Echevarría, Nicolás
Tepic, Nayarit, 1947
 
Nicolás Echevarría dirige a Farnesio de Bernal en Cabeza de Vaca (1990)
Archivo Nicolás Echevarría, en
Nuevo Cine Mexicano, Clío, 1997. P. 80

úsico, pintor, productor, director, guionista, fotógrafo y documentalista de cine. Abandonó sus estudios de arquitectura para entrar en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México. Estudió composición en 1969 en el taller fundado por Carlos Chávez, y un año después fundó junto con Mario Lavista el grupo de composición Quanta. En 1972 inició sus estudios sobre cine en Milenium Film Workshop de Nueva York, y sobre animación en la School of Visual Arts. Posteriormente se especializó en el documental sobre el mundo indígena, tema que abarcará casi toda su producción cinematográfica.

A su regreso a México, en 1973, dirigió su primer cortometraje documental en 16 mm, titulado Judea. Semana Santa entre los coras, en el cual da testimonio de los rituales religiosos de la población aborigen de Nayarit. Lo mismo sucede con su mediometraje Tesgüinada, Semana Santa Tarahumara (1979), pero con la diferencia de que los protagonistas son gente de la sierra de Chihuahua.

La línea temática y la principal atención de Nicolás Echevarría es la religiosidad, aunada con la visión indígena y el ambiente místico que envuelve cada uno de los espacios que este realizador ha filmado a lo largo de su trayectoria. De hecho el cine documental del autor de Hay hombres que respiran luz (1976) tiene un especial interés por las plantas sicotrópicas que ayudan al chamán de las actuales comunidades indígenas, tal como lo demuestra en el mediometraje Hikure-Tame. La peregrinación del peyote entre los huicholes (1975), el cual es un interesante estudio sobre la ingestión de dicha planta utilizada por lo huicholes para comunicarse con sus dioses o iniciarse como chamanes.

María Sabina y Nicolás Echevarría
Ibid. P. 26

Y siguiendo con este aspecto religioso, Echevarría realizó dos cintas que retratan a seres sumamente interesantes: María Sabina. Mujer espíritu (1979) y Niño Fidencio, taumaturgo de Espinazo (1981). El primero, su primer largometraje, se acerca a la figura de la octogenaria curandera zapoteca y la presenta de una manera “natural y en plena libertad de movimiento que nunca posa para la cámara, simplemente se muestra, interactúa, conversa en su lengua nativa y acomete sus ceremonias mágicas” (Julia Elena Menche, Nicolás Echevarría, Universidad de México. P. 31)

El Niño Fidencio... es un documental que da testimonio acerca de los ritos y las experiencias de los curanderos fidencistas que se dan cita durante distintas ocasiones al año en un poblado de Nuevo León llamado Espinazo. En este largometraje, al igual que en el de María Sabina, los hechos y los personajes se presentan bajo la palabra misma y no mediante la entrevista. El culto de los fidencistas gira alrededor del milagroso campesino José Fidencio de Jesús Constantino Síntora (1898-1938), mejor conocido en todo el norte del país como el Niño Fidencio, quien alcanzó su mayor celebridad en la década de los veinte.

Nicolás Echeverría es también autor de los documentales Hay hombres que respiran luz (1976), Los conventos franciscanos en el antiguo señorío Teochichimeca (1976), Flor y canto (1978) y Poetas campesinos (1980), así como Los enemigos (1989) y De la calle (1989), los cuales son registros de la obras de Sergio Magaña y Jesús González Dávila, respectivamente. También realizó De película (1989) y La pasión de Iztapalapa (1994).

Fue también becario de la Rock Foundation para realizar una serie televisiva en colaboración con el antropólogo Alan Lomax para la Universidad de Columbia en Nueva York durante 1983, así como miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte en México en 1985.

En 1986, Echevarría obtuvo la beca Guggenheim. En 1990, concluyó la cinta que más retrasos tuvo a lo largo de su carrera como director: Cabeza de Vaca (1990). Esta película representó toda una travesía para el realizador iniciada en 1986. En ella participaron distintas instancias productoras: IMCINE, Producciones Iguana, Fondo de Fomento a la Calidad Cinematográfica, la Cooperativa José Revueltas y los gobiernos de Nayarit y Coahuila, Radio y Televisión Española, Fundación del V Centenario de España y el Canal 4 de Inglaterra, entre todas lograron reunir un presupuesto de 900 mil dólares, contra los 400 millones de pesos que iba a aportar CONACINE en un inicio.

La cinta está basada en el libro Naufragios del cronista Alvar Núñez Cabeza de Vaca, que describe la saga alucinante de la expedición de Pánfilo de Narváez en la Florida en el año de 1528. Después de padecer el acoso combinado del hambre, los rigores del clima y los ataques indígenas, la expedición de 500 conquistadores queda lamentablemente reducida a cuatro sobrevivientes, uno de ellos es Cabeza de Vaca, quien es hecho prisionero por un chamán y posteriormente se hará curandero. En palabras de Echevarría la película “no trata de hacer una crónica cinematográfica totalmente apegada a la historia de 1528, sino una interpretación libre de la aventura de un hombre que de explorador se transforma en sobreviviente y luego en una especie de médico-brujo que llega a ser respetado por los indígenas. Un hombre que más que realizar un viaje físico cuantificado en kilómetros [...] hace un viaje interno, un viaje místico, una renovación espiritual, surgida al alejarse de su cultura materna y fundirse con las culturas indígenas”. (El día 14 empieza el rodaje de Cabeza de Vaca. Por Patricia Vega. La Jornada. P. 31).

SHERIDAN, Guilllermo. Cabeza de vaca.
México, Ediciones El Milagro / IMCINE, 1994. 143 PP.

Lo anterior ha sido percibido de manera casi idéntica por varios críticos de cine como Carlos Bonfil, Nelson Carro y Tomás Pérez Turrent, quienes coinciden en que Cabeza de Vaca así como el protagonista son comparables con Aguirre, la ira de Dios (1972) del alemán Werner Herzog, ello porque en ambas se puede percibir la idea del conquistador conquistado.

En 1991, Cabeza de Vaca participó en la Selección Oficial del Festival de Berlín y en la Selección Oficial de México en la categoría de Mejor Película Extranjera para participar en la competencia por el Oscar en su 63ª edición (1991). Ganó el Primer Gran Premio Makhila d’Or en el Festival de Biarritz, Francia; el premio de L’Organisation Catholique Internatinale du Cinema et de l’Audiovisuel (OCIC), y el premio DICINE de la Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara.

Echevarría, además, ha realizado varias series de televisión como: Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, en colaboración con Octavio Paz, para Televisa; Madero Vivo, La sucesión presidencial y La Cristiada, testimonios de una epopeya, para editorial Clío.

Vivir mata (2001) es su más reciente película, para la cual trabajó el guión junto con Juan Villoro, con quien ya ha realizado varios proyectos.