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GARCÍA
Márquez, Gabriel
Aracata, Colombia, 1928
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Cinelandia,
No. 403, 8 de marzo de 1975. P. 21
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ovelista,
cuentista, periodista, guionista, ganador del Premio
Nobel (1982).
Gabriel García Márquez nació en Aracata,
Colombia, el 6 de marzo de 1928. Fungió como reportero
de los diarios colombianos El
Heraldo de Barranquilla y
El Espectador.
En 1955 aprovechó su estancia en Europa como corresponsal,
para estudiar cine en el Centro Sperimentale di Cinematografia
de Roma. Su gusto por el séptimo arte se nutrió
con el neorrealismo italiano de Vittorio de Sica, Luccino
Visconti y Roberto Rosellini. Según el propio García
Márquez, la figura más influyente en su trabajo
posterior como guionista fue uno de los creadores más
distinguidos de ese movimiento cinematográfico, Cesare
Zavattini, considerado entre los mejores guionistas de aquellos
años.s
En 1954 participó por
primera vez en el cine: codirigió el cortometraje La
langosta azul junto con Luis Vicens y Álvaro Cepeda.
En 1961 llegó a México, donde encontró
una industria fílmica en transición: El cine mexicano
estaba en declive. De forma paralela a esta crisis el creciente
interés de un nuevo público, en su mayoría
universitario, por un cine más inteligente, empujaba
a la industria cinematográfica a renovarse. Fue en ese
contexto que García Márquez comenzó su
carrera como narrador cinematográfico, al tiempo que
se desempeñaba como publicista y periodista.
En 1964 recibió sus primeros
encargos fílmicos, la adaptación y el guión
de las películas Lola de
mi vida / Amor, amor, amor
/ La viuda (Dir. Miguel
Barbachano Ponce, 1964) y El gallo
de oro (Dir. Roberto Gavaldón, 1964), basada en
el relato de Juan Rulfo. Para la adaptación de esta obra,
García Márquez contó con el auxilio de
Carlos Fuentes en la creación de los diálogos.
Siguió En este pueblo no
hay ladrones (Dir. Alberto Isaac, 1965), adaptación
de su cuento homónimo, escrita en colaboración
con Emilio García Riera y el director. Esta cinta obtuvo
el segundo lugar en el Primer Concurso
de Cine Experimental.
El primer argumento que escribió
expresamente para ser llevado al cine fue Tiempo
de morir (Dir. Arturo Ripstein, 1965), para el cual colaboró
de nueva cuenta con Carlos Fuentes. Volvió Ripstein volvió
escribiendo el argumento y el guión de Juego
peligroso (1966), basada en dos cuentos de su autoría:
HO y Divertimento.
Cabe mencionar que en la adaptación de HO,
colaboraron Pancho Córdova
y Jorge Ibargüengoitia sin recibir el crédito correspondiente.
Después escribió el argumento original de Patsy,
mi amor (Dir. Manuel Michel, 1968). Fue precisamente
en la década de los sesenta cuando se desempeñó
como profesor de guión en el Centro Universitario de
Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM.
Por otra parte, García
Márquez no ha dejado de colaborar con el cine iberoamericano.
Sobre guiones y argumentos suyos, Luis Alcoriza dirigió
Presagio (1974), Felipe
Cazals, El año de la peste
(1978) y Jaime Humberto Hermosillo, María
de mi corazón (1980). Escribió junto al
chileno Miguel Littin la crónica de las dificultades
que éste último tuvo con el gobierno militar chileno
para realizar un documental en su país. En 1996 escribió
el argumento de Edipo Alcalde
(Dir. Jorge Alí Triana), inspirado en la tragedia clásica
griega Edipo Rey.
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Gabriel García Márquez,
Alberto Isaac y Luis Alcoriza. CA. 1975. Archivo familiar.
Tierra Adentro, No.
94, octubre-noviembre de 1998. P. 40
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Asimismo, García Márquez
fue uno de los principales impulsores del Nuevo
Cine Latinoamericano, el cual tuvo gran auge en la década
de los ochenta. Con ese propósito, dirigió la
Fundación del Nuevo Cine
Latinoamericano con sede en Cuba. También participó
en la creación del Instituto Cubano de Arte e Industria
Cinematográficos (ICAIC). Entre 1987 y 1988 se filmó
Amores difíciles,
una serie de seis películas dirigidas por diversos autores
iberoamericanos y basadas en argumentos originales de García
Márquez: Tres de las más importantes fueron El
verano de la señora Forbes (Dir. Jaime Humberto
Hermosillo, 1988); Milagro en Roma
(Dir. Lisandro Duque, 1988) y Cartas
del parque (Dir. Tomás Gutiérrez Alea,
1988). Más tarde, como resultado de aquellos guiones,
García Márquez publicó Doce
cuentos peregrinos (Mondadori, 1992).
García Márquez
recibió dos Arieles
de plata en 1975 por Presagio
(Dir. Luis Alcoriza, 1974): uno por Mejor Argumento Original
y otro por Mejor Guión Cinematográfico, ambos
compartidos con Luis Alcoriza. En 1980, El
año de la peste (Dir. Felipe Cazals, 1978) ganó
el Ariel de oro por Mejor
Película y el Ariel
de plata al Mejor Guión Cinematográfico (este
último compartido con Juan Arturo Brennan).
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Rebeca Silva y José Carlos Ruiz,
en escena de El año
de la peste (Dir. Felipe Cazals, 1978)
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La relación de García
Márquez con el cine nunca ha sido enteramente satisfactoria
para el escritor. Sin embargo, al referirse a En
este pueblo no hay ladrones (1964), dijo: “fue
el primer cuento mío que se adaptó para el cine.
Recuerdo que Emilio [García Riera] y Alberto [Isaac]
me vinieron a ver con el guión de la película
que pretendían filmar para el concurso. Tuve que darles
mi opinión: ‘es una mierda’, pero como faltaba
sólo un mes para que cerrara la convocatoria, les ofrecí
mi cuento y lo adaptaron muy bien. La película me gustó
mucho, aunque creo que la fotografía no era del todo
buena” (García Márquez
escribe un guión sobre el Canal de Panamá para
Gavras. Por Ana María Amado y Gustavo Montiel
Pagés (parte II). Unomásuno,
22 de Julio de 1978).
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René Debetez,
Gabriel García Márquez, Emilio García
Riera y Alberto Isaac. CA. 1964. Archivo familiar.
Ob. Cit. P. 34
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Con respecto a su labor de guionista
para cine, Gabo (como le
dicen sus amigos) expresó que ”somos un matrimonio
mal avenido. No podemos estar juntos ni separados. El hecho
es que en el cine no hay escritores, todavía es un arte
subalterno, y depende de la literatura en este sentido. Será
realmente un arte cuando el director ‘escriba’ directamente
los temas con imágenes” (Con
la congelación de directores, el perdedor es el cine
mexicano: Gabriel García Márquez. Por Ana
María Amado y Gustavo Montiel Pagés (parte III).
Unomásuno, 23 de
junio de 1978).
Por otro lado, su opinión
sobre el papel que juega el guionista dentro de una producción
la esboza en su artículo En
la penumbra del escritor de cine, donde asegura que el
destino del escritor de cine “está en la gloria
secreta de la penumbra, y sólo el que se resigne a ese
exilio interior tiene alguna posibilidad de sobrevivir sin amargura.
Ningún trabajo exige una mayor humildad (...) De los
escritores de cine nadie sabe quiénes son, a menos que
sean conocidos como escritores de otra cosa, y hasta en este
caso ellos mismos tienen la tendencia de pensar que su trabajo
para el cine es secundario. Un recurso para comer” (El
destino del guionista está en la penumbra. Por
Raquel Peguero. La Jornada,
6 de marzo de 1997. P. 26).