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BLANCARTE
Pimentel,
Óscar Alberto
Mazatlán, Sinaloa, 1949
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Foto de Rodolfo Zepeda.
Proceso.
No. 1341, 14 de julio de 2002. P. 74 |
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ació
en Mazatlán, Sinaloa, el 22 de enero de 1949. Desde muy pequeño,
“bajo la enseñanza de su abuelo hace su propio cine. El método
para realizar sus películas consistía en dibujar fotogramas a todo
color sobre largas tiras de papel de china que luego proyectaba sobre una pantalla
improvisada con una caja de cartón compuesta por un foco común y
una lupa. Los espectadores, eran los otros niños del barrio. De esa manera
realizó cuarenta películas, una de ellas titulada Apocalipsis,
que trataba de la Segunda Guerra Mundial y que tenía una duración
de dos horas”. (Óscar Blancarte: El
cine independiente como alternativa. Por Antonio Castañeda. Excélsior.
Suplemento, 12 de octubre de 1986).
En 1968,
a la edad de 19 años empezó a radicar en la Ciudad de México
donde estudió la carrera de cinematografía en el Centro Universitario
de Estudios Cinematográficos de la Universidad Autónoma de México
(CUEC / UNAM), egresó de dicho centro en el año de 1973 con Llanto
de Gaviota como tesis. A partir de entonces realizó diferentes actividades.
Fue director en el campo del Cortometraje de diversas dependencias gubernamentales
y para el sector privado, de los que sobresalen los trabajos: Centro
del espacio escultórico sobre la obra de cinco escultores mexicanos:
Matías Goeritz, Felguérez, Hersua, Sabastián y Helen Escobedo,
y el Cortometraje cultural: Owen, un poeta olvidado
y fue premiado con la Diosa de plata por la
Sociedad de Periodistas Cinematográficos de México (PECIME) en 1986.
Fue también, asistente de Dirección
y Producción Sergio Olhovich, Carlos González Morantes, Gonzalo
Martínez, Alfredo Joskowicz y Adrián Palomeque.
Dirigió
dos obras de teatro: Fantastiks, comedia musical
y Si me han de matar mañana, espectáculo
escénico escrito también por él.
En
1976 obtuvo el primer premio en el concurso, que realizó la Organización
de las Naciones Unidas y el Consejo Nacional de Población, con su cortometraje:
El milagro del campo.
Fue
profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en la Escuela de Comunicación
Social, impartiendo las materias: medios audiovisuales, y periodismo por televisión
(1982-1984). Ingresó a la SOGEM el 25 de noviembre de 1983.
En
1985 dirigió su primer largometraje para el III Concurso de Cine Experimental,
y en 1987 fue invitado a participar en el Festival Internacional de Cine Iberoamericano
en Biarritz, Francia, con su película: Que
me maten de una vez. Ese mismo año recibió el premio El
Heraldo de México como el mejor director debutante.
Ha
recibido dos menciones honoríficas otorgadas por la Sociedad Mexicana de
Escritores con sus libretos cinematográficos Al
soplo de la ira (1982) y con ¿Y después
del 68...? (1986).
En 1988 dirigió
su segundo largometraje El jinete de la Divina Providencia
producido por el Instituto Mexicano de Cinematografía y Séptimo
Arte, S.C.L. el cual fue presentado en el Festival
Internacional de Houston.
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Cartel de El
jinete de la Divina Providencia (Dir. Óscar Blancarte, 1988)
con la actuación de Bruno Rey, Claudio Obregón, Carlos East,
Martha Navarro y Germán Robles http://www.imcine.gob.mx/dream/html/catalogo.html |
En 1994 realizó la película
Dulces compañías la cual está
basada en dos obras de teatro del dramaturgo sinaloense Óscar Liera: Un
misterioso pacto (1946) y Bajo el silencio
(1990). Este filme ganó varios reconocimientos tales como: el de la crítica
en el Festival Internacional de Puerto Rico. Un diploma de la Organización
Católica Internacional para la Cinematografía en la Muestra de Cine
en Guadalajara en 1996. Ocho nominaciones al premio Ariel de este mismo año
de las cuales Dulces compañías
obtuvo dos Ariel de Plata, por Mejor Guión
Cinematográfico y por Mejor Música de Fondo. Además del Premio
al mejor director en el Festival Internacional de Cine en Ourense, España.
En
1998 filmó su cortometraje Un boleto para
soñar que fue presentado en la Cineteca Nacional en la Muestra Informativa
de Cortometraje Reciente I. En este mismo año impartió la conferencia
El cine mexicano hacia el nuevo milenio junto
a Carlos Marcovich y José Luis García Agraz en el Primer Simposium
Nacional de Comunicación en Mazatlán.
Su
película Entre la tarde y la noche
fue presentada en la Muestra de Cine de Guadalajara en marzo del 2000. En octubre
del mismo año hizo su debut en los circuitos internacionales, en el marco
del Festival de Cine de Chicago. En ese mismo
año compitió con otras nueve películas por la Calpurnia
al Mejor Largometraje en el Festival de Cine Independiente
de Ourense.
De la tarea de los guionistas
Blancarte refiere: “¿Por qué no hay guionistas? Porque no
hay productores. Escribes un guión y puedes esperar años para que
se produzca. Generalmente lo logramos quienes tenemos una compañía,
director-productor, pero un escritor normal no puede. Los exhibidores, por otro
lado, suelen ir hacia la lana, igual los distribuidores.” (El
subsidio oficial mata al cine, dice el director Óscar Blancarte.
Por Ruth Monterrubio. La Jornada. 15 de octubre
de 2000)
En septiembre del 2000 fue el organizador
del Festival de Cine de Mazatlán del cual dijo que tendría carácter
competitivo y que su principal objetivo sería el atraer al mercado canadiense,
estadounidense y latinoamericano. En esta fecha también aseguró
que estaba trabajando en la reescritura de dos guiones: Río
subterráneo basado en cuentos de Inés Arredondo, y otra inspirada
en la obra teatral Salón calavera de
Alejandro Aura.
Actualmente (2002), Óscar
Blancarte se encuentra trabajando en el guión de su quinto largometraje,
El ángel, la muerte y el cazador, que
“surgió el año pasado de un sueño que tuvo: ‘Tiene
que ver con unos ángeles que se pasean por la Ciudad de México.
Después lo ligué con una visión apocalíptica de la
ciudad y un congreso de sacerdotes donde hablan sobre el mal en el siglo XXI,
pero todo está en un tono cómico’.
“Alrededor
de 10 personajes se van entrelazando en la medida que transcurre el relato: ‘Por
alguna razón están marcados por el destino, por sus errores trágicos,
y todo está narrado dentro de lo absurdo. Se van a reencontrar en una fiesta
y en un lugar determinado el 2 de noviembre. (...) Todo está enmarcado
en una gran historieta, pero al mismo tiempo hay una realidad palpable, sobre
lo que pasa en el país y en el mundo. (...) [Además] en el guión
hay un juego entre el bien y el mal, entre Dios y el diablo, entre los ángeles
y los demonios’.” (Óscar Blancarte
planea “El ángel, la muerte y el cazador”. Por Columba
Vértiz. Proceso, publicación
semanal, No. 1341, 14 de julio de 2002. P. 74)