| ARRIAGA
Jordán, Guillermo México,
D. F., 1958 |
Foto de Patricia
Arriaga, proporcionada por el escritor | |
ovelista, productor, director y guionista
de cine, radio y televisión. Nació el 13 de marzo
de 1958 en la Ciudad de México. Estudió Ciencias
de la Comunicación y la Maestría en Historia,
en la Universidad Iberoamericana.
Guillermo Arriaga Jordán
se dio a conocer por ser el autor del guión de la película Amores
perros, ganadora del Gran Premio de la Semana Internacional de la crítica
al mejor largometraje en Cannes, el 18 de marzo del 2000.
Él
mismo se define de la siguiente manera: “Soy chilango (...) Piscis (...)
Hijo de Carlos y Amelia; esposo de Maru; padre de Santiago y Mariana; hermano
de Patricia, Carlos y Jorge; tío de Alan y amigo de una punta de vividores.
“No
fumo ni bebo. Soy abstemio desde niño. Detesto a los que dicen: ‘desconfío
de los que no beben alcohol’. Detesto también a la gente pusilánime.
Admiro a los intensos, a los hombres y mujeres que dejan pedazos de piel por donde
caminan. Carezco de olfato y me estoy quedando calvo. De chavo era muy malo para
los trancazos (por eso precisamente no tengo olfato), pero luego me compuse y
aprendí a meter las manos. Intenté ser boxeador de peso semicompleto.
No lo logré. También quise ser futbolista profesional.
“Pude
ser un buen basquetbolista, pero me ganó la desidia y terminé como
jugador de cascaritas de apuesta. Crecí en la colonia Unidad Modelo en
el Distrito Federal. Mido 1.88 y peso 90 Kilos. Soy cazador. Creo que la cacería
es uno de los últimos y más profundos ritos a los cuales puede acceder
un hombre. ¿Cómo explicárselo a alguien que confunde los
jabalíes con los french poodles? La literatura es también uno de
nuestros últimos ritos. Contando historias los seres humanos podemos festejar
los hondos dolores de la vida. Por eso se siguen escribiendo novelas. Por eso
las escribo yo”. (El búfalo de la noche.
Grupo Editorial Norma, México, 1999. Presentación escrita en la
solapa)
Fue profesor de tiempo completo de
la Universidad Iberoamericana, coordinador académico de la licenciatura
en Comunicación, coordinador de las áreas de televisión,
de radio, de políticas de comunicación y de servicios profesionales.
Ha sido Productor, Guionista y Director de Programas de Radio, Televisión
y Video. En 1987 fue becario de Bellas Artes en el rubro de narrativa. En 1991
publicó Relato de los esplendores y miserias
del escuadrón guillotina y de cómo participó en la leyenda
de Francisco Villa, en Editorial Planeta. En 1994 publicó Un
dulce olor a muerte, Editorial Planeta y en 1998 dicha novela fue adaptada
para ser dirigida por Gabriel Retes y producida por Miguel Necoechea y Pablo Barbachano.
En 1999 publicó su novela El búfalo
de la noche y trabajó en la adaptación de su novela Escuadrón
guillotina en coautoría con el escritor español Rafael Azcona.
Mientras, están a punto de publicarse la novela Los
sapitos y un libro de cuentos titulado Retorno
201.
A los 18 años empezó
a escribir en pequeñas secciones de periódicos como en Mi
periodiquito de Novedades. También hacía guiones y comenzó
a dirigir cuando se dio cuenta de que como escritor no respetaban su trabajo:
“Luego, cuando me di cuenta que ni como escritor, productor y editor se
respetaba lo que hacía; entonces ahora ya como escritor creo una historia
y procuro dirigirla”.
Para el Canal
11 de televisión creó la serie Interciencia.
Realizó otros programas de televisión como: Fuera
de cuadro, Magos y mimos, ABC
discapacidad, además de un cortometraje de la serie Camino
a casa (Producida por Canal 11), titulado El
Campeón, éste es el primer corto mexicano en el cual actúan
actores con síndrome de Down. Al año siguiente dirigió y
escribió Rogelio (2000), mismo que
fue exhibido en la XXXVI Muestra Internacional de Cine, en el Otoño del
2000 y que ha participado en diversos festivales cinematográficos, como
Guadalajara, La Habana, Sao Paulo, Rótterdam, Huelva, entre otros. Ha dirigido
algunos comerciales y buena parte de su carrera se ha dedicado a la televisión
cultural.
En radio ha sido productor y director
de programas como: De amiga a amiga y Qué
hay de nuevo. También ha realizado apoyos para varias estaciones
de provincia y programas para Radio Mundo.
Durante
20 años fue profesor en la Universidad Iberoamericana, y actualmente (2002)
en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey, además
de impartir cátedras de guionismo en universidades de América Latina.
De
su experiencia con la historia de Amores perros,
el escritor refirió que: “Salió de las experiencias de vida
que tuve. Yo crecí en la Unidad Modelo, en donde la vida era muy dura,
así que en esta oportunidad quise retratar ese mundo en el que crecí:
un poco violento” (Para sentir en carne viva.
Por Ernesto Hernández y Emilio Morales. El
Universal. Sección espectáculos, 13 de junio de 2000).
En
cierta ocasión, el escritor contó que esta película es mexicana
hasta las cachas, muy chilanga, donde se respira la Ciudad de México por
todos lados. Pero que también es universal: “Yo siento que si cuentas
historias muy humanas con un sabor profundo del lugar, la gente se va a identificar”.
Guillermo Arriaga explicó que escribir
novelas, género que considera mayor, es distinto a hacer guiones, pues
en la novela no hay que hacer concesiones con nadie, es un trabajo individual.
En cambio, para las películas hay que orquestar muchas partes. A veces
es necesario recortar un diálogo porque la presencia escénica del
actor es fuerte y la mirada dice mucho. (Aprovecha
el gusto de idear historias. Por Mónica Lavín. Reforma.
Sección ¡Gente!, 24 de mayo de 2000. P. 2)
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Escena de Amores
perros (Dir. Alejandro González Iñarritu,
2000)
Cortesía de Altavista Films |
Para
Amores perros, el escritor invirtió
tres años, e hizo 36 tratamientos del guión. Fue año y medio
de filmación y posproducción para obtener un producto que ahora
lleva el sello del premio de la Crítica de Cannes. Y de este proceso creativo
tan laborioso, el escritor explicó: “El trabajo no se acabó
con la escritura del guión, seguí participando activamente en la
película. Estuve en locaciones, casting’s,
ensayos, filmación, edición, música, corrección de
color, y en un intercambio permanente con González Iñárritu”,
relación que habla de un maridaje creativo ideal, que tanto desea el guionista
(Entrevista de Vicky Medina Ávila para Escritores
del cine mexicano sonoro, junio de 2000).
ECMS:
Es una película de una duración de más de dos horas y 30
minutos, sin embargo no se hace farragosa porque tiene buen ritmo. Los diálogos,
por ejemplo, fluyen oportunamente. ¿Cuidaste mucho este detalle?
Arriaga:
Si tú tienes un diálogo que tiene más de cuatro líneas
es que no sabes lo que quieres decir. Para mí es fundamental reducir los
diálogos a su mínima expresión. Si un diálogo puede
expresar todo en una sola frase, ya tienes el diálogo correcto.
Un
diálogo de una sola frase permite más lecturas, que aquel de siete
líneas. Si tengo que escoger entre el gesto y un diálogo, prefiero
el gesto. Yo creo que eso viene muy bien marcado en el guión. Están
los gestos que deben de ser y están los diálogos que deben de ser.
Me molestan mucho los diálogos explicativos o redundantes:
—¿Tienes
miedo?
—Está cabrón. Así nada más y vámonos.
No así:
—Sí tengo miedo porque la situación
es muy peligrosa, bla, bla… Los diálogos cortos permiten darle mayor
velocidad al asunto y que el actor se concentre en su papel, así como en
su expresión corporal
ECMS: ¿Tú
eres de los guionistas que reniegan: ‘esa ya no es mi obra’?
Arriaga:
Claro que reniego. Pero cuando me toca un director como González Iñárritu,
de gran lucidez, de gran profundidad humana, y que aparte no me tuvo miedo y me
permitió estar en todo el proceso de la película, es una fortuna;
lo malo es que se me ha hecho vicio. Ojalá que todos los directores tengan
la sensibilidad de Alejandro, si no, prefiero dirigirla.
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Emilio Echeverría, , Goya Toledo,
Gael García Bernal, Jorge Salina y, Vanesa Bauche en Amores
perros (Dir. Alejandro González Iñárritu, 2000)
Cortesía Altavista Films |
En
el caso de la película Un dulce olor a muerte,
dirigida por Gabriel Retes en 1999, el narrador no tuvo ninguna influencia sobre
el rodaje, incluso renegó la adaptación que se hizo de su novela
homónima. Al consultarle sobre esta experiencia, mencionó: “En
ese caso vendí los derechos y no tuve ninguna participación. Eso
me reafirma más en mis convicciones, desde entonces en las películas
en que participo dejo en claro que soy cocreador, lo cual implica participar en
el rodaje y en la promoción”.
La
película Amores perros se convirtió,
en el 2001, en la cinta más premiada en la historia del cine mexicano.
Este cazador que escribe, como el mismo Guillermo
se define, fue nominado al Oscar por dicho
trabajo y es ahora uno de los narradores que despuntan en el panorama latinoamericano,
así como uno de los guionistas más cotizados del mercado internacional.
Al
referirse a su narrativa, el autor de Escuadrón
guillotina (1991), Un dulce olor a muerte
(1994) y El búfalo en la noche (2000),
aseguró que sus libros muestran sus obsesiones: “La muerte y el destino.
Creo que la obligación de un novelista es recuperar el sentido de la muerte
para hacer un homenaje de la vida. La sociedad se reblandece y lucho contra ello.
Mi literatura intenta ser fieramente humana”.
Apasionado
de su profesión, Guillermo Arriaga explicó: “Soy escritor
de cine y literatura. Creo que ser guionista implica estar al servicio del escritor
y yo no lo estoy. Mi intención es hacer del guión un género
literario, las nuevas estrellas de cine serán los escritores. La peor crítica
al cine actual es que escasean las historias y la industria empieza a darse cuenta”.
Sobre
la práctica del guionismo en México precisó: “Hay mucho
talento, pero poco rigor. Doy clase de guión y he sido jurado en certámenes
literarios y festivales cinematográficos. Llegan ideas muy buenas y la
mayoría sin pulir. Es terrible”.
Por
ello, el autor consideró importante el cuidado durante el proceso de escritura
de las historias cinematográficas, como muestra de tal convicción
el guión de Amores Perros tuvo 36 tratamientos
y ese mismo profesionalismo tiene el guión del largometraje 21
gramos, el cual lleva aproximadamente 50 tratamientos y que inició
su filmación en diciembre de 2002 en Estados Unidos.
Este
último trabajo está bajo la dirección de Alejandro González
Iñárritu, con quien el autor ha consolidado una sólida mancuerna,
y cuenta con un presupuesto de 20 millones de dólares.
21
gramos es un drama que explora emocional y físicamente las vidas
de una mujer, un ex convicto y el amante infiel de la mujer, papeles que son interpretados
por Sean Penn, Naomi Watts y Benicio del Toro. Se espera que sea exhibida en el
transcurso del 2003.