| BRAVO
Adams, Caridad Villahermosa, Tabasco, 1904
México, D. F., 1990 |
Colección
IMCINE | |
scritora
y actriz. Su obra incluyó poesía, novela, periodismo
y cine. Se destacó principalmente por sus creaciones
para la radio y la televisión, las que alcanzaron gran
popularidad. Nació en Villahermosa, Tabasco, el 14 de
enero de 1904. Murió el 2 de enero de 1990 en la Ciudad
de México.
Hija de actores cubanos, viajó
con ellos por todos los países de habla hispana en giras artísticas.
Desde muy pequeña, a la edad de nueve años, el poeta cubano Hilarión
Cabrisas le publicó sus primeros versos en la sección cultural de
un periódico de Matanzas, Cuba.
Cuando
tenía dieciséis años fue editado su primer libro de poesía,
Pétalos sueltos (1920), en Barcelona, Venezuela. En San Salvador ganó
La Flor Natural de
los Terceros Juegos Florales Centroamericanos
por su poema Cuatrología primordial.
En Caracas publicó, en 1932, Reverberación.
Mientras que Trópico
fue editado en México en 1934 y Marejada
en 1940 en La Habana.
Durante la década
de los treinta radicó una larga temporada en la Ciudad de México
y fue reportera de Excélsior y El
Universal. De sus entrevistas destaca aquella que realizó a Carmen
Serdán (hermana de Aquiles Serdán y célebre protagonista
de los acontecimientos que marcaron el inicio de la Revolución Mexicana).
Además de que sus poesías aparecieron publicadas en Novedades
y en Revista de Revistas. Incursionó
en la actuación en la compañía de su padre y de las hermanas
Blanch y participó como actriz en la compañía de Virginia
Fábregas y María Teresa Montoya.
Para
teatro escribió la obra Agustina Ramírez,
estrenada en 1962 en el teatro Casino de la Selva en Cuernavaca.
Al
referirse a su obra, su vida y la relación con la crítica, Caridad
Bravo dijo: “Me niegan el pan y la sal porque escribo para la radio y televisión,
pero yo tengo cuatro libros de versos, treinta y ocho novelas y dos obras de teatro;
si soy buena o mala no me toca a mí discutirlo, pero desde luego que soy
escritora. Desde niña empecé escribiendo versos; tal vez a los nueve
años ya me habían publicado mis primeros poemas. Mis padres fueron
artistas, ella una gran actriz y él un excelente actor cómico (...),
mis padres anduvieron siempre de un lado a otro, llevando a todos sus hijos con
ellos o dejándonos internos en algún colegio. Yo viajé muchísimo
(...). lo de novelera me lo han dicho con muy mala intención, pero no me
importa. En realidad yo no escribo para que me den el Premio Novel –pobre
de mí--; escribo para llegar al pueblo, a la gran masa humana, a tanta
gente que necesita una hora de distracción, (...)” (GARCÍA
Elvira. Cariadad Bravo Adams escribe para la gente
que necesita distracción. PP. 56-65. En: AVILÉS, Alejandro,
et. al. Los escritores. México, Ed.
CICSA, 1981.)
Sobre cómo inició
su carrera en la radio, Bravo Adams abundó: “(...) durante cuatro
años tuve un programa de radio que se llamó La
novela del aire que ganó los mejores ratings de programación
en La Habana. Adaptaba desde Dostoievski, Teófilo Gauthier, hasta novela
rosa y costumbrista. Un día, realizando este tipo de trabajo, vino a mi
mente una idea que empecé a desarrollar y se convirtió luego en
La mentira [que fue su primera obra llevada
al cine mexicano en 1952 por Emilio Gómez Muriel], mi primera novela escrita
para el radio. Antes había escrito la obra Yo
no creo en los hombres; esta nació a partir de un viaje que hice
a la cárcel de mujeres de Guanabacoa, (...) conocí a una muchacha
que estaba condenada a la pena de muerte. La chica me contó su historia
que me conmovió a grado que me lancé a escribir Yo
no creo en los hombres [adaptada por Juan José Ortega en 1954],
claro que a mi heroína yo la saco de la cárcel”. (Ibid)
La
autora creó y adaptó para la televisión distintas obras,
tales como: Yo no creo en los hombres (1951),
La mentira (1952), Corazón
Salvaje (1957), Más fuerte que el odio
(1959), El enemigo (1961), El
precio de un hombre (1963), Estafa de amor
(1965) y Nunca te olvidaré (1974),
de las cuales se han hecho distintas versiones.
De
la docena de historias de su autoría llevadas a la pantalla destacan: La
intrusa (Dir. Miguel Morayta, 1953); Cuentan
de una mujer (Dir. Juan José Ortega, 1958) y Estafa
de amor (Dir. Miguel Zacarías, 1968).
Entre
los premios a los que se hizo acreedora, destacan: seis trofeos de la Asociación
Cubana de la Crónica Radial Impresa (ACRI); ocho medallas de oro
y dos de plata de la Asociación de Anunciantes de Cuba y el Premio García
Huert, por La novela al aire. En 1971 la Sociedad
General de Escritores de México (SOGEM) le otorgó la Medalla Nezahualcóyotl.
Además la Editorial Diana le entregó La
Diana de Oro por permanecer vigente en el gusto del público durante
más de veinticinco años.