GÓMEZ,
Manuel G.
uionista
y director de la película Rebelión.
Esta cinta se realizó a partir de los registros fílmicos
de un estudio sobre la población de San Francisco Mazapa
en el Valle de Teotihuacán. La producción iniciada
en 1923 era silente, pero entre 1931 y 1932 se sonorizó
y le fueron agregadas algunas escenas. Rebelión
estuvo plenamente terminada en el año de 1934.
En cuanto a su estreno en el cine Olimpia
se comentó: “Hoy cierra con broche de oro su semana
de estreno la película más mexicana que se ha
logrado hasta ahora entre nosotros... Rebelión
ha conquistado a nuestro público con la fuerza plástica
del intenso drama que viven en la pantalla desprovista de falsas
posiciones, clara y diáfana, nuestros indios, la masa
no comprendida que ha sido el pivote máximo en los éxitos
obtenidos por el proletariado... Esta sencilla obra mexicana
no esta realizada por ‘connacionales importados’,
puesto que sus realizadores nunca han ido a Hollywood ni ha
Europa y lo que aparece en el objetivo es exclusivamente el
resultado de su convivencia con los aborígenes de San
Juan Teotihuacán” (“Rebelión”
Película revolucionaria, y reflejo claro de la intuición
artística de nuestros indios. Por A.C.B. El
Nacional, 22 de agosto de 1934. P. 6).
En la película, los nativos de San Francisco
Mazapa representan la historia de un peón que se hace
revolucionario: “Rebelión
es una película revolucionaria porque refleja con claridad
y sinceridad las ansias libertarias de la gente campesina sojuzgada
y hambrienta, antes que el movimiento reivindicador la libertara.
Es una película que, en cierto modo, refleja el proceso
de la lucha agraria, presentando primero al campesino que lleva
una vida miserable y que, oprimido por el yugo del capataz grita
desesperado: ¡Quiero tierras, una vida mejor!... Al final,
en el epílogo, hay un breve canto dedicado a la Revolución,
en el cual figura el tractor substituyendo al arado y se vislumbra
un porvenir mejor para la clase trabajadora de la parcela, que
siente satisfechas sus aspiraciones sociales y calmada su ansia
de libertad... Los gestos de los indios, severos y crueles,
el drama del peón subyugado y hambriento, el retorno
del hijo triunfante con su causa al paupérrimo hogar
y otros muchos detalles hieren la sensibilidad del espectador,
especialmente de aquel que vivió y sintió la tragedia
de nuestra lucha armada” (Íbid).