GALINDO Amezcua, Alejandro
Monterrey, Nuevo León, 1906
México, D. F., 1999
Otrocine, publicación trimestral,
No. 6, abril-junio de 1976. P. 72
 
ramaturgo, ensayista, argumentista, guionista y director de cine. Nació en Monterrey, Nuevo León, el 14 de enero de 1906. Murió a la edad de 93 años a causa de una insuficiencia cardiaca. Es integrante de la misma generación que Jaime Torres Bodet, Leopoldo Méndez y Manuel Álvarez Bravo, la cual “comparte una vivencia caótica de la Revolución, un ingreso a la preparatoria y la universidad como defensa heroica contra la evidencia de la bola, el caudillismo, la lucha de facciones, las ciudades ocupadas por ejércitos sucesivos. [...] Es una generación que ya crece con el cine como un nuevo lenguaje visual que madura rápidamente,” como el mismo Galindo lo recordaba : “A los trece años me dije —yo quiero hacer cine, sin saber cómo se hacía cine, sin tener ni idea. El cine era una cosa obsesiva, todo lo veía yo en cine”. (Alejandro Galindo. Un alma rebelde. Por Gustavo García. Intolerancia, No. 7, noviembre – diciembre de 1990).

La crítica lo considera el “primer cronista cinematográfico sobre el tema de la ciudad de México contemporáneo, dado que sus obras cuentan las transformaciones ocurridas en nuestra sociedad.” (Diccionario de escritores mexicanos. México, UNAM, Instituto de Investigaciones Filológicas, 1988. P. 2).

La búsqueda de Galindo plasma el anhelo de “decir lo más posible, con la idea de dejar un sedimento útil a las personas en sus valores espirituales. Además estoy convencido que lo que más necesita el país es precisamente que se muestre a este pobre pueblo, porque el cine mexicano, incluido yo, tenemos una deuda con él porque no hemos sabido tratar ni a nuestros personajes ni nuestra historia”. (Murió Alejandro Galindo, eminente realizador y artífice del cine urbano nacional. La Jornada, sección cultura, 2 de febrero de 1999. P. 25)

Cursó el primer año de Odontología en la Universidad Nacional Autónoma de México porque sus padres querían que tuviera una profesión, pero Galindo, con cartas de recomendación de su hermano Marco Aurelio, que en ese entonces era crítico cinematográfico en la Ciudad de México, escapó hacia Estados Unidos para hacer cine.

Cinevoz, No. 11, 10 de octubre de 1948, P. 1

Entre 1925 y 1930 estudió en California, Estados Unidos, donde cursó Técnicas de la construcción dramática para un filme en el Palmer Institute of Photoplay; Fotografía, edición y compaginación de filme, en el Consolidated Film Laboratories, Técnicas de dibujo en el Otis Art Institute y Aprendizaje literario en el Hollywood Institute of Script Writing and Photoplay. Trabajó al mismo tiempo que realizaba sus estudios. Su primer trabajo en un estudio estadounidense fue en el departamento de secadoras de películas de la Famous Players. Posteriormente aprendió edición montando trailers (avances de películas) en los laboratorios de la Consolidated Films. Fue asistente de realización en la Metro Golden Mayer y en las primeras películas sonoras producidas por Columbia Pictures. Además, observando el trabajo del director Gregory La Cava, aprendió algunos secretos de dirección.

De su estancia en los Estados Unidos Galindo recordaba: “Tuve la suerte de que accidentalmente vi que en un avance, de esos chiquitos que se hace para publicidad en el mercado de habla hispana, de un película, no me acuerdo cuál, llevaba un error de ortografía. Se lo dije al jefe, porque para ese entonces ya estaba recibiendo ocasionalmente la película de la secadora. Estaban saliendo los trailers, el otro se había ido a cobrar y que lo veo: —sapato con s, le hablo al jefe, se llamaba Johnny Crow: —Oiga, esto está mal. —¿Cómo que está mal? La exposición está muy bien; y usted ¿quién es? —Soy laboratorista; mire ése es un error en el lenguaje, no está bien: —¡Oh! What a mess, they want you in the office. Fui con los meros copetones de la producción, más o menos les expliqué que en español no se podía escribir eso. —¡Caray! Entonces suspéndalo. Pasé luego a una oficina, pero muy a disgusto pues, antes, siquiera agarraba la película entre mis manos ahora sólo iba a checar los textos de los trailers. (…)

“Me dediqué a desvalijar las bibliotecas, porque eso les tengo que agradecer a los gringos, que no son de mi simpatía, pero me prestaban los libros de la biblioteca; yo me los llevaba a mi casa, iba a la escuela en la noche y no me costaba nada mi educación” . (Alejandro Galindo. Entrevista por María Alba Fulgueira, Eugenia Meyer y Ximena Sepúlveda. Cuadernos de la Cineteca Nacional. Testimonios para la historia del cine mexicano, No. 1).

Estudió actuación en el School Theatre. En México actuó en algunos bits de las películas El baúl macabro (Dir. Miguel Zacarías, 1936) y ¡Esos hombres! / Malditos sean los hombres (Dir. Rolando Aguilar, 1936).

Galindo se vio forzado a regresar a México, por la crisis económica de 1929 en Estados Unidos. En 1930 empezó a trabajar como escritor, director y también actor de algunos programas radiofónicos como: Policiano y Domesticia (para la XEW) Los chamacos, Fu Manchú, el azote oriental y Trompas y greñas.

Escribió algunos artículos sobre técnica y estética de cine para las revistas Revista de revistas y Cinema Reporter. Entre su obra literaria se encuentran los ensayos: Carta abierta de un director de películas al futuro presidente de México (1953), Una radiografía histórica del cine mexicano (1968), El cine: genocidio espiritual de 1900 al crack del 29 (1971), ¿Qué es el cine? (1975); y las piezas de teatro ...y la mujer hizo al hombre (estrenada en 1971 en el Teatro Hidalgo) y El juicio de Martín Cortés (estrenada en 1969), la cual ganó mención especial en el Concurso de Teatro de la Casa de las Américas, en La Habana, Cuba, y fue la base de su película homónima, realizada en 1973.

En 1927 se inició como argumentista en Hollywood contratado por Columbia Pictures para adaptar al español las películas del estudio. En los treinta, ya en México, escribe los argumentos de dos cintas: La isla maldita (Dir. Boris Maicon, 1934) y El baúl macabro (Dir. Miguel Zacarías, 1936).

En 1935 ingresó a la Sociedad de Autores. Fue miembro fundador de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas y secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica. Participó en la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Cine, Radio y Televisión. Fue maestro del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC / UNAM) y de la Asociación Nacional de Actores. En 1991 impartió un taller de guión y dramaturgia en la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles.

Inició su carrera como director con el corto Tierra de emperadores (1935) y la película Almas Rebeldes (1937). Filmó alrededor de 85 películas entre las que destacan: Campeón sin corona, Una familia de tantas, Esquina…bajan, Doña Perfecta, Espaldas mojadas, Los Fernández de Peralvillo y El color de nuestra piel. En 1985 filmó su última película, Cárdenas, la cual fue enlatada después de escasas exhibiciones en Ciudad Madero y en el cine Latino de la Ciudad de México. Esta película fue financiada por Medea de Novara y Joaquín Hernández Galicia, La Quina.

Cartel de Una familia de tantas
(Dir. Alejandro Galindo, 1948)
Cinema Reporter. No. 556, 12 de marzo de 1949.

Es difícil separar su actividad de director de la de guionista: en las aproximadamente 50 películas que dirigió realizó los guiones, el argumento o la adaptación. Galindo siempre pensó que el triunfo de sus películas se debía a que reflejaban a los mexicanos, incluyéndolo a él. Sobre esto afirmó: “No voy a presumir de que fue una cosa a la que dediqué profundos estudios. Fue mirar, observar con detenimiento, parar la oreja y dejar que se me pegaran las palabras. Ya aparecían cuando debían hacerlo. (…) Mi cine no es autobiográfico, pero tiene de mí”. (Homenaje al realizador en Guadalajara. El cine me envenenó y aún sueño con él: Alejandro Galindo. Por Raquel Peguero. La Jornada, 10 de marzo de 1995).

Hacia 1987, cuando entregó el primer guión de En busca del mexicano al Banco de Guiones de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), expresó que él tenía que dirigir dicha película pues, si el proyecto era puesto en manos de otro director, la manera en que había concebido a los personajes podría sufrir serias modificaciones o una interpretación equívoca. (Don Alejandro Galindo. En busca del mexicano el proyecto de mi vida. Ovaciones, sección espectáculos, 1 de junio de 1987).

En 1963, por La mente y el crimen recibió el Diploma d’onore del Instituto Internazionale per la Cinematografia Educativa e Scientifica, en Sicilia, Italia. La Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas le otorgó en varias ocasiones el Ariel: en 1947, el Ariel de Oro por Campeón sin corona en la categoría Mejor Película; en 1950, Una familia de tantas, recibió dos premios, uno por Mejor Adaptación y otro por Mejor Dirección. En 1995 fue homenajeado en la Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara al celebrar sus 90 años de edad. En 1998 se presentó en silla de ruedas a la develación de un busto en su honor y a la inauguración de la Sala 5 de la Cineteca Nacional, la cual lleva su nombre.