ALMADA Otero, Fernando
Huatabampo, Sonora, 1931

Mario y Fernando Almada en Cinelandia. No. 282, julio de 1970, P. 39

 

ctor, productor, argumentista, guionista y director. Hermano del actor Mario Almada, nació en Huatabampo, Sonora, el 26 de febrero de 1931. Utilizó el seudónimo de Ferma Otero.

A muy temprana edad tuvo, junto con su hermano Mario, Manolo Fábregas y otros niños, una pequeña intervención en la cinta Madre querida (1935) de Juan Orol. Más tarde, abandonó los estudios de ingeniería y se inscribió en la escuela de actuación de la Asociación Nacional de Actores (ANDA). Destacado entre los intérpretes más populares y característicos de la industria fílmica nacional e identificado casi siempre por las cintas de acción y violencia desbordada en que ha participado, debutó formalmente como actor en El correo de norte (Dir. Zacarías Gómez Urquiza, 1960), a la que se han agregado Nido de águilas (Dir. Vicente Oroná, 1963), con la que se inició, al lado de su hermano Mario, en las labores de la producción; Crisol (Dir. Alberto Mariscal, 1965), Todo por nada (Dir. Alberto Mariscal, 1968), para la que hizo su primer argumento. Siguieron Los desalmados (Dir. Rubén Galindo 1970), Debieron ahorcarlo antes (Dir. Rubén Galindo, 1973), El hechizo del pantano (Dir. Fernando Almada, 1975), su primer filme como director.

Cartel de El hechizo del pantano
(Dir. Fernando Almada, 1975)
Colección IMCINE

Por otro lado, El arracadas (Dir. Alberto Mariscal, 1977), 357 Magnum (Dir. Rubén Galindo, 1980), El trailer asesino (Dir. Alfredo Gurrola, 1985), Ansia asesina (Dir. Jesús Fragoso Montoya, 1990) y Tierra de sangre (Dir. Hernando Name, 1991), entre otros, también forman parte de su abundante filmografía como actor. En la década de los noventas fue uno de los actores más constantes en la producción de videohomes.

En sus inicios: “Su objetivo era cantar, pero la vida lo llevó por otros derroteros e incursionó en el cine. Cuando era estudiante de ingeniería en el Politécnico tomó clases de canto y vocalización con una maestra llamada Consuelo de Guzmán, quien le aconsejó dedicarse a la ópera. En ese entonces tuvo como compañero de canto a ¡Plácido Domingo! Luego de un tiempo surgió la oportunidad de participar en programas de radio, y fue el titular de uno muy famoso: Serenatas de ayer y hoy.

“Pusimos dos restaurantes y nos dedicamos a eso un tiempo, hasta que surgió la oportunidad de actuar en la película Milagros de San Martín de Porres (Dir. Rafael Baledón, 1963).

“Poco después fundaron la empresa Producciones Almada, que realizó varias películas que fueron premiadas y reconocidas por la crítica como Nido de Águilas, Todo por nada, Por eso (Dir. Rogelio A. González, 1970) y El valle de los miserables (Dir. René Cardona hijo, 1974).

Cartel de la cinta El arracadas
(Dir. Alberto Mariscal, 1977)
http://www.lagunafilms.com/peliculasdf.htm

“Fuimos los reyes del Chili western —recordó— porque no éramos ajenos a la actividad del campo, al contrario. Sin embargo, como la empresa no tenía mucho dinero —no tenía dinero para comprar un argumento—, así que me senté a escribirlo y surgió Todo por nada [como escritor de este argumento, usó el seudónimo de Ferma Otero]. Creo que con historias como ésta —enfatiza—, aunque tengan violencia no hacen daño al público, pues está bien escrita. La gente se emociona con las escenas de acción porque le distraen, además es lo que quiere ver, por eso tiene éxito en taquilla”.

Ese precisamente es el género que prefiere, para ver y para actuar, pues le aburren las películas de corte romántico o con pretensiones de intelectualidad.

“Por otro lado, apunta que sería benéfico elevar el pago a los guionistas, pues el guión es la base de la película, y muchas veces la necesidad económica obliga a los escritores a aceptar el compromiso de escribir 10 guiones, y como es prácticamente imposible hacerlos todos bien, es así como la cantidad va minando la calidad”. (Fernando Almada: Filmes intelectuales aburren al público. Por Ofelia Salgado. Sol de México. Sección espectáculos, 14 de marzo de 1989)