 |
CAZALS
Siena, Felipe
Guéthary, Francia,
1937
|
La Jornada Semanal.
No. 87, 10 de febrero de 1991. P. 36
|
|
ació el 27 de junio de 1937 en
Guéthary, Francia, localidad de la frontera franco-española.
Sin embargo, cuatro meses más tarde fue registrado
y bautizado en Zapopan, Jalisco.
En su juventud realizó
diversos oficios, entre los que cabe mencionar el de galopador
de caballos en el Hipódromo de las Américas. Al
iniciar la década de los sesenta, recibió una
beca para estudiar cine en el Insitute
d´Hautes Estudes Cinématographiques de París.
A su regreso a México
colaboró con el programa de televisión La
hora de Bellas Artes que por entonces coordinaba el cineasta
Manuel Michel. Realizó cuatro cortos sobre arte filmados
en 16 milímetros: Alfonso
Reyes (1965), Mariana Alcoforado
(1965), Que se callen… (León
Felipe) (1965) y Leonora
Carrington o El sortilegio irónico (1965).
Vendría el cortometraje
La otra guerra (1965), y
otro para el Comité Olímpico (Trabajo
Olímpico). En 1968 filmó su primer largometraje
independiente La manzana de la
discordia, y fue asistente de Alberto Isaac en Olimpiada
en México, cinta oficial de los Juegos Olímpicos.
En 1969 formó parte del
grupo Cine Independiente,
al lado de Arturo Ripstein, Pedro F. Miret y Rafael Castanedo
y produjeron: La hora de los niños
de Ripstein, Familiaridades
de Cazals, y algunos cortos, como Salón
independiente (1969).
En 1970 ingresó a la industria
cinematográfica con Emiliano
Zapata y seguirá, lo que los críticos consideran
su “gran etapa creativa” con: El
jardín de tía Isabel (1971), Aquellos
años (1972), Los
que viven donde sopla el viento suave (1973), documental
de los seris, de Sonora; Canoa
(1975), El apando (1975)
y Las Poquianchis (1976).
Posteriormente realizó
La güera Rodríguez
(1977), El año de la peste
(1978), Rigo es amor (1980),
El gran triunfo (1980),
Las siete cucas (1980), Bajo la metralla (1982), —ampliamente
elogiada—; Los motivos de Luz (1986), El tres de copas
(1986), Las inocentes (video,
1986), La furia de un Dios
(1987), Burbujas de amor
(1990), Desvestidas y alborotadas
(1990), Kino (1992), Los
niños de Moravia (1997), hasta llegar a lo que
hoy es su última película, Su
alteza serenísima (2000).
 |
Escena de Las
Poquianchis (Dir. Felipe Cazals,
1976)
Cine.
No. 1, febrero de 1978. P. 26
|
El trabajo de Felipe Cazals ha
sido reconocido por la Academia Mexicana de Ciencias y Artes
Cinematográficas con el Ariel
de Oro a la Mejor Película
en 1980, por El año de la
peste; Ariel por
Mejor Película y Mejor Dirección en 1984, por
Bajo la metralla; así
como varias nominaciones de Mejor Película, para: Canoa,
Los motivos de Luz y Kino.
En 1976, Felipe Cazals obtuvo
el Oso de Plata, como premio
a la Mejor Película por Canoa,
en el Festival Internacional de
Berlín.
En la filmografía de nuestro
cineasta, encontramos que no en todas sus películas ha
participado directamente en la escritura de los guiones. Sin
embargo es de los realizadores que valoran altamente la importancia
de “los guiones muy ricos y bien estructurados”,
además de que gusta colaborar estrechamente con los escritores.
Al preguntarle sobre su obra
El apando y su contribución
como autor, reconoce que: "(…) Es muy diferente filmar
una película que te encargaron. Desde el documental sobre
los indios seris (Donde sopla en
viento suave), he modificado totalmente mi actitud al
respecto. Hago películas que deseo hacer y que asumo
totalmente como cineasta, como autor, colaborador de mis guionistas
y actores”. (Entrevista a
un cineasta boxeador. Por Margarita García Flores.
La Onda. Suplemento de Novedades.
2 de mayor de 1976. PP. 7-8)
Por otra parte, de su película
Canoa señala que,
“[…] es el producto de una larga amistad con Tomás
[Pérez Turrent] y de tener en mi haber algunas películas;
y de la discusión crítica de esas realizaciones
previas.
“[…] En el caso de
Canoa, después de
la primera lectura que hicimos, mi proposición fue hacer
la película más seca, lo más metálica,
lo más estricta posible. Y eso venía a ser una
cuestión antitética con mi obra anterior; pero
es que yo tenía elementos para provocar en el cine, en
la pantalla, la sensación de plantar la cámara
tal y como la podíamos haber plantado en la calle.
|
Escena de la cinta Canoa
(Dir. Felipe Cazals, 1975)
|
“—¿Había
buena materia prima?
“—Sí (contestó Cazals), porque Tomás
supo integrar en el guión una serie de elementos que
le dan una fuerza inaudita. Lo que pasa con Canoa
es que es una reunión de todos los cines mexicanos: el
de la lotería, el del documental oficial, el de la encuesta
para TV, el de la filmación apresurada, chafa, para pasarse
en 24 Horas con ruido de
cámara; en Canoa
se han abolido ciertos formalismos que en el cine mexicano eran
interpretados de mala factura”.
Más adelante, también
se refirió a El apando:
“—El guión
es muy atractivo, ¿verdad?
“—Sí, Revueltas
es un gran escritor. Además la adaptación de José
Agustín me gusta mucho. Yo sostengo [señala enfático
Cazals] a este respecto una teoría: después de
haber sido encarcelado muchas veces, Revueltas se dio cuenta
de que no siendo nadie, allá adentro comenzaba a existir;
y al mismo tiempo, Agustín, creyendo existir, allá
adentro se dio cuenta que no era nadie; el resultado es que
en la adaptación Agustín marca ese horror, esa
sensación difícilmente adjetivable del que está
perdido y todavía, a los no se cuántos años,
el tipo te sigue transmitiendo el terror negro de no tener nada,
de estar igualmente al garete que los 3500 presos que están
allí adentro y, además los dos (Revueltas y Agustín)
coinciden en una visión que yo comparto a fondo: que
la única realidad posible, en esas circunstancias, es
esa; al menos de que cambie todo.
Y finalmente Cazals describe
el trabajo creativo de Revueltas en El
apando:
 |
Cinemanía.
Año 4, No. 43, abril de 2000. P. 14
|
“[…] Yo creo que
se puede explicar literariamente de esta manera: Todo Revueltas
es metálico. Busca cualquier página de él:
Los muros del agua, Morir
en tierra, el que quieras; y verás que sus personajes
son metálicos, no robots, pero metálicos. Son
afines a la lámina, a las puertas de acero, a los candados,
a las rejas; son personajes afines a eso.
“[…] Inclusive el
mismo lenguaje que utilizan los personajes es afín a
ese metalismo, hay ruidos siempre con esa connotación:
celda, crujía, pestillos… todo lo que se oye es
cric-crac, y eso, por cierto,
me ha servido de guía en gran medida para hacer El
apando”. (Conversaciones
con Felipe Cazals. Por Jaime A Shelley. Otro
Cine, No. 3. Revista Trimestral del F.C.E., julio- septiembre,
1975. PP. 34-43)
GUIÓN PUBLICADO
ITURRIAGA, José E./FUENTES, Carlos y CAZALS,
Felipe. Aquellos años, Juárez
(Guión Cinematográfico). México,
Comisión Nacional para la Conmemoración del Centenario
del fallecimiento de don Benito Juárez, 1972. 125 P.P.