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GARCÍA
Garza, Juan Peralvillo
Matamoros, Tamaulipas, 1905
México, D. F.,1980
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Acervo Cineteca Nacional |
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ctor
y escritor de cine. Creador de diálogos, argumento y
guiones, la mayoría de ellos con el director Gilberto
Martínez Solares, que sirvieron de base para las populares
películas protagonizadas por Germán Valdés
Tin Tan. Nació en
Matamoros, Tamaulipas, el 5 de febrero de 1905 y murió
en la Ciudad de México, en 1980. Juan García,
conocido en el ambiente como El
Peralvillo, tuvo una vida muy singular. Desde su infancia
desempeñó varios oficios: voceador de periódicos,
limpiador de calzado, hasta llegar a trabajar en el cine como
extra, actor y guionista.
“Por las calles polvosas
de Matamoros, población fronteriza, corre un chiquillo
con un paquete de periódicos bajo el brazo. Detrás
de él, queda el grito agudo que anuncia la noticia sensacional.
Así pasará horas, hasta agotar el último
periódico. Después tomará su caja e irá
por el parque, por los sitios en que la gente suele reunirse,
para ofrecerse a limpiarles el calzado (…) “Cuando
no vende periódicos ni asea calzado, va a la escuela,
al otro lado de la frontera. Estudia y aprende el idioma. También
se burla de sus condiscípulos ‘gringos’,
que no están a la altura de su agudo ingenio de mexicano
mordaz, implacable. La vida hay que vivirla… y reía.
“Con la adolescencia su
inquietud aumenta. Y las polvosas calles de Matamoros, población
fronteriza, se hacen estrechas para él. Ahí ya
nada tiene que ver, nada que aprender, nada que conquistar.
Se marcha pues, en busca de horizontes más amplios, en
pos de una aventura que no sabe cómo será. No
tiene desmedida ambición de dinero, ni de poder. No tiene
más que una ambición: vivir. ¿Qué
mejor sitio que Tampico, envuelto en una leyenda de oro y de
aventura?
“A Tampico llega con los
ojos muy abiertos, para trabajar en los campos petroleros. Entonces
le será útil lo que aprendió del idioma
del otro lado de la frontera, porque ahí, en las tierras
con entrañas de oro negro, todo lo dominan los ‘gringos’.
Él se sigue riendo de ellos, que lo llaman Johnny, aunque
para todos empieza a ser Juanito García. Esa ‘vacilada’
del cine. Nada ha hecho cambiar a Juanito García. Ni
siquiera ha perdido su acento de norteño, a pesar de
que los últimos veintiséis años de su vida
han transcurrido en la capital mexicana. Sigue siendo un hombre
‘bueno y sencillo del norte’. Y conserva su ingenio
agudo, ágil, que penetra en quienes pretenden burlarlo.
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Cinema Reporter.
No. 1111, 4 de noviembre de 1959. P. 43
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—Fíjate mano: yo
vendí periódicos y fui ‘bolero’ allá
en Matamoros, —recuerda con frecuencia—.
“De Tampico, vino a México.
El río de la vida dio muchas vueltas. Y cuando le salió
al paso su destino definitivo, el de la popularidad cinematográfica,
trabajaba de mayor en la Penitenciaría del Distrito Federal.
Antes había sido guía de turistas y jefe de turismo
en el Hotel Regis. Pero no perdía su costumbre de reírse
de los ‘gringos’. Los llevaba por cabarets arrabaleros,
para que vieran el bajo mundo capitalino, y se alcanzaba la
‘puntada’ de pedir champaña”. (…)
“La vida ha sido para Juanito
García, en todo momento, una escuela que le ha dado las
mejores enseñanzas. Pero en ninguna parte aprendió
a penetrar en el alma del hombre como en la Penitenciaría.
Conoció tipos complejos, pasiones turbias, dramas tremendos”.
(…)
“Entonces conoció
a Alfonso Sánchez Tello. Poco tiempo después fue
precisamente Alfonso Sánchez Tello quien le propuso que
trabajara en una película, que se filmaría en
el Estado de Veracruz: gastos de viaje y tres pesos con cincuenta
centavos por día de trabajo. Dejó su empleo y
se hizo ‘extra’. Estaba ya sobre el camino que había
de darle éxitos, popularidad, dinero, aunque él
solo había aceptado por ver qué era esa ‘vacilada’
del cine, con sus lindas muchachas y su atmósfera envolvente.
‘Yo no lo creía’
"Fue dura la carrera cinematográfica
de Juanito García. Entre película y película,
volvía a trabajar de guía de turistas. Cuando
le caía una proposición, la aceptaba y allá
iba a los estudios, de ‘extra’.
“Juanito García
se fue haciendo una de las figuras más populares en muchos
ambientes de la vida capitalina [de la Ciudad de México],
tan conocida entre la gente de cine como entre los periodistas”.
(…)
“—Y de ‘Arieles’,
ni hablar, mi hermano —recuerda el sencillo, estupendo
actor—. Ni siquiera soñaba con figurar en una terna.
Cuando una mañana, leía que yo podía ganar
un ‘Ariel’,
pegué un ‘reparo’ que no veas, mi hermanito.
Y lo obtuvo. Fue su primer y
muy merecido triunfo [Ariel de
Plata en 1948, en La Perla
(Dir. Emilio Indio Fernández, 1945), por mejor
papel de cuadro].
"Después resolvió
aprovechar lo que la vida le había enseñado. Lo
que había visto en sus aguas turbulentas de la existencia
en el siniestro bajo mundo. De ahí surgió Comisario
en turno, que lo reveló como argumentista de vivo
ingenio y dominador de lo episódico.
“Una vez más, el
triunfo le salió al encuentro. Esta vez le dieron dos
Arieles: uno por actuación
[Cara sucia (Dir. Carlos
Orellana, 1948), Ariel de Plata
por mejor papel de cuadro], otro por su argumento de Comisario
en turno [(Dir. Raúl de Anda, 1948) Ariel
de Plata otorgado en 1950, al Mejor Argumento Original].
"Tampoco los éxitos
lo han cambiado. Lo he visto hace días y sigue siendo
el ‘hombre bueno y sencillo del norte’. Exactamente
igual de sonriente, que optimista y mordaz que cuando estableció
un bar de poderoso ambiente, el ‘Cine Club’, que
le costó miles de pesos tenazmente ahorrados. De aquellos,
sólo conserva vales de artistas que ahora son célebres
y adinerados (…)” (Juan
García: Una vida, una aventura. Por Carlos Sáenz.
México Cinema. Dir.
Benjamín Ortega. Mensual, México, D.F., agosto
1950. PP. 16-18).
Desde 1934 y hasta 1975, Juan
García intervino como actor en cerca de 53 películas,
escribió por lo menos 38 historias para el cine, entre
guiones, argumentos y diálogos. Entre las películas
en las que actuó Juan García podemos mencionar:
Carta Brava (1948), Soy
charro de levita (1949), El
rey del barrio (1949), La
marca del zorrillo (1950), Simbad
el mareado (1950), El revoltoso
(1951), Chucho el remendado
(1951), Ahí vienen los gorrones
(1952), Contigo a la distancia
(1954), Los líos de barba
azul (1954) y Que lindo
cha cha cha (1954), Los
valientes no mueren (1961) y Los
temibles / El centauro negro
(1975).
Inició su carrera como
argumentista en 1948. El argumento de la primera película
en la que participó, refleja un melodrama urbano donde
se cuentan once casos de nota roja ocurridos en la Ciudad de
México. El comisario de la historia ve desfilar varios
personajes de la vida citadina: desde un pachuco,
hasta una timadora, y enfrenta varios casos de homicidios que
son cometidos.
Por otro lado, de las películas
de Tin Tan, donde Juan García participó como escritor,
destacan: Calabacitas tiernas
(1948), El rey del barrio
(1949), El ceniciento (1951),
El vizconde de Montecristo
(1954) y El violetero (1960).
Juan García también
escribió historias protagonizadas por Antonio Espino
Clavillazo, como: Ahí
vienen los gorrones (1952), Pura
vida (1955) y El
chismoso de la ventana (1955).