GARRO, Elena
Puebla, Puebla, 1917
Cuernavaca, Morelos, 1998
 

Archivo fotográfico del CONACULTA-INBA y del CNIPL

ramaturga, novelista, argumentista y guionista de cine. Nació en la ciudad de Puebla, el 11 de diciembre de 1917. Murió el 22 de agosto de 1998 en Cuernavaca. Jorge Luis Borges la consideró “una de las mejores escritoras de teatro latinoamericano”. (De persona a persona. Sección de cultura de La Jornada. 19 de noviembre de 1984. P.21)

Realizó estudios de danza con Zybin y la maestría en letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su primer aparición en el teatro fue como bailarina en Las troyanas de Eurípides, estrenada en 1936 en el teatro de Bellas Artes. Hasta 1937 fue coreógrafa en el Teatro de la UNAM bajo la dirección de Julio Bracho. Ejerció el periodismo desde 1938, como colaboradora de México en la Cultura, La Palabra y el hombre y Revista de la Universidad, entre otras publicaciones.

En 1937 se casó con Octavio Paz y se fue a vivir a España. Regresó a México en 1962. Desde 1971 vivió en Francia a consecuencia de su postura frente a los sucesos del 2 de octubre de 1968 en la Ciudad de México. Por un lado, fue acusada de instigar en el movimiento estudiantil y, por el otro, repudiada por ciertos sectores de la comunidad intelectual. En 1993 regresó al país y residió allí hasta su muerte a la edad de los 77 años a consecuencia de un enfisema pulmonar.

En 1957 se dio a conocer como dramaturga con tres piezas en un acto interpretadas por el grupo Poesía en Voz Alta. Un año más tarde las reunió en un solo volumen titulado Un hogar sólido. Varias de sus obras han sido publicadas en alemán, inglés y francés y montadas en varios países (entre ellos Estados Unidos y Francia), entre las que se encuentran: El rey mago, La mudanza, y La señora del balcón; esta última fue representada en varios países de América Latina por el grupo Teatro Estudio de México en 1963. Publicó tres volúmenes de cuentos: La semana de colores (1958), Andamos huyendo Lola (1980) y El accidente y otros cuentos inéditos (1997), además de trece novelas, entre ellas, Y matarazo no llamó (1960, publicada en 1991), Los recuerdos del porvenir (Premio Villarrutia, 1963), Inés (1972, publicada en 1995) y Mi hermanita Magdalena (1998). Como miembro emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) recibió apoyo económico durante los últimos años de su vida.

La Jornada. 19 de noviembre de 1984. P.21

Sobre su obra literaria Luis Enrique Ramírez afirma: “Es un mundo inacabable de señales, metáforas y conceptos entre líneas. (...) Hay que acercarse a su obra más que como estudioso de la literatura, como estudioso del alma humana, porque en sus novelas se reflejan los extremos a los que puede llegar alguien. Ella se manejaba así, entre extremos de maldad y de bondad, de locura y lucidez. Fue una persona como no he conocido a otra y como no creo conocer a nadie más.” (Elena Garro era un genio que nunca se dejó mandar y siempre vivió a contracorriente. Sección de cultura de La Jornada. Jueves 9 de marzo de 2000. P. 32)

En 1954 empezó a trabajar en el cine como guionista. Sobre esta tarea la propia Elena Garro comentó: "El primero que hice con Julio Bracho fue Historia de un gran amor, sacado de una novela de Alarcón [Pedro Antonio de] que se llama El niño de la bola. Tuve mucho éxito. Luego ya hice muchos [...]"

-¿Y todos se llevaron al cine?
-Casi todos. Las señoritas Vivanco, que era muy gracioso, lo hice con Juan de la Cabada. Pero lo echaron a perder, porque yo escribía un guión y venía alguien, que nombraba el director, para que lo corrigiera, entonces le echaba como tierra, lo volvía horrible. Le quitaba todo el humor porque era de gran risa. Cabada y yo cuando lo escribimos nos revolcábamos en el suelo de la risa. Otros guiones que hice fueron La escondida. Hice uno pero no se filmó, Renuncio a la gloria. (Con los recuerdos de Elena Garro y Helena Paz. Por Patricia Lopátegui. Proceso. No. 1140. 6 de septiembre de 1998. P. 62).

Sobre el guionismo Elena Garro expresó: “Las películas se hacen en el papel y desconocer al escritor, es negar al cine en su totalidad. Es inevitable que la crítica en México continúe desconociendo y renegando sistemáticamente de ese personaje oscuro y peligroso que es el escritor. Y sobre todo el escritor de cine.
“Es el escritor el que mueve, juega, hace llorar o amar determinada manera y desde determinado ángulo a las sombras siempre misteriosas, que después de un proceso complicado de cámara, directores, actores, etc., se van a proyectar en la pantalla.

“Si hay algo evidente, es que sin escritor, no hay película.” (Los crímenes se cometen en silencio. Por Elena Garro. La cultura en México. Suplemento de Siempre!. No. 181. Agosto 4 de 1965. P. XIV).

Obtuvo el Premio Xavier Villarrutia en1963, el Premio Grijalbo en 1982, y el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz de la Feria del Libro de Guadalajara en 1996.