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CORONA Blake,
Alfonso
Autlán, Jalisco, 1919
México, D. F., 1999
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México
Cinema, No. 55, 15 de mayo de 1951. P. 10 |
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ineasta
nacido en Autlán, Jalisco, el 2 de enero de 1919. Murió,
víctima de una hemorragia cerebral, la mañana
del jueves 21 de enero de 1999, en el Hospital Los Ángeles
de la capital mexicana.
Actor, script clerck (anotador),
asistente de director y finalmente realizador. Corona Blake,
“pertenece a esa generación de cineastas que ingresa
a la industria justo cuando el cine mexicano empieza su caída
en picada, y sin embargo, esa misma industria mantenía
un promedio superior a los cien filmes por año”.
(Corona Blake y el ‘otro
cine’. Por Rafael Aviña. Reforma.
Sección Gente, 29 de enero de 1999. P. 2)
Sus primeros estudios los realizó
en Autlán, luego, Guadalajara donde estudió la
secundaria, alternándola con viajes a la hacienda de
sus padres. Vino el bachillerato de Ciencias Biológicas
en la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), en la Ciudad de México. Matriculado en el primer
año de Medicina visitó los estudios de Cine
Nacional, productora donde se filmaba El
bastardo (Dir. Ramón Peón, 1937). Durante
ese día de filmación se necesitaron extras para
algunas escenas y fue invitado a participar. Aceptó con
gusto y entró en el mundo que llenaría su vida.
Vinieron otro papeles incidentales y luego otros protagónicos:
caracteriza a Maximiliano en Caballería
del imperio (Dir. Miguel Contreras Torres, 1942); es
el Duque de Nevers en El jorobado
(Dir. Jaime Salvador, 1943). Alternó su trabajo de actor
con el de apuntador, hasta llegar a ser asistente de muchos
de los directores más prestigiados como William Rouwland,
(Odio, 1939) y Carlos Orellana
(Enrédate y verás,
1948), entre muchos otros: “Universitario de origen (…)
Ingresó en el cine el 1939, a la edad de veinte años,
como anotador. Película que señala su iniciación:
Odio. En 1944 alcanzó el magnífico sitio de asistente
de director, o sea de segundo de abordo en la complicada y minuciosa
realización de una película. Grandes oportunidades
se le han presentado, en las cuales pudo mostrar su talento
y sus capacidades: dirigió “Enrédate y verás”,
supliendo a Carlos Orellana, y “Porque puedo vengo”,
de Alazraki. Desde luego, su máxima aspiración
es dirigir y no creemos que esté muy lejos de conseguir
sus propósitos”. (Bajo
el signo de Santa. México
Cinema. No. 55, 15 de mayo de 1955. P. 10)
Muy pronto llegaría la
oportunidad. Debutó cabalmente como director en 1956
con El camino de la vida,
la cual le valió reconocimiento como el mejor director
del año; además de ser merecedora de siete Arieles.
Entre ellos el Ariel de Oro
(1957), como Mejor Película.
El
camino de la vida fue enviada al VI Festival Internacional
de Berlín, en el cual obtuvo tres premios: Mención
Honorífica por Dirección; Premio de la
Oficina Católica Internacional de Cine, OCIC; así
como el 8o. lugar dentro de las 10 mejores películas
del Festival, por votación del público.
Esta película mereció
una mención de parte del joven crítico de cine
Fósforo II (Carlos
Fuentes), quien en 1954 escribió en la revista Universidad
de México: “Pese a sus excesos melodramáticos,
El camino de la vida también
cumple una función de higiene: vemos en ella, en última
instancia, a niños de carne y hueso, reaccionando como
tales ante situaciones dramáticas, y situados en un lugar
que se llama México, D.F. No sé si por primera
vez, con Corona Blake, nuestro cine abre los ojos a la noche
del Zócalo, al aterido amanecer de la ciudad y de los
voceadores en Bucareli. Hay en estas imágenes de la ciudad
gran fuerza y mayores posibilidades. No debe desaprovecharse
esta señal —tan evidente, por otra parte—
y menos debe desaprovecharse el talento de Corona Blake.
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Cartel de la película Yo
pecador
(Dir. Alfonso Corona Blake, 1959)
http://www.lagunafilms.com/LF-306.htm |
Mientras no se adviertan estas
lecciones, seguiremos con la ‘primavera en el corazón’,
¡cómo en Hollywood!”. (Fósforo
II. El cine. El
último acto/Torero/El
camino de la vida. Revista
Universidad de México. Nueva Época, Vol.
XI, No. 2. México, Octubre, 1956. P. 29).
A lo largo de su carrera abordó
varios temas y géneros, desde el drama de arrabal, con
Cabaret trágico (1957);
al drama rural, con Sed de amor
(1958); el melodrama biográfico de Yo
pecador (1959), sobre la vida de fray Francisco de Guadalupe
Mojica, quien antes de su retiro a la vida religiosa, era el
famoso cantante de ópera y actor mexicano José
Mojica; el cine de terror,
de El mundo de los vampiros
(1960); hasta Santo contra las
mujeres vampiro (1962), el cine de luchadores, “…[uniendo]
lo fantástico a la lucha libre para crear un universo
ligado a la tradición del cine gótico de los 50
y 60, con lo que obtuvo reconocimiento de varias partes del
mundo” (Rafael Aviña. Ob cit).
De las cerca de 27 películas
que dirigió, fue escritor de dos guiones y dos argumentos,
incluido aquel del que afirma que le fue plagiado por el productor
Rubén Galindo, mismo que, a pesar de la denuncia de Corona
Blake, es consignado como escrito por dicho productor. (VIÑAS,
Moisés. Índice Cronológico
del cine mexicano. 1896-1992. México, UNAM, Dirección
General de Actividades Cinematográficas, 1a. Edición,
1992. P. 316). Amanecí en
tus brazos (Dir. Rafael Portillo, 1966). Guión:
Alfredo Ruanova, s/argumento de Rubén Galindo.
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Cartel de El
mundo de los vampiros
(Dir. Alfonso Corona Blake, 1960)
AGRASÁNCHEZ, Rogelio.
Mexican horror cinema.
México, 1999. P. 107
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El
Heraldo de México consignó el hecho: “El
director Alfonso Corona Blake pedirá, en la próxima
asamblea de la Sección de Autores, [del Sindicato de
la Producción Cinematográfica, STPC] la expulsión
del productor Rubén Galindo, a quien acusa ahora, de
haberle plagiado su historia Amanecí
en el huerto, la que con algunos ligeros cambios filmó
como Amanecí en tus brazos.
“Este señor se aprovechó
en su carácter de productor, de un argumento que yo le
llevé personalmente, el cual plagió y no tuvo
empacho en firmar como suyo; dijo Corona Blake” (Rubén
Galindo declarado plagiario por la Comisión de Justicia
de los autores. El Heraldo
de México. Sección D, No. 776, 6 de enero
de 1968. P. 3)