GARCÍA Riera, Emilio
Ibiza, España, 1931
Zapopan, Jalisco, 2002
Textual. Año 2, No. 27, julio de 1991. P. 24  
rítico, actor, guionista e historiador de cine. Naturalizado mexicano, nació en Ibiza, España, el 17 de noviembre de 1931 y murió en Zapopan, Jalisco, el 11 de octubre de 2002. Hijo de profesores comprometidos con la República Española, llegó a México en 1944, después de haber emigrado a Francia en 1938 y de vivir en la República Dominicana entre 1939 y 1944.

Estudió en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue investigador en el Centro de Comunicación y profesor de Sociología del Cine, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; también fue profesor en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC / UNAM) y en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). En 1986 fundó el Centro de Investigaciones y Enseñanza Cinematográfica (CIEC), en la Universidad de Guadalajara [Institución dedicada a la investigación y publicación sistemática sobre la realización cinematográfica nacional, regional e internacional].

Este quehacer constante le permitió ser un crítico cinematográfico reconocido y afirmaba que: “Si se habla de cine mexicano hay que hacer como si se hablara de literatura mexicana: No se piensa en una industria editorial, sino en Paz, Fuentes, etcétera; si se piensa en el cine mexicano, hay que pensar en Ripstein, Fons, Hermosillo, Cuarón” (García Riera terminó el tomo 17 de su “Historia documental del cine mexicano”, y señala que actualmente no existe un proyecto global. Por Héctor Rivera J. Proceso. Año 9, 15 de enero de 1996). Cabe mencionar que hasta 1999 la Historia documental del cine mexicano 1929-1976, contaba con la publicación de 18 volúmenes, con dos ediciones.

Autor de El cine mexicano (Era, 1962) y Breve historia del cine mexicano (Ediciones Mapa, Universidad de Guadalajara, CONACULTA, 1999), junto con Jomi García Ascot y José de la Colina organizó el grupo Nuevo cine y la revista homónima. Fue fundador y director de las revistas Snob, Imágenes (1979-1980) y Dicine. En 1957 comenzó a ejercer la crítica cinematográfica en las páginas del suplemento cultural del periódico Novedades, México en la Cultura (1957-1960), dirigido por Fernando Benítez. También colaboró en La Cultura en México (1962-1968), suplemento de la revista Siempre!; Diorama de la Cultura (1972-1976), la revista de la Universidad de México (1959-1963), Diálogos (1974), el semanario Proceso (1976-1977) y Nexos, además de los diarios Excélsior, Unomásuno (1977-1983) y La Jornada (1984-1987). Fue comentarista cinematográfico de los canales 11, 13 y de la cadena TRM (Televisión de la República Mexicana).

Dentro de su gran producción editorial habrá que destacar la obra Historia documental del cine mexicano 1929-1976, la cual se empezó a publicar a partir de 1969; La guía del cine mexicano. De la pantalla grande a la televisión (1984); Historia del cine mexicano (1986); México visto por el cine extranjero (6 tomos. Beca Guggeheim, 1987) y Arturo Ripstein habla de su cine (1988). Otras de sus publicaciones son: Fernando de Fuentes, 1904-1958 (1984), Julio Bracho, 1909-1978 (1986) y Emilio Fernández, 1904-1986 (1987). En 1994 escribió la que ha sido su única novela, Polvo enamorado (1994).

Realizó los guiones para las películas: En el balcón vacío (Dir. Jomi García Ascot, 1962), En este pueblo no hay ladrones (Dir. Alberto Isaac, 1965), Los días del amor (Dir. Alberto Isaac, 1971) y El viaje (Dir. Jomi García Ascot, 1976).

Participó como extra en la película Tiempo de morir (Dir. Arturo Ripstein, 1965) y además actuó en El mundo loco de los jóvenes (Dir. José María Fernández Unsaín, 1966) y Reed, México Insurgente (Dir. Paul Leduc, 1970), entre otras películas.

En 1991 recibió el premio Xavier Villaurrutia por sus memorias, El cine es mejor que la vida y en 1996 recibió la Medalla Salvador Toscano al Mérito Cinematográfico otorgada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. También obtuvo el Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en 1999, y el Ariel de Oro de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, en 2002.

Sobre la escritura de cine, García Riera comentó: “hay dos enemigos [de los escritores]: el poco pago y la censura, que irremediablemente provoca el reflejo de la autocensura. [...] Por otra parte, la crítica ha desestimado el trabajo del escritor cinematográfico, por seguir demasiado al pie de la letra la idea del cine de autor, que procedía de los que hicieron los Cahiers du Cinema. Allí hay un equívoco. Aquella política fue propuesta por críticos que después fueron directores. En aquellos jóvenes había la vocación del realizador, de ahí una sobreestimación del papel del director. Tal sobrevaloración fue muy evidente en casos estadounidenses; por ella surgieron prestigios discutibles, como el de Nicholas Ray o el de Otto Preminger, cuyas películas dependían mucho de los actores, o de la población. [...] El argumentista, sin estímulo económico, ni siquiera tenía el estímulo crítico. Esta carencia es el tercer enemigo del escritor cinematográfico. Últimamente, al revisar cine mexicano, me culpo de haber dejado de advertir en los trabajos de Fernando Galiana, por ejemplo, auténticos rasgos de ingenio. El trabajo de los Alcoriza, Janet y Luis, no ha sido justipreciado.” (El cine, de lo mejor de la vida. Entrevista con Emilio García Riera. Por Juan José Reyes. Textual. Revista de Letras e Ideas de El Nacional. Año 2, Vol. III, No. 27, julio de 1991. PP. 24-30).

En otra oportunidad, su reflexión sobre el guionismo cinematográfico había sido la siguiente: “A diferencia de la obra teatral que sí es un género literario, que tiene sus cumbres y que se publica independientemente de si es puesta en escena, el guión cinematográfico no es una obra literaria, y sí un trabajo muy especializado. [...] Mientras pagan sueldos fabulosos a las estrellas, a los directores, a los mismos fotógrafos, los guionistas tienen que soportar pésimos sueldos y casi siempre aceptando que les hacen un favor al filmarles sus películas.” (El fin del ciclo Lumière. Entrevista con Emilio García Riera. Por Hugo Vargas. La Jornada Semanal. Nueva época, No. 87, 10 de febrero de 1991. PP. 21-27).

Antes de su muerte había terminado una segunda parte de su biografía “e iba a recibir el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara, y el Mayahuel de Oro en la Muestra de Cine Mexicano de 2003, que surgió también por impulso suyo”. (Emilio García Riera y su obra inconmensurable. Por Felipe Cobián. Proceso. No. 1354. 13 de octubre de 2002. P. 85)