. (Beto
Gómez, un realizador que decidió hacer cine a
su manera. Loc. Cit.)